The Economist reseña cómo los críticos del Mando Único dicen que no hay pruebas de que la medida modernizará a las policías. Además menciona que “las fuerzas bajo comando del estado no son inmunes a la corrupción. Dos ex gobernadores del estado de Tamaulipas son buscados por la DEA de Estados Unidos”.
Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).– “La política es un negocio arriesgado en México”, dice The Economist en su edición de esta semana al dar cuenta de los 40 alcaldes asesinados en el país en los últimos ocho años y de reseñar el homicidio de Gisela Mota, Presidenta Municipal de Temixco, como “uno de los más impactantes”.El semanario británico dice que “es bastante claro [saber] quien mató a la Señora Mota, pero no el por qué”.
Menciona que Gisela se había comprometido a combatir el narcotráfico en Temixco, “una importante estación de paso en una de las principales rutas para mover drogas a la Ciudad de México”. Pero dice que con sólo un día en el cargo “apenas si tuvo tiempo para amenazar a los traficantes de drogas de la región”.
The Economist dice que el Gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, “ofrece una teoría diferente” al asesinato de la Alcaldesa de Temixco: “Él piensa que la señora Mota fue asesinada porque apoyó la toma de poder de las policías locales por parte del estado, una política conocida como Mando Único”.
Sin embargo, el medio plantea que “si la señora Mota fue asesinada por criminales como castigo por apoyar el Mando Único, el asesinato desencadenó la acción que ellos trataron de evitar”, es decir, la implementación de esa medida en Temixco y otros 14 municipios, incluida la capital, Cuernavaca,
La publicación detalla que en México hay 2 mil distintos tipos de policías locales, además de las policías estatales y federales, “muchos de éstas con pocos fondos y mal administradas”. Menciona que algunas de estas corporaciones, y los alcaldes que las dirigen, “están aliados con los criminales”.
The Economist refiere que “la toma de control de las policías locales por parte del estado fue la gran idea para combatir el crimen que se le ocurrió al Presidente Enrique Peña Nieto tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa”.
Dice que los defensores del Mando Único aseguran que los estados pueden modernizar las fuerzas policiales, coordinarlas mejor y darles más dinero. “Los alcaldes se enfrentarán a menos riesgo si no están directamente involucrados en el trabajo policial. Y los corruptos tendrán menos oportunidad de subvertirlo”.
Sin embargo, indica que los críticos de la política dicen que no hay pruebas de que modernizará a las policías. “Las fuerzas bajo comando del estado no son inmunes a la corrupción. Dos ex gobernadores del estado de Tamaulipas son buscados por la DEA de Estados Unidos”, dice el semanario.
“Antes que la señora Mota fuera asesinada, otros alcaldes parecían enfrentar mayores riesgos. En la última década más han sido asesinados en los estados pobres del sur como Michoacán y Oaxaca que en cualquier otro”, reseña el medio.
Bernardo Gómez de Misiones Regionales de Seguridad, una consultora de seguridad, dijo al medio que varios alcaldes del norte de México, donde las drogas son enviadas a los Estados Unidos, tienen miedo de trabajar en los pueblos que los eligieron.
Dice que el Mando Único puede ofrecerles menos protección que más y mejores guardaespaldas.