El joven aficionado verdiblanco se estrenó en un estadio en el Espanyol-Betis de Cornellá. “Ya estoy acostumbrado a perder”, dice al final.
El fútbol en los ojos inocentes de un niño. #ElDíaDespués pic.twitter.com/oamWiVqvs3
— #0 (@cero) 3 de abril de 2017
Por José A. Espina.
Ciudad de México, 7 de abril (SinEmbargo/AsMéxico).-Hasta el último rincón de Internet está llegando el vídeo de Cero cuyo protagonista es Aitor, un joven aficionado verdiblanco de Cataluña que se estrenó en un estadio de fútbol durante el Espanyol-Betis del pasado viernes.
Aitor, de siete años, hereda la ‘religión’ verdiblanca de su padre, que le acompaña durante el reportaje dando una lección de civismo y deportividad. Ambos comentan las jugadas del partido y el chico lo hace con una sinceridad que causa ternura en cualquier hincha, sobre todo si es bético.
Los béticos han respondido a las imágenes de Cornellà con una mezcla entre la emoción y la tremenda indignación que les causa la última frase del pequeño, justo cuando se marcha después de la remontada perica: “No pasa nada, ya estoy acostumbrado a perder”.
De estos siete años en la vida de Aitor, el Betis ha pasado dos en Segunda, uno de ellos, por culpa del descenso más ominoso conocido en Heliópolis, con 25 puntos. Y ha sido solamente en la categoría de Plata cuando ha ganado habitualmente.
En Primera, las victorias béticas no han llegado al 30 por ciento, ni siquiera un tercio, de los partidos jugados. Durante los últimos 15 meses, los de Ángel Haro y López Catalán como consejeros delegados, apenas 15 triunfos en 48 partidos. Extraordinaria mediocridad.
Aitor ha removido conciencias en una afición que durante mucho tiempo, cada vez más, ha parecido aceptar su triste suerte. La resignación con la que sus apenas siete años le hacen vivir el fútbol indignan a muchos de los verdiblancos que verán el Betis-Villarreal con los sentidos más encendidos, dispuestos a reclamar un equipo acorde con una hinchada que, en Sevilla, Barcelona y muchos otros sitios sigue mereciendo mucho más, infinitamente más de lo que sus dirigentes le ofrecen en el plano más importante, el primordial en un club de fútbol: el deportivo.