La empresa recurrió a la granja lechera de Holden y a los productores de queso Westcombe Dairy y Trethowan Brothers para surtir el cuantioso pedido.
Ciudad de México, 6 de noviembre (SinEmbargo).- La industria láctea sufrió uno de los mayores robos de la historia. A finales del pasado mes de octubre en Londres se reportó “la desaparición” de 22 toneladas de un Cheddar valoradas en 300 mil libras, lo equivalente a 390 mil dólares.
De acuerdo con The New York Times, el suceso sería la mayor estafa que ha sufrido su industria en décadas.
Según el diario estadounidense todo inició en julio cuando Neal’s Yard Dairy, uno de los principales minoristas de queso de Londres, recibió un importante pedido de lo que que parecía ser un “distribuidor mayorista legítimo de un importante minorista francés”.
Por lo anterior, la empresa recurrió a la granja lechera de Holden y a los productores de queso Westcombe Dairy y Trethowan Brothers para surtir el cuantioso pedido, que envió meses después, en septiembre, en dos remesas que debían pagarse en octubre, pero el pago jamás llegó.
“Íbamos por ahí, orgullosos, diciendo ‘adivina qué, un supermercado francés va a comprar nuestro queso'[…] Nunca pensamos que eso ocurriría y pues resulta que no ocurrió”, expresó Patrick Holden, en cuya granja lechera de Gales se elaboró parte del cheddar desaparecido, en entrevista con The New York Times.
Fue hasta que Neal’s Yard Dairy tuvo certeza de que el pedido se había tratado de una estafa que decidió denunciar lo ocurrido ante las autoridades londinenses, pero hasta el momento nadie ha sido detenido
Pese a que Neal’s Yard Dairy ya había pagado a los tres proveedores con los que acudió para surtir el pedido, la realidad es que la empresa registró pérdidas monetarias en los costos adicionales de mano de obra, el embalaje y hasta el pedido.
Lo cierto es, que según The New York Times, este tipo de robo no es el primero que se da en la industria láctea, pero se destaca que es más común en Italia.
Por su parte, el célebre chef británico, Jamie Oliver ha advertido a los entusiastas del queso que desconfiaran “de cantidades sospechosamente grandes de cheddar de primera calidad en el mercado negro”.