México está en un infierno, a punto de tocar fondo y en manos de una clase política 100 por ciento mafiosa que incluye a todos los partidos, sin excepción, dice en entrevista con SinEmbargo el investigador Edgardo Buscaglia. Pero existe la esperanza de que la crisis que vive el país una a la sociedad civil y empuje una reforma al sistema político electoral que lleve a los honestos y patriotas al poder.
Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).- México está lejos de una gobernabilidad democrática, pero muy cerca de tocar fondo, dijo Edgardo Buscaglia, director del International Law and Economic Development Center. El investigador explicó que el país está desgastado por un sistema político electoral mafioso y una clase política cien por ciento corrompida.
El investigador principal en Derecho y Economía en la Universidad de Columbia en Nueva York, consideró en entrevista con SinEmbargo, que es el momento de que las organizaciones civiles mexicanas se articulen y luchen por dos reformas principales: la electoral y un verdadero sistema anticorrupción en donde las organizaciones civiles tengan las mismas facultades que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para revisar a los gobiernos federal, estatal y municipal.
Sin esos dos pilares que hoy son ciencia ficción, advirtió, México no saldrá del infierno.
Durante los últimos días, el incremento del precio de los energéticos, generó decenas de protestas y un repudio generalizado en todos los estados de la república. Ciudadanos inconformes se han manifestado con el cierre y toma de carreteras y estaciones de servicio; mientras algunas personas se ha aprovechado de la movilización por el “mega gasolinazo” y han saqueado tiendas departamentales y de autoservicio.
Para Buscaglia, México está a punto de tocar fondo, pues sufre de la “incompetencia y corrupción de sus políticos en todos los sentidos”, por ello, requiere con urgencia un gran movimiento social que haga resurgir a una nueva clase política.
Recordó que en Argentina y en Colombia surgieron reformas electorales que permitieron que ciudadanos honestos llegaran al poder. En México, añadió, los políticos honestos son una excepción. Hoy es el momento de que los líderes sociales se unan y planteen un movimiento nacional.
“Si se unen todos esos egos, donde cada uno de ellos quiere ser cacique, para comenzar a reformar lo que hoy en México es una mafiocracia y no una democracia como debería de ser. Yo tengo esperanza cuando veo una crisis como esta, de que a partir de esta crisis empiecen a surgir estos movimientos espontáneos de la sociedad civil que comienzan a unirse, ante la desesperación”, dijo.
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No hay ningún partido que se salve. Lo mismo ocurre con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que con el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) o el de Andrés Manuel López Obrador, Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Todos están en el mismo saco, porque dependen de un “sistema electoral mafioso”.
“Aquí por la situación internacional de incertidumbre, debido a la llegada de Donald Trump [Presidente electo de Estados Unidos], ambos factores hacen que México esté sufriendo una crisis económica cada vez peor, cada vez más grave, que se agrava aún más debido a la corrupción del Gobierno federal y estatales mexicanos”, alertó el investigador.
La crisis económica se suma, explicó, a la de crímenes de lesa humanidad y seguridad que vive el país desde hace una década, sin que ninguno de los partidos hayan aportado una solución para salir del “infierno”, pues están ocupados en competir entre sí bajo reglas electorales “mafiosas”.
“Estas grandes crisis de los países que han salido del infierno como Italia, como Colombia, como Indonesia, han servido para que la sociedad se una, y miles y miles de asociaciones civiles se unan en redes, rodeen a los congresos, a las casas de gobierno y propongan reformas electorales que permitan que gente honesta como Pedro Kumamoto [Diputado independiente en Jalisco] llegue al poder. Sin embargo bajo la ley electoral mafiosa que rige México, hoy todos los partidos están sometiéndose a esas reglas para llegar al poder, incluyendo al PAN, a López Obrador, al PRI, al PRD, a todos los partidos. Bajo esas reglas electorales actuales solamente mafiosos llegan al poder o títeres de mafiosos”, dijo.
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–¿ Qué tiene que hacer la sociedad civil en México para enfrentar la crisis que vive el país?
–Lo primero que tiene que hacer una sociedad civil, que fue lo que ha hecho Colombia, Italia y demás países que han salido del infierno, es desde las calles. No bloquear rutas, quemar gasolineras y generar violencia, sino que gente que ha salido del infierno han hecho movimientos de redes de asociaciones civiles con millones de personas que rodearon a las casas de gobierno y a los congresos con una sola propuesta de reforma al marco electoral, para que las reglas del juego para llegar al poder permitan que la gente limpia y honesta de México sí llegue al poder, no como hoy donde solo mafiosos y títeres de mafiosos llegan a poder, sin excepción. Cuando yo te hablo de mafiosos y títeres de mafiosos me estoy refiriendo al 100 por ciento de la clase política mexicana, sin excepción; o son mafiosos o son títeres de mafiosos.
Esa es la primera reforma madre que va a permitir comenzar a transitar al principio del fin de esta pesadilla. Las demás reformas, la judicial, energética, todas deben emanar de un nuevo sistema electoral que permita que gente honesta llegue al poder, porque hay excepciones de gente honesta en todos los partidos, en el Gobierno también, son excepciones que son asediados, amenazados que no pueden hacer nada.
