El Tren Maya, una de las obras prioritarias del Presidente Andrés Manuel López Obrador, recorrerá cerca de mil 554 kilómetros en 7 tramos con 19 estaciones para transporte de pasajeros locales, turistas y carga en los cincos estados del sureste: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Por Pedro Pablo Cortés
México, 7 de febrero (EFE).– El Tren Maya tendrá un avance del 30 por ciento pase lo que pase para finales de 2021, aseguró en entrevista con Efe Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), organismo encargado de la obra emblemática del Gobierno mexicano para el sureste del país.
“Este año tenemos a como dé lugar que llegar a conjuntamente un 30 por ciento de avance en todos los tramos, es un promedio general, evidentemente también el inicio de alguna de las terminales”, aseguró el funcionario.
El Tren Maya, una de las obras prioritarias del Presidente Andrés Manuel López Obrador, recorrerá cerca de mil 554 kilómetros en 7 tramos con 19 estaciones para transporte de pasajeros locales, turistas y carga en los cincos estados del sureste: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Su construcción comenzó en junio pasado con la meta de “terminar todo” en el segundo semestre de 2023, pero las obras han sufrido contratiempos, reconoció Jiménez Pons.
“Por un lado fue la COVID-19, que sí nos ha atrasado considerablemente, y por otro lado unos eventos sustancialmente importantes en el ámbito del clima, fueron dos huracanes y cuatro tormentas tropicales”, admitió.
OPOSICIÓN AL DESARROLLO
El proyecto también ha enfrentado recursos legales de asociaciones civiles contra nuevas obras en tramos de Campeche y Yucatán por argumentar que las consultas públicas de pueblos originarios fueron insuficientes por carecer de la manifestación de impacto ambiental.
“No nos ha afectado porque mientras tengamos mil 500 kilómetros de trabajos y esto no esté generalizado sí ha sido muy puntual, por ejemplo, como estamos trabajando donde hay derechos de vía, un amparo no puede parar un derecho de una vía de comunicación del país”, argumentó Jiménez Pons.
El titular del Fonatur opinó que las asociaciones “tienen todo el derecho de meter los amparos que deseen”, pero afirmó que estas organizaciones no representan a las comunidades originarias, sino que obedecen a intereses políticos que se oponen al Gobierno de López Obrador.
“Es una actividad de orden político que es respetable, pero sí hay que ubicarlos, hay que entender que esto está en el ámbito de otros intereses, creo que se ha venido demostrando y cada vez va a ser más evidente que las comunidades van a estar directamente beneficiadas por la presencia del tren”, dijo.
BOLETO AL PROGRESO
El Gobierno estima una inversión total de más de 6 mil 294 millones de dólares para la obra, de los que este año se ejercerán 41 mil 852 millones de pesos (más de 2 mil 92 millones de dólares).
Jiménez Pons citó un estudio del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) que prevé la creación 1 millón de empleos permanentes dentro de los próximos 10 años.
“El Tren Maya está obligado a generar esas oportunidades entre la comunidad, entre todos los grupos que ahí participan, los que están cerca y todo el sureste se tiene que ver beneficiado por esto”, declaró.
El funcionario sostuvo que “el empoderamiento de los grupos indígenas y los grupos originarios de la zona a través de mantener su tierra es muy importante”, por lo que ellos “son parte del negocio inmobiliario” con la plusvalía que obtendrán.
Como primer impacto del proyecto, el directivo expresó que el Gobierno ha pagado el derecho de vía a la gente “que se le debía desde hace décadas”.
Agregó que la obra escucha a las voces críticas, pero prometió que el tren protegerá las zonas arqueológicas y ambientales con la inclusión de las comunidades.
“Mucho del deterioro ecológico se debe a la marginación, las selvas y los bosques no se acabaron solos, se acaban por factores de marginación y corrupción, nos pasó aquí en la Ciudad de México”, expuso.
LA PARTICIPACIÓN DEL EJÉRCITO
El funcionario justificó la participación de las Fuerzas Armadas en la construcción del tramo 6 y 7 y en la formación de una empresa que operará parte del tren, como anunció López Obrador el año pasado.
“Tienen mucha capacidad, es literalmente un Ejército, y los ingenieros militares han comprobado no solo su eficiencia, sino también ahorros, entonces el presidente ve en ellos una estrategia constructiva muy acorde”, indicó.
El Tren Maya también tendrá como operadores sombra a Deutsche Bank y Renfe, pero el usuario no sentirá la diferencia cuando pase de un tramo a otro, prometió.
“El objetivo es crear condiciones de ingreso para que el Ejército pueda tener fuentes de ingreso para las pensiones militares y para las necesidades que tengan, entonces eso te libera el gasto público”, comentó.