Ataques aéreos golpearon el domingo dos campos de refugiados en el centro de la Franja de Gaza que mataron a decenas de personas, según responsable de Salud. Los ataques se produjeron mientras Estados Unidos instaba a Israel para que hiciera una pausa humanitaria en su constante bombardeo de Gaza y las crecientes muertes de civiles.
Por Wafaa Shufara y Samy Magdy
DEIR AL BALAH, Franja de Gaza (AP).— Las fuerzas israelíes aislaron al norte de Gaza del resto del territorio asediado y lanzaron intensos bombardeos durante la madrugada del lunes, preparando el terreno para una incursión terrestre en la Ciudad de Gaza que podría derivar en una fase aún más sangrienta de la guerra.
El saldo de palestinos muertos ya supera los 10 mil, informó el lunes el Ministerio de Salud palestino en Gaza, que es regentado por Hamás y no distingue entre combatientes y civiles. Unos mil 400 israelíes han muerto, en su mayoría civiles en el ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre que desató la guerra.
Son cifras sombrías que marcan lo que desde ya es la guerra más mortífera entre israelíes y palestinos desde la creación del Estado de Israel hace 75 años. Y no hay fin a la vista, mientras Israel jura que sacará del poder al Hamás y que lo aplastará militarmente.
Lo más probable es que las bajas sigan subiendo a medida que la guerra pase a una etapa de lucha urbana. Se esperaba que las tropas entraran en la ciudad el lunes o el martes, según medios israelíes, y que los milicianos palestinos, que se han preparado durante años, plantarán batalla calle a calle y lanzarán emboscadas utilizando una amplia red de túneles.
“Estamos estrechando el cerco”, declaró el teniente coronel Richard Hecht, vocero militar israelí. “Los tenemos rodeados y hemos separado las bases de Hamás en el norte y en el sur”.
Las fuerzas israelíes señalaron que bombardearon 450 objetivos durante la noche y que sus soldados tomaron una base de Hamás. Una carretera de una sola dirección, hacia el sur, sigue estando disponible para los palestinos que permanecen en la Ciudad de Gaza y otros lugares del norte, afirmaron las fuerzas israelíes.
Unos 1.5 millones de palestinos, o en torno al 70 por ciento de la población, han huido de sus hogares desde que comenzó la guerra. Se están acabando la comida, los medicamentos, el combustible y el agua, y las escuelas de Naciones Unidas convertidas en refugios se ven sobrepasadas, de modo que mucha gente duerme en las calles a su alrededor