Alina Duarte, Adriana Buentello, Daniela Barragán y Meme Yamel discutieron en esta entrega de VERSUS sobre la Reforma Judicial que presentó el lunes el Presidente López Obrador. ¿Merecemos estos juzgadores? ¿Podremos elegir otros? Parte de esas respuestas está en el contenido de esta iniciativa sobre la que hablaron las periodistas.
Ciudad de México, 7 de febrero (SinEmbargo).– Un nuevo episodio de la disputa que han protagonizado en este sexenio los poderes Ejecutivo y Judicial ha iniciado con la presentación de la reforma constitucional enviada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador que les pone un plazo para resolver los asuntos que lleguen a su mano y con la cual se propone que sean elegidos mediante el voto popular.
En esta edición de VERSUS, programa que se transmite en el Estudio B de SinEmbargo Al Aire, Alina Duarte, Adriana Buentello, Daniela Barragán y Meme Yamel expusieron el contenido de esta Reforma Judicial y el debate al que dará pauta en la recta final del Gobierno de López Obrador.
“El Poder Ejecutivo y el Judicial tiene un antecedente muy largo, que va incluso más allá de la llegada de la Ministra Norma Piña a la presidencia (de la Suprema Corte). Ya toma otro rumbo con la reforma presentada el día de ayer donde se materializa mucho de lo que ha comentado el Presidente en las mañaneras, que es la decisión de que los ministros, los jueces, los magistrados, sean elegidos mediante voto popular”, planteó Daniela Barragán. “Yo destacaría de la reforma el punto, todavía más importante porque es el que nos lleva a mucho del problema de justicia que tenemos en el país, es que hay un apartado en el que ya se habla de la procuración de una justicia pronta y expedita”.
En efecto, esta reforma establece que los Jueces de Distrito y Tribunales de Circuito del Poder Judicial de la Federación o, en su caso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), deberán resolver en un máximo de seis meses, contados a partir del conocimiento del asunto por parte de la autoridad competente.
En ese sentido, Barragán señaló que en el país hay un Poder Judicial que no acepta la autocrítica, que no acepta que hay cosas que se deben mejorar, “y entonces así llegan a la reforma que se propone el día de ayer”. “Creo que el Presidente pone al Poder Judicial otra vez en la mira al momento de decir ‘toda la gente sabe que el Poder Judicial debe reformarse más allá de la votación de ministros por un asunto de acceso y garantía de justicia para muchos casos que han quedado a la deriva gracias al actuar del Poder Judicial’”.
Adriana Buentello señaló a su vez que este Poder es “sumamente conservador y aglutina intereses muy concretos, además muy antidemocráticos y eso me parece también que ese nivel histórico”. Al respecto ahondó que esta reforma está a destiempo, y más bien se configura como un mensaje de una continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación.
“El punto que aquí me parece claro es cómo se escandalizan con una Reforma al Poder Judicial cuando el Presidente y su movimiento tienen, todavía, un gran respaldo popular, que ya para ciertos grupos conservadores se llama autoritarismo o dictadura cuando tiene todavía un gran apoyo, pero si fuera al revés sería súper democrático, si fuera al revés, que estuvieran los conservadores pues mucho apoyo, y como hemos visto en otros países pues es una democracia, entonces aquí más bien les parece que responde a una élite que precisamente está perdiendo terreno, que son muchos intereses políticos y económicos enquistados”, puntualizó.
Buentello indicó que contrario a lo que se ha señalado, esta reforma no implica que se pierda la independencia o la autonomía de Poder Judicial “cuando en sexenios anteriores hicieron lo que quisieron, y además a través de fraudes, yo creo que esta es una de las últimas batallas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, me parece que es un mensaje, no porque las reformas vayan a pasar todas, pero en el caso del Poder Judicial a mí me llama la atención la hipocresía de estos personajes, de este Poder Judicial”.
“Tenemos que ver con ojos muy críticos, quizá, considerar que en automático una reforma como la que está planteando el Presidente va a mejorar en lo absoluto, creo que no, más bien hay que entender la propia dinámica del Poder Judicial”.
Meme Yamel señaló a su vez la importancia de entender cuál es la reforma que plantea el Presidente y recordar que al inicio de su administración rechazaba presentar una. “Recuerdo haberle preguntado en la mañanera qué es lo que buscaba hacer para modificar, renovar, y cambiar el Poder Judicial si es que estaba tan mal y decía que solamente a través de la propuesta de los nuevos ministros, que es lo que le tocaba él como Presidente, y qué es lo que pasó pues que de los ministros que la ha propuesto creo que la única que se ha acotado más a los principios de austeridad y demás es Lenia Batres, que acaban de nombrar y que fue un nombramiento directo con todos su pros y contras dentro del proceso”.
“Los acuerdos políticos simplemente no se rompen del Poder Judicial, te los disfrazan de que ahora ya son autónomos y eso no es cierto, entonces la reforma que propone el Presidente a grandes rasgos, que irán profundizando en estos días, básicamente cubre una elección popular de Ministros de la Suprema Corte, magistrados de circuito, jueces de distrito, magistrados electorales e integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, la reducción del pleno de 11 a 9 ministros, y la desaparición de salas, la sustitución del Consejo de la Judicatura Federal por un órgano de administración judicial y un tribunal de disciplina judicial con independencia a la Suprema Corte, la prohibición de otorgar sus pensiones contra leyes con efectos generales, plazos máximos de seis meses para resolver asuntos fiscales y de un año para asuntos penales”, expuso.
Yamel cuestionó que dentro del Poder Judicial se diga que esta instancia genera una gran confianza con la gente. “¿Cuándo se han acercado con la gente?, y su gran justificación para muchos de sus excesos dentro del Poder Judicial es que ellos necesitan estar protegidos y que deben de tener un sueldo digno para evitar corromperse cuando eso ha sido real”.
Alina Duarte recordó que el Poder Judicial no ha sido solo en México sino en el Continente, uno de los brazos de las grandes derechas y de las oligarquías. “Llevamos al menos, yo siempre insisto con esto, más de 20 años de gobiernos progresistas y parte de ese denominador común no han sido solo los medios de comunicación, los que les han tendido todas estas campañas sino que han ido de la mano del Poder Judicial directamente, y cuando me atrevo a decir que esto, lo que estamos viendo en México, incluso parecería que son apenas andar en pañales de lo que ha hecho el Poder Judicial en toda la región”.
“En el caso de México que me llamaba mucho la atención que por fin pudiéramos estar hablando de algo que se invisibilizó durante tantos años. El Poder Judicial era algo que no sabíamos ni cómo funcionaba ni la gente era como que supiera quién era su Ministro o quién veía una sesión de la Suprema Corte, ahora las últimas sesiones la gente las ha visto y a mí me parece asombroso que esto esté ocurriendo, que es producto de una politización de la ciudadanía, en este tipo de procesos, y segundo, también me asombra que a través de esta mañanera pues se haya abierto espacios para decir quién es quién en el Poder Judicial, ponerle nombre y apellido a quienes están implicados directamente con invisibilizar casos de violencia de género, de feminicidios, de que quien le descongeló sus cuentas a la esposa de tal criminal, etcétera”, destacó.
Para Alina Duarte es importante que no se entienda a la justicia como sólo lo que pasa con jueces y ministros, sino una construcción más amplia. “Esta es una de 20 reformas y el horizonte que al menos pone el presidente López Obrador sobre la mesa es para devolver esa justicia a una Constitución, que además hay que decirlo, en 1917 la Constitución Mexicana era de las más avanzadas en el mundo, era una Constitución profundamente revolucionaria de origen y en letra, y en absolutamente todo, que fue desmantelada, sobre todo, pero en exclusivamente durante la década de los 80 – 90 con el neoliberalismo más rapaz, que todavía hay muchas cosas muy neoliberales, tampoco es que ya sea punto y aparte. Hay que recuperar, yo sí creo, esa Constitución, producto de una Revolución Mexicana”.