Una reforma del sistema alimentario debe ser una prioridad urgente. La pérdida de la biodiversidad va en aumento y lamentablemente está sucediendo más rápido que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. La producción de nuestros alimentos está estrechamente relacionada con esta problemática. También, este sistema es responsable de aproximadamente el 30 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero y más de la mitad proviene de la gran cantidad de animales que son criados y explotados para consumo.
Según un estudio del IPBES (2019), el mayor factor de pérdida de hábitat de los últimos 50 años ha sido la conversión de áreas naturales en áreas para la producción de cultivos, haciendo que la tierra utilizada para la agricultura se haya multiplicado 5.5 veces desde 1600 y siga incrementando. La gran mayoría de estos cultivos se utiliza para alimentar animales. Otro factor a considerar es que el incremento de la producción también se debe a que la industria utiliza muchos fertilizantes, pesticidas y otros recursos como agua y energía en sus procesos. Esto ha resultado en la desaparición de áreas verdes, lo que se traduce en pérdida de especies nativas de animales, plantas y otros microorganismos.
Un nuevo estudio de Chatham House (2021) reveló que la agricultura es la principal amenaza para el 86 por ciento de las 28 mil especies que actualmente se encuentran en riesgo de extinción. Se están destinando muchas áreas para la crianza masiva de animales y el cultivo de sus alimentos. Desde el año 1970, el porcentaje de mamíferos silvestres ha disminuido un 82 por ciento, ahora sólo están representados por el 4 por ciento de la biomasa. La mayor cantidad de mamíferos se encuentran siendo explotados dentro de las granjas industriales, representando el 60 por ciento de todas las especies de mamíferos en masa, mientras que el 36 por ciento restante lo representamos la especie humana. En el caso de las aves, se estima que los pollos representan el 57 por ciento de todas las especies de aves en masa, mientras que las aves silvestres representan sólo el 29 por ciento. La población global de animales como tiburones y rayas también ha disminuido más del 70 por ciento en los últimos 50 años y la sobrepesca es la causa principal del declive.
“Al reformar el sistema alimentario mundial, la convergencia del consumo mundial de alimentos en torno a dietas predominantemente basadas en plantas es el elemento más crucial. Un cambio de la carne de vacas a los frijoles por parte de la población de EE. UU. liberaría áreas de tierra equivalentes al 42 por ciento de las tierras de cultivo de EE. UU. para otros usos, como la reconstrucción o la agricultura más respetuosa con la naturaleza.” – Chatham House, Food system impacts on biodiversity loss (2021).
Algunas de las recomendaciones del informe sostienen que los patrones alimentarios alrededor del mundo deben converger en torno a las dietas más basadas en plantas, debido al gran impacto que la cría de animales genera en la biodiversidad, el uso de tierra y el ambiente. También mencionan que este cambio beneficiaría nuestra salud y ayudaría a reducir los riesgos de futuras pandemias.
Sin cambios en nuestras prácticas y hábitos, la pérdida de biodiversidad continuará acelerándose y amenazando la capacidad del mundo para sostener a todas las especies que lo habitamos. Hoy en día tenemos muchas alternativas y hay muchos estudios que demuestran que adoptar una alimentación basada en plantas puede ser saludable y sostenible. Dejemos de condenar a los animales en las granjas a sufrir y morir.