El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha señalado al neoliberalismo como la raíz de que la mitad de la población viva en pobreza, haya inseguridad, corrupción y un crecimiento estancado. Las afirmaciones generaron opiniones divididas en 2018 entre el círculo empresarial y académico. Frente a los dos Méxicos, el de la cúpula y el rezagado, ¿a qué política económica se dirige la actual administración?
Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).– El cuestionamiento al modelo económico actual, denominado por algunos como neoliberalismo, predominó durante el 2018 en el marco del cambio de gobierno tras más de tres décadas de expansión en el país. El debate sobre sus consecuencias sociales surgió entre la nueva administración federal, empresarios y academia.
“Desde la década de mitad de los ochenta surgió la construcción de dos Méxicos. Si bien la liberación económica y financiera permitió que una parte de las empresas mexicanas salieran a competir al extranjero y las exportaciones en algunos sectores incrementaron, sobre todo el automotriz, fue un México que se construyó a partir de estas reformas. Pero también está el otro México que quedó rezagado a esta inserción a las cadenas globales de valor; es el que se masifica en los resultados negativos de la aplicación del neoliberalismo en nuestro país”, planteó José Nabor Cruz Marcelo, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
El tema lo colocó el ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador para plantear su “punto de partida” como gobierno y se comprometió a no seguir con la misma política económica mirando hacia lo que fue “el desarrollo estabilizador” (1954-1970), periodo de inversión pública alta donde el crecimiento económico promedió el 7 por ciento del PIB.
Nabor estimó que la “cuarta transformación” busca una economía mixta entre una participación del Estado y también preservar “estatutos o claves” del modelo neoliberal, como la inversión público-privada. De 2016 a 2017 la inversión pública sufrió una disminución de 40.6 por ciento a la par de un crecimiento no mayor a 2 por ciento.
La prensa internacional, en medio de la ola de neoproteccionismo levantada por el Presidente de Estados Unidos Donald Trump, ha destacado el señalamiento de López Obrador contra el libre mercado y la privatización, cuya semilla comenzó en México a partir de la crisis económica del 82 y tuvo su apogeo en los noventa con la privatización de paraestatales y la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (hoy T-MEC).
Otras voces aseguran que el modelo económico no se ha implementado (de liberalismo a neoliberalismo), que se desconoce su definición y que los efectos se relacionan más con su implementación.
Valeria Moy, economista directora de México, ¿Cómo vamos? e itamita, considera que es “simplista” señalar al modelo neoliberal como raíz de todos los males. Tuiteó que “qué grueso que todos se traguen el cuento de que el neoliberalismo (que además no se ha implementado) tiene la culpa de absolutamente todos los males del país, hasta de la diabetes”, lo cual retuiteó Claudio X. González de Mexicanos Contra la Corrupción e hijo del dueño de Kimberly Clark.
Héctor Villarreal Páez, director del Centro de Estudios Económico Presupuestal (CIEP), dijo que en el Paquete Económico 2019 presentado por el nuevo gobierno este señalamiento al modelo económico se refleja en “el desmantelamiento” de la provisión de programas sociales clásicos al cambiarlos a transferencias directas monetarias, por ejemplo, las pensiones a adultos mayores o las becas a jóvenes. Sin embargo el centro destacó que estos programas emblemáticos carecen de reglas de operación.
También, agregó Villarreal, “para bien o para mal hay un esfuerzo de nivelación, entonces gran parte del gasto en infraestructura y la mayor parte de las transferencias estarán en el sur-sureste y eso es una diferencia importante”. La región sur, donde se busca implementar el Tren Maya, el Corredor del Istmo y una refinería, concentra altos niveles de pobreza a nivel nacional.
LA PRECARIZACIÓN LABORAL Y LA POBREZA
Entre un intercambio de ideas con la cúpula empresarial sobre la situación económica y social, López Obrador declaró en septiembre como Presidente electo:
“¿Ha estado muy bien el neoliberalismo, hay que aplaudirle? ¿Por qué no aceptan que fue un fracaso la política neoliberal, que solo benefició a una pequeña minoría, empobreció a la mayoría del pueblo, produjo la inseguridad, la violencia?”, les cuestionó luego de que se debatió si México estaba “en bancarrota”.
“¿Por qué no aceptarlo, por qué no reconocerlo? No les estoy diciendo que pidan perdón, quiero que sean autocríticos y que acepten que se dedicaron, algunos medios de comunicación, durante estos 30 años a aplaudir y a callar, a obedecer y a callar, a quemarle incienso al régimen, de un partido o de otro”, dijo. “Llevamos 30 años sin crecimiento económico”.
El economista Nabor Cruz Marcelo expuso que los niveles de pobreza no se redujeron desde los ochenta a la fecha, y eso generó la desigualdad en la distribución del ingreso. Desde 1992, el nivel de pobreza ha seguido en la mitad de la población mexicana, con base en los datos disponibles de Coneval.
El día en que la Secretaría del Trabajo anunció el aumento al salario mínimo de 16.20 por ciento y el doble en la frontera norte, López Obrador destacó que “se perdió el 70 por ciento del poder adquisitivo del salario en estos últimos 30 años”.
“En esa entrada al contexto internacional uno de los grandes atractivos de la economía mexicana al exterior para las empresas extranjeras eran los bajos costos salariales; una buena mano de obra barata. Si bien es cierto que hace unas semanas se publicó el aumento al salario mínimo, también es cierto que seguimos aún muy rezagados en el costo medio salarial entre las principales economías de la OCDE”, destacó el académico Cruz.
SinEmbargo reportó hace unos días que el monto del salario mínimo, pese al aumento a 102.68 pesos diarios seguirá siendo uno de los más precarios de América Latina. Inclusive, la meta prevista para 2024 (176 pesos diarios) será insuficiente para estar a la par con países como Argentina, Chile o Guatemala.
Durante eventos o las conferencias de la mañana, López Obrador ha reiterado que este modelo económico no permitió un crecimiento más allá de 2 por ciento, lo cual “orilló a millones de mexicanos” a buscar alternativas en la economía informal, la migración o las conductas antisociales.
Cruz también destacó la precarización del empleo como uno de los efectos del modelo económico. “¿Por qué el mercado laboral propició que se generaran plazas en el sector público sin ninguna prestación laboral o social y que un día para el otro se corren empleados del SAT?”, ejemplificó.
¿EL MODELO GENERA CORRUPCIÓN?
En su toma de protesta como Presidente de la República, frente a legisladores y su antecesor Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador destacó con la banda presidencial que “lo sucedido en el periodo neoliberal es inaudito”.
El diario especializado británico Financial Times publicó “en su primer discurso como Presidente de México, López Obrador denunció el neoliberalismo y prometió abolir las políticas de libre mercado”. El rotativo español El Mundo reportó que prometió acabar “con la inmunda corrupción en el país, fruto de décadas de gobiernos neoliberales”.
Isaac Katz, economista del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), contradijo al Presidente respecto a la relación entre el neoliberalismo y la corrupción, la cual, dice, debe combatirse con un arreglo institucional sólido.
“En el último Índice de Percepción de la Corrupción, elaborado por Transparencia Internacional, México obtiene un puntaje de 29/100, igual que República Dominicana, Honduras, Kyrgyzstan, Laos, Papúa Nueva Guinea, Paraguay y Rusia, países que están muy lejos de ser calificados como neoliberales. Por otra parte, los países con menor incidencia de corrupción, como son Nueva Zelanda, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suiza, Singapur, Australia y Hong Kong son simultáneamente aquellos en donde predomina un mayor liberalismo económico”, documentó en una de sus columnas en El Economista.
Sin embargo, el investigador de la UNAM, José Nabor Cruz Marcelo, dijo que una de las características del neoliberalismo es “la economía de cuates” en diferentes países, lo cual ha tenido un costo financiero relevante. “Se da la corrupción entre la gente que está en el gobierno con empresarios cercanos y el resultado de esta relación son casos de corrupción como los ha habido en Brasil o desviaciones del gasto público”, aseveró.
Estos días, López Obrador recordó durante una conferencia de prensa que, una vez reformado el artículo 35 constitucional, lanzarán una consulta ciudadana respecto al destino de los ex Presidentes.
“Quieres que se abran expedientes en contra de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, por actos de corrupción cometidos durante el periodo neoliberal, que originaron la crisis de México? o ¿Estás de acuerdo, como lo sostiene el actual Presidente, que se ponga punto final y que iniciemos una etapa nueva sin corrupción y sin impunidad?, ¿sí o no? Algo así”, adelantó.
MEZCLA ENTRE INVERSIÓN PÚBLICA Y PRIVADA
The Independent escribió tras la toma de posesión que México siempre tuvo una economía cerrada, dominada por el Estado, pero desde que entró en vigor el Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles en 1986, ha firmado más acuerdos de libre comercio que casi cualquier otro país y ha privatizado casi todos los rincones de la economía, excepto el petróleo y la electricidad.
“Ahora, sin embargo, López Obrador habla un discurso que no se escuchó en México desde la década de 1960: quiere construir más refinerías petroleras estatales y alienta a los mexicanos a no comprar en el extranjero, sino producir en México lo que se consume”, publicó.
Ese primero de diciembre López Obrador contrastó que en la época del desarrollo desestabilizador los gobernantes no se atrevieron a privatizar las riquezas de la nación, “pero en estas últimas tres décadas, las máximas autoridades se han dedicado a trasladar las riquezas a particulares nacionales y extranjeros”.
El dueño de América Móvil, Carlos Slim Helú, lo escuchó en la Cámara de Diputados. Respecto al tema, declaró a la prensa que lo que planteó el Presidente es la recuperación de esas épocas de buen crecimiento económico y baja inflación, “en donde sin corrupción y con buena eficacia en la inversión se pueda acceder a un cambio rápidamente”.
El investigador José Nabor Cruz Marcelo del IIE-UNAM afirmó que el gobierno está apostando por una mezcla entre la participación estatal y la inversión privada, respetar la autonomía del Banco de México (Banxico) y mantener superávit en las finanzas públicas.
“Estos elementos que son de una economía neoliberal van a venir acompañados de un fuerte componente de inversión pública, que es algo que decayó muchísimo en estos últimos 30 años. La búsqueda de proyectos económicos al interior del país, llámese Tren Maya o refinería, buscan revitalizar el mercado interno sobre todo las partes más rezagadas del sur; es un modelo de economía mixta”, dijo.
El mandatario federal también ha señalado que el neoliberalismo significó un programa de desmantelamiento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de Petróleos Mexicanos (Pemex), “para darle preferencia” a las empresas privadas. Por el contrario, su estrategia es modernizar las 60 hidroeléctricas y refinerías, para producir a nivel nacional y reducir importaciones en materia energética. Hace unos días anunció el apoyo de una empresa estatal de Canadá para el sector de energía eléctrica.
“En Campeche en el tema de la refinería ya decía que convocaba tanto a empresarios nacionales como extranjeros para invertir en infraestructura. Si bien era muy necesario que el gobierno federal volviera a empezar a hacer inversiones públicas, el dinero público no va a alcanzar para todos los proyectos y es necesaria la mezcla entre inversión pública y privada. Es un modelo de economía mixta que hizo cuando fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México”, planteó Cruz Marcelo.