A más de un año de la desaparición de Sandra Pérez en Hidalgo, la familia sigue sin tener rastro de ella. Eduardo “N”, la pareja de la joven, está señalado como el posible responsable de la desaparición e incluso existe una orden de aprehensión en su contra, sin embargo, la familia señala que las autoridades ni siquiera lo han buscado.
Ciudad de México, 7 de abril (SinEmbargo).- Sandra Pérez Martínez, de 36 años, fue desaparecida el 15 de diciembre de 2019 en Ixmiquilpan, Hidalgo, tras ser violentada por su pareja, Eduardo “N”, luego de que ella rompió con su relación. Ha pasado más de un año y su familia sigue sin tener rastro de ella, en tanto que su pareja, señalado como presunto responsable, se encuentra prófugo.
Lo último que se supo de Sandra, según apuntó la indagatoria inicial, es que la joven, quien había pedido a su cónyuge separarse, fue golpeada, arrastrada por su casa y después ingresada a la cajuela del vehículo del sospechoso, según confirmó un peritaje realizado.
La familia de Sandra denunció que el caso está estancado, las indagatorias no presentan mayores avances y el seguimiento de las autoridades investigadoras es casi “nulo”. Además, acusaron que a pesar de que existe una orden de aprehensión en contra de Eduardo, los agentes investigadores no lo buscan, pues testimonios e información recabada por la familia señala que ha sido visto en diversas ocasiones en el municipio donde ocurrieron los hechos y no ha sido detenido.
La familia de Sandra ha pedido en todo este tiempo una búsqueda inmediata y una investigación realizada con la debida diligencia, que sea profesional y sobre todo que dé con el paradero de ella.
Sandra es la segunda de tres hermanos y madre de tres hijas, dos de ellas menores de edad. Carolina, la hermana menor de la víctima, la describió como una mujer trabajadora.
“Ella era muy trabajadora, buena para los negocios, una persona muy activa e independiente. Era alegre, sociable y le gustaba salir como a cualquier persona”, dijo.
A muy temprana edad se casó y tuvo dos hijas con su primera pareja de quien se separó hace años. Sandra luego conoció a Eduardo en la fiesta de un familiar y posteriormente comenzó una relación con él, quien es al menos unos 20 años mayor que ella.
“Después de salir de novios se fueron a vivir juntos, pero como él se dedicaba a la ganadería casi no estaba con ella toda la semana, hasta los fines de semana. Nosotros nos empezamos a dar cuenta que con el paso del tiempo se empezaba a tornar complicada la relación y él la violentaba”, recuerda su hermana.
Carolina comentó que en cuanto la familia se percató que Eduardo violentaba a su hermana le pidieron a ella que dejara la relación y le ofrecieron ayuda. Sandra les hizo caso, pero justo el día en que ella rompió con su relación… desapareció.
“Cuando desapareció, amigos cercanos de ella nos dijeron que él le decía que iba a matarla o a desquitarse con sus hijas si ella lo dejaba. Mi hermana lamentablemente no tuvo la confianza para contarnos esa parte, nunca nos dijo nada, por eso a nosotras se nos hacía raro que ella no pudiera salir de esa relación”.
LA DESAPARICIÓN
La noche del sábado 14 de diciembre de 2019, Sandra y Eduardo tuvieron una reunión con un matrimonio, amigos en común.
“Empezaron a tomar y la situación se hizo tensa. Mi hermana ese día le dijo que lo iba a dejar porque ya había muchos problemas con su relación”.
Sandra tenía la costumbre de acudir los domingos en la mañana a desayunar a la casa de su madre, por ese motivo cuando la joven madre no llegó, la familia comenzó a llamarla y buscarla.
“No respondía llamadas, ni mensajes. Nos dimos cuenta y se nos hizo raro que había quitado la foto de perfil de su WhatsApp”, contó la familiar.
Carolina escribió a Eduardo ese domingo en la mañana para preguntar por Sandra, pero el hombre le dijo que ella se había quedado en la casa y él presuntamente había salido a las siete de la mañana con destino a Valle de Bravo donde se reuniría con sus hijos.