Edgardo Buscaglia destacó que siempre que un país enfrenta una crisis como la que hoy vive México, hay una esperanza, de que ésta sea la madre del resurgimiento mexicano. Sin embargo, alerta, no es fácil pues se requiere de una sociedad unida a través de un movimiento nacional de miles de organizaciones.
“Sin eso, México seguirá transitando a este abismo en el cual está siempre a apunto de caer y esperemos que no caiga”, precisó el investigador.
La Reforma Electoral debe ser la madre del resto de las reformas. Ninguno de los partidos políticos ha propuesto una reforma que permita establecer las reglas del juego para una verdadera democracia, apuntó.
“Las reformas para salir de la pesadilla mexicana están claramente establecidas: son 45 instituciones que México no tiene. Desde unidades de investigación patrimonial autónomas en cada uno de los estados trabajando en red, hasta unidades de asociaciones de sociedad civil auditando a todos los niveles del Estado: presupuestos del Ejecutivo, del poder judicial, auditorías de la sociedad civil a todas las instituciones que en otros países, que tienen menos corrupción, han implementado, y que México aún no logra ni siquiera proponer, porque está regido por un sistema cien por ciento mafioso. El que diga que no es así, o es un títere de mafiosos o un mafioso en sí”, afirmó.
–¿Qué debe contener la Reforma Electoral?
– No hay manera de negociar 3de3 o reformas anticorrupción con corruptos. Nunca negocias reformas legislativas antimafia con mafiosos. Nunca negocias reformas anticorrupción con corruptos. Y es lo que ha intentado hacer la sociedad civil mexicana. Hay que salir de esto como salieron otros países. Se forma un movimiento nacional de miles de asociaciones civiles en red, que proponen una reforma electoral clave que permita que el proceso electoral realmente responda al voto electoral, desde las primarias, desde la confección de las listas de candidaturas hasta la elección general.
Son tres tipos de controles patrimoniales a los partidos y a los candidatos en el proceso electoral que no hoy no existen en México. Hay que aprovechar esta crisis para que sea la madre de estas reformas que en México no se están proponiendo. Es ciencia ficción todavía lo que estoy diciendo.
En los países como Italia había grandes figuras de sociedad civil donde toda esa gente como [Alejandro] Solalinde, gente con un espíritu como la gente que ha venido proponiendo el marco 3de3 en el Congreso, empezó a tejer alianzas con el fin de empujar una sola reforma. Pero el modus operandi para empujarla en los países donde lo lograron, que también pasaron por periodos de ensayo y error como México o como Colombia, no es sentarse con el Presidente o con los corruptos a negociar la reforma a oscuritas, como sucedió con la Reforma Anticorrupción. Sino que, sin violencia en las calles, exigiendo con la prensa nacional e internacional una reforma electoral que contenga listas de candidaturas abiertas, sujeta a elecciones primarias, cosa que no existe.
El investigador planteó que en México existen siete u ocho liderazgos como Javier Sicilia Zardain, escritor y líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), y el sacerdote y activista Alejandro Solalinde Guerra. Ellos, consideró, deben juntarse para exigir la implementación de una reforma de este tipo.
Además, consideró, que para llevar a cabo esta exigencia la ciudadanía debe hacerlo a través de boicots económicos, de una parálisis del sistema político, y no con la violencia: “Hasta que no se comienzan a implementar esas medidas a través del Congreso y del Ejecutivo, la sociedad civil no se mueve y sigue en pie”, especificó.
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–¿Hay una crisis de gobernabilidad en México, con todo lo que estamos viendo, los saqueos en las tiendas?
–Eso es una señal de que el país está tocando de a poco fondo, todavía no tocó fondo, pero lamentablemente es un indicador. Sucedió en Argentina en el 2000, recordarás que los argentinos tuvieron una gran crisis en donde quemaban almacenes y demás, y eso generó toda una reforma política conducente.
Esas crisis hay que tomarlas con mucha preocupación porque existe violencia, pero también como un catalizador de posibles movimientos sociales unificados con millones de personas que empujan por una sola reforma madre para partir de ahí y comenzar a limpiar el mercado político. Con la clase política, con el mercado político que hoy tienen, no puedes tener otro tipo de leyes que no sean mafiosas, por más que gente honesta y con buena voluntad quiera pensar diferente.
El investigador afirmó que México nunca ha tenido gobernabilidad democrática, pues desde la Revolución Mexicana hasta la década de los 90 sólo hubo una “gobernabilidad autoritaria” y una “democracia maquillada”.
“Hay que construirla comenzando con dos pilares fundamentales: un sistema político electoral que haga que llegue gente honesta, sin compromisos mafiosos ni corruptos al poder, con tres tipo de controles patrimoniales y con un marco de regulación de la sociedad civil para que miles y miles de organizaciones civiles comiencen a auditar. Cuando digo auditar es un térmico técnico en todos los ámbitos del Estado, desde lo municipal, hasta lo federal”, señaló.