Ni el acuerdo político para abrir el camino hacia una nueva Constitución que permita las reformas estructurales que demanda la ciudadanía, ni la aprobación de un aumento de la ayuda estatal a las pensiones más bajas en hasta un 50 por ciento, entre otras medidas sociales anunciadas por el Gobierno, han logrado terminar con la agitación.
Por Rubén Figueroa
Santiago de Chile, 6 dic (EFE).- Las manifestaciones de Chile dormitan de lunes a jueves para despertar cada viernes y recordarle al Gobierno que su agenda social no convence, que hacen falta cambios más profundos y que se haga justicia por los damnificados por la acción policial durante las protestas, que duran ya 50 días.
Hace varias semanas que las movilizaciones contra las desigualdades del país producto de su economía neoliberal se concentran los viernes; y así fue esta jornada, con miles de personas copando la céntrica Plaza Italia de Santiago, epicentro de las protestas.
“¿Cuánto duró tu rabia? No hemos cambiado nada”, rezaba una de las llamadas a manifestarse esta jornada para mantener viva la protesta ciudadana.
Ni el acuerdo político para abrir el camino hacia una nueva Constitución que permita las reformas estructurales que demanda la ciudadanía, ni la aprobación de un aumento de la ayuda estatal a las pensiones más bajas en hasta un 50 por ciento, entre otras medidas sociales anunciadas por el Gobierno, han logrado terminar con la agitación.
Tampoco el drástico empeoramiento de la economía por la incidencia en el comercio, la industria y los servicios de los hechos de violencia que están acompañando al estallido social desde su inicio, con incendios, saqueos y destrozo de locales comerciales y empresas está motivando el cese de las protestas.
SEGUIR EN LA CALLE PARA PROVOCAR “CAMBIOS PROFUNDOS”
La ciudadanía desconfía del Gobierno y de su agenda social, y considera que sólo siguiendo en las calles se lograrán cambios profundos.
“Todavía no hemos logrado nada”, lamentó Denisse Araya, de 31 años, quien explicó a EFE que se endeudó con un banco para poder estudiar Química y que todavía le quedan 20 años para poder devolver el préstamo.
El estudiante universitario José Gallardo dijo a EFE que “la presión de la calle tiene que acabar provocando cambios más profundos, porque de momento el Gobierno no nos da ninguna solución”.
La agenda social del Gobierno se encuentra al 70 por ciento, según su propia estimación, y contempla desde el establecimiento de un ingreso mínimo garantizado de 350 mil pesos (unos 450 dólares) al aumento de las pensiones o la rebaja del 50 por ciento en la tarifa de transportes para todos los mayores de 65 años, entre otras cosas.
La implementación de esta agenda no es todo lo rápida que el Gobierno quisiera, que ya en varias ocasiones ha pedido al Congreso Nacional que aborden con urgencia varias de las medidas que ha enviado como proyectos de ley.
JUSTICIA POR VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS
“La marcha de la esperanza” era el lema de otras de las convocatorias a manifestarse este viernes y que contaba con la imagen de Gustavo Gatica y Fabiola Campillai, quienes perdieron la visión de sus dos ojos al ser presuntamente disparados con una escopeta de balines de goma y con una bomba lacrimógena, respectivamente, por agentes policiales.
Las fuerzas de seguridad están acusadas de cometer centenares de violaciones de derechos humanos, incluidas la muerte de cinco de los al menos 23 fallecidos que deja hasta la fecha el estallido social, y los chilenos siguen saliendo a la calle para reclamar justicia por estos hechos.
“No puede haber impunidad en las violaciones de los DD.HH., y es por eso que las protestas no van a calmarse”, aseguró a EFE la joven Romina Sánchez.
Varios organismos internacionales se han pronunciado sobre estos presuntos abusos, el último en hacerlo ha sido a Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que expresó este viernes su “condena al uso excesivo de la fuerza” y los graves desmanes durante las protestas sociales en Chile y subrayó su preocupación por el elevado número de denuncias de violaciones a los derechos humanos.
BUENAS NOTICIAS EN INFLACIÓN Y MERCADO CAMBIARIO
La economía chilena vivió una de sus peores semanas tras experimentar una caída del 3.4 por ciento en octubre, la mayor en 10 años, pero encontró este viernes un alivio en el dato del índice de precios al consumidor (IPC), que registró un alza de apenas un 0.1 por ciento en noviembre, quedando el acumulado en los 11 meses del año en 2.9 por ciento y el interanual en 2.7 por ciento.
El mercado cambiario también dio un respiro a la economía y el peso chileno terminó la semana en 778.70 unidades por dólar, hasta 30 pesos menos que el pasado viernes gracias a la intervención del Banco Central, que el lunes comenzó a vender los 20 mil millones de dólares que había anunciado para tratar de frenar la caída de la divisa chilena, que llegó a cotizar al mínimo histórico de 828.36 unidades por dólar.