La odisea de cumplir con la agenda del recorrido de la llama es una advertencia de los problemas colosales que podrían presentarse durante los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos.
TOKIO, 7 de abril (AP) — La llama de los Juegos Olímpicos de Tokio no recorrerá las calles de la prefectura de Osaka la próxima semana debido al repunte de casos de COVID-19 en la región.
El cambio de planes representa un traspié para los organizadores de la cita olímpica, que pusieron en marcha el relevo de la antorcha hace dos semanas en la prefectura de Fukushima, en el noreste. Se anticipa 10 mil corredores trasladarán la llama por todo Japón durante cuatro meses.
Los Juegos Olímpicos serán inaugurados en menos de 100 días, el 23 de julio.
En un cambio de último minuto, los organizadores anunciaron el miércoles que los corredores y el fuego participarán en un evento en un parque de la ciudad de Osaka durante los días que se habían previsto para el paso de la antorcha en toda la prefectura. Eso debe ser entre el 13 y 14 de abril.
“Dadas las circunstancias, las autoridades de la prefectura de Osaka pidieron hoy que Tokio 2020 realice el segmento del relevo de la antorcha olímpico en el Parque Conmemorativo de la Expo 1970 en lugar de rutas públicas”, dijeron los organizadores en un comunicado.
La declaración mencionó que el segmento en Osaka se realizará en el parque “para todos los portadores de la llama que quieran correr ahí”. Se subrayó que no se permitirá la presencia de espectadores en ninguno de los dos días.
La odisea de cumplir con la agenda del recorrido de la llama es una advertencia de los problemas colosales que podrían presentarse durante los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos, con un total de 15 mil 400 deportistas de más de 200 país que ingresarán a Japón. A ellos se sumarán decenas de miles de dirigentes, jueces y enviados de medios de prensa.
Se prohibió la presencia de espectadores extranjeros y aún no se establecido la cantidad de japoneses que podrán presenciar las competencias. La presidenta del comité organizador, Seiko Hashimoto, había prometido dar a conocer la decisión sobre el aforo este mes, pero deslizó la semana pasada que el anuncio podría demorarse.
La venta de boletos deben inyectar 800 millones de dólares en ingresos, una cifra importante pero pequeña al tomar en cuenta el gasto oficial por el montaje de los Juegos — unos 15 mil 400 millones de dólares. Las entidades del gobierno japonés son responsables por casi todos los costos, excepto 6.700 millones de dólares en un presupuesto operativo financiado privadamente.
El gobernador de la prefectura de Osaka Hirofumi Yoshimura rogó el miércoles a la población no hacer viajes innecesarios a la región.
“El sistema hospitalario (en Osaka) está al borde del colapso”, dijo Yoshimura en una rueda de prensa, atribuyéndolo a nuevas variantes del coronavirus.
Aproximadamente el 70 por ciento de las camas de hospitales en Osaka están ocupadas, señalaron las autoridades.
Osaka reportó 719 nuevos caso el martes y se esperaba superar los 800 el miércoles, números que exceden los totales en Tokio. Se teme que la capital japonesa sufrirá pronta una oleada de contagios.
La campaña de vacunación en Japón ha sido muy lenta, anticipándose que muy poca gente se habrá vacunado cuando se inauguren los Juegos.
Japón ha atribuido más de 9 mil 300 decesos al COVID-19, una cifra que es considerada como buena al compararla con el resto del mundo, pero por debajo de los estándares de la mayoría de países asiáticos.