El descubrimiento fue de una mandíbula con cinco dientes y un diente molar del maxilar del Orretherium tzen, perteneciente al Cretácico superior.
Santiago de Chile, 7 abr (EFE).- Un grupo de investigadores internacionales halló restos fósiles de un nuevo mamífero de la era de los dinosaurios en la Patagonia chilena que cuentan con una antigüedad aproximada de entre 74 a 72 millones de años, informaron este miércoles fuentes académicas.
Los restos consisten en una mandíbula con cinco dientes y un diente molar del maxilar, de pequeño tamaño, descubiertos en rocas de la Formación Dorotea, ubicada en la cuenca Magallanes, en el sur de Chile y pertenecen al Cretácico superior, el último periodo de la era Mesozoica, también conocida como era de los dinosaurios.
El hallazgo, divulgado este miércoles en la revista Scientific Reports, del grupo Nature, fue bautizado con el nombre de Orretherium tzen (Bestia de cinco dientes) y fue obtenido tras varias prospecciones paleontológicas en el Valle de Las Chinas, en Magallanes, detalló la Universidad de Chile, uno de los centros que lideró el proyecto, junto con otras casas de estudio chilenas, argentinas y brasileñas.
Este descubrimiento da continuidad al hallazgo del primer mamífero del Mesozoico chileno, denominado Magallanodon baikashkenke, que tuvo lugar en 2020. A partir de tres dientes molares y un diente incisivo encontrados en la provincia de Última Esperanza (sur del país) fue posible reconocer la presencia del grupo de los gondwanaterios, mamíferos de aspecto similar a un coipo, con dientes adaptados para comer vegetales duros.
Nuestro socio Sergio Soto es uno de los autores del paper “New cladotherian mammal from southern Chile and the evolution of mesungulatid meridiolestidans at the dusk of the Mesozoic era” que da a conocer a Orretherium tzen, nuevo mamífero mesozoico chilenohttps://t.co/51sSlv05cI
— Kaytreng Consultores en Paleontología (@kaytreng) April 7, 2021
HALLAZGO DE SUMA IMPORTANCIA
La mandíbula preservada del Orretherium, de menos de tres centímetros de largo, posee los cinco dientes en posición, lo que según indica la información divulgada es se "suma importancia" porque permite conocer la variación de la morfología dental en esta especie y ser una herramienta para ayudar a clasificar dientes que se encontraron aislados en otros fósiles.
El Orretherium posee una dentición más simple que la de los marsupiales y placentarios, y se lo clasifica como un mamífero meridioléstido de la familia Mesungulatidae.
Está próximamente emparentado con Mesungulatum y Coloniatherium, géneros encontrados en rocas del Cretácico superior (de unos 70 millones de años de antigüedad) de las provincias argentinas de Río Negro y Chubut, respectivamente, y Peligrotherium del Paleoceno (unos 60 millones de años de antigüedad) de Chubut.
Si bien Peligrotherium es una de las formas mejor conocidas de los mesungulatidos (se conocen varias mandíbulas y al menos un cráneo casi completo), hasta el momento las especies del Cretácico están representadas por dientes aislados o mandíbulas que durante el proceso de fosilización perdieron la mayoría de sus dientes.
"La nueva especie chilena Orretherium tzen es de especial importancia para discutir el origen evolutivo de una importante familia de mamíferos, los mesungulátidos, y la excelente preservación de los fósiles", dijo Alexander Vargas, quien junto a Sergio Soto-Acuña coordinó el proyecto por parte de la Universidad de Chile.
"Los fósiles encontrados en Chile son sumamente importantes para entender el rompecabezas de la historia evolutiva de los mamíferos durante la era de los dinosaurios", dijo por su parte Agustín G. Martinelli, integrante de la investigación por parte del Conicet-Museo Argentino de Ciencias Naturales.
En América del Sur se han hallado restos de dinosaurios desde el siglo XIX, sin embargo, los primeros restos óseos de mamíferos de esta misma edad geológica fueron encontrados a inicios de la década de 1980 en la Patagonia Argentina.
Generalmente los mamíferos del Mesozoico eran de pequeño tamaño, menores a una zarigüeya, y sus restos desperdigados pasan desapercibidos en los grandes afloramientos rocosos, donde es más frecuente encontrar fósiles de dinosaurios o cocodrilos.