Sus hermanas acudieron a la vivienda de Sandra al no poderse comunicar con ella: “llegamos a la casa que rentaba con ese señor y nos percatamos que en la calle había sangre alrededor del espacio donde él estacionaba su carro, el cual no estaba en el lugar, sólo la camioneta de mi hermana”.
La familia de inmediato acudió al Ministerio Público de Ixmiquilpan, Hidalgo, a levantar un acta de la desaparición correspondiente, la cual quedó sentada en el caso 07-2019-1585.
“Como había rastros de sangre salió rápido la ficha de búsqueda”, relató Carolina.
Los hijos de Eduardo, comentó Sandra, al ser cuestionados por la familia de víctima, respondieron que el domingo su padre llegó tarde a Valle de Bravo y que por la noche les pidió que lo dejaran en una terminal de autobuses y desde entonces no han vuelto a saber de él.
La Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas estatal realizó una movilización de búsqueda para Sandra, sin encontrar rastro alguno. “Nos dijeron que iba a llamar a peritos, pero el perito llegó hasta las cuatro de la tarde, al día siguiente”.
IRREGULARIDADES
Carolina platicó que a pesar de que ellos acudieron a denunciar el mismo domingo y externaron a las autoridades que temían por la vida de Sandra, los agentes sólo les dieron la ficha de búsqueda, pero no iniciaron un protocolo o acciones para su localización de manera inmediata, incluso el perito llegó hasta las cuatro de la tarde del día siguiente.
La familia resaltó que también se perdió tiempo valioso porque los primeros agentes que llevaban el caso no hicieron las cosas en tiempo y forma.
“No mandaron hacer rápido los oficios de geolocalización, las sábanas de llamadas, los análisis de datos”, comentó.
La familia de inmediato se movilizó para buscar los videos, sin embargo, cuando acudieron al C5 para pedir los correspondientes a los semáforos de la zona donde tienen la seguridad que pasó el auto de Eduardo —según vieron en grabaciones de vecinos—, el personal les negó el acceso a las imágenes. Los familiares tienen la sospecha que hubo relaciones de poder debido a que el hijo del victimario trabajaba ahí.
De acuerdo con información brindada por la organización que asesora a la familia, se tuvieron reuniones con el C5, el director de la Policía Investigadora de Pachuca, la Policía Municipal y la Comisión de Búsqueda de Pachuca, instancias que evadieron el hecho y dieron nulo seguimiento al caso.
A pesar que se logró una orden de aprehensión en contra de Eduardo, “no se le está buscando. Nosotros tenemos conocidos que nos han dicho que lo han visto en varias ocasiones aquí, que sólo cambia de carro, pero que lo han visto y eso nos muestra que la policía no lo está buscando”, agregó la hermana.
La familia ha buscado a Edwin Hernández Garrido, director general de la Policía Investigadora para el seguimiento de la orden de aprensión a Eduardo “N”, pero ha hecho caso omiso, según denunciaron.
En marzo del presente año, la familia y sus asesores visitaron a Yolanda Samperio Delgadillo, Fiscal Especializada para la atención de Delitos de Trata de Personas quien, a decir de los acompañantes del caso, les comentó a los familiares de la joven que la desaparición de Sandra apenas se integró a la plataforma de “¿Has visto a..?.
Carolina destacó que a más de un año las investigaciones no avanzan, por ese motivo piden que las autoridades actúen de manera adecuada, que den celeridad a la carpeta de investigación y que den con el paradero de Sandra.
“Las autoridades nada más nos traen a vuelta y vuelta. Prácticamente somos nosotros quienes hemos aportado la información, direcciones y siempre que tenemos alguna reunión, ellos nos dicen que ya tienen algún dato, pero es información que nosotros mismos les dimos. Por ejemplo, llevamos más de cuatro meses esperando que se emita un oficio de colaboración a dos estados de la república que nos interesa que lo busquen”.