Hasta el momento, los líderes chinos se han mantenido escépticos ante la llegada de Biden, pero ya le han reprendido por “intentar desacoplar las economías de ambos países por la fuerza” después de que el mandatario anunciase una nueva política para revisar la estrategia de suministro estadounidense en algunos sectores clave.
Por Jesús Centeno
Pekín, 7 mar (EFE).- China trazó hoy sus líneas rojas para reparar las maltrechas relaciones con Estados Unidos y le pidió a su nuevo Presidente, Joe Biden, que rebaje el tono contra el país asiático, tome ya algunas medidas y evite crear “nuevos obstáculos“.
Las condiciones de Pekín pasan porque Washington deje de “difamar” a China con ataques que el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, tildó hoy de “maliciosos y completamente injustificados”, durante una rueda de prensa celebrada en paralelo a la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo).
A ojos de Pekín, Estados Unidos debe deshacer los entuertos que creó durante la era de Donald Trump, y la primera tarea para Biden es que dé un paso al frente y suprima los “restricciones irrazonables” de su predecesor, en referencia a los aranceles que este impuso a productos chinos.
“No aceptaremos acusaciones infundadas, ni que nos difamen ni que se violen nuestros intereses (…) Estados Unidos ha interferido en muchos países en nombre de la democracia, muchas veces causando conflictos”, afirmó hoy Wang durante la rueda de prensa.
INFLEXIBLE CON TAIWÁN Y HONG KONG
El diplomático tiró un dardo a Washington por sus “injerencias” en los asuntos de otros países, “las cuales han de cesar -aseveró- o, de lo contrario, el mundo seguirá experimentando inestabilidad”.
Wang abogó por una “coexistencia pacífica” entre las dos potencias pero reiteró que ambas tienen que comprometerse a “no entrometerse en los asuntos internos del otro”, en respuesta a una pregunta sobre posibles críticas de Washington a cuenta de la reforma electoral en Hong Kong que prepara la actual cita de la ANP.
El titular de Exteriores indicó que dicha reforma es “absolutamente necesaria para garantizar la estabilidad en Hong Kong”, mientras que sobre la situación de los derechos humanos de la minoría uigur en la región occidental china de Xinjiang, también objeto de críticas por parte de Washington, resaltó que “las acusaciones de genocidio carecen de sentido y están basadas en rumores propagados con malicia”.
Otro punto de fricción es Taiwán, que se gobierna de manera autónoma desde 1949 pero cuya soberanía reclama Pekín: “Esperamos que la administración Biden se aleje claramente de las prácticas peligrosas de su predecesor. No habrá concesiones”, advirtió Wang.
Sus medidas respuestas tiraban a dar pero también dejaban espacio a una reconciliación, siempre y cuando Washington acate las condiciones de Pekín: “Hay que evitar la confrontación. Somos las dos economías más grandes del mundo y nuestros intereses convergen -agregó-. China está lista para devolver las relaciones al camino correcto. Creemos que es posible una competencia saludable”.
PEKÍN BUSCA GANARSE A EUROPA
Hasta el momento, los líderes chinos se han mantenido escépticos ante la llegada de Biden, pero ya le han reprendido por “intentar desacoplar las economías de ambos países por la fuerza” después de que el mandatario anunciase una nueva política para revisar la estrategia de suministro estadounidense en algunos sectores clave.
“China hará todo lo que esté en su mano por defender sus intereses”, aseveró hoy Wang, a la espera de los próximos movimientos de Biden, quien prometió otro enfoque diferente respecto a Trump, aunque por el momento su Gobierno no parece tener demasiada prisa por poner fin a los conflictos que mantiene con Pekín.
En declaraciones a EFE, el académico Tong Zhao, del Centro de Política Global Carnegie-Tsinghua, afirmaba recientemente que una renovación de la alianza transatlántica entre EU y Europa preocupa a los mandatarios chinos, puesto que daría oxígeno a un Washington “al que perciben en declive en términos de influencia y solvencia”.
Wang esquivó una pregunta al respecto pero celebró que las relaciones entre China y la Unión Europea (UE) hayan recibido un impulso con el cierre de las negociaciones para un acuerdo de inversiones entre ambos que “manda un mensaje positivo al mundo”.
“No somos rivales. Y China no quiere dividir a Europa y Estados Unidos, pero celebra una mayor autonomía de Bruselas. Una Europa fuerte, que se coordine con muchos países, es necesaria en la esfera internacional”, aseguró el diplomático.
Asimismo, Wang también dejó claro que las buenas relaciones entre China y Rusia son “imperativas ante las actuales circunstancias”, y que esa asociación supone “un pilar para la paz mundial”.
“El mundo no se puede permitir el lujo de venirse abajo por los conflictos: hay que afrontar juntos los desafíos”, afirmó Wang, y citó, entre ellos, la COVID, el cambio climático o la no proliferación nuclear.
LA CONTROVERTIDA “DIPLOMACIA DE VACUNAS”
Por otra parte, indicó que la prioridad de su cartera en 2021 será “colaborar con el resto del mundo para acabar con la pandemia” y defendió que China no busca nada a cambio en la distribución a otros países de sus vacunas para la COVID.
Wang aseguró que, muy al contrario, China “está cumpliendo con creces” su compromiso de hacer de las vacunas un bien accesible, especialmente en los países en desarrollo, y destacó que más de 60 han autorizado ya el uso de los antígenos chinos.
Entre ellos, muchos estados de África y de Latinoamérica, región en la que los intereses de China no dejan de crecer hasta el punto de que el comercio bilateral sobrepasó los 300 mil millones de dólares por tercer año consecutivo, según el diplomático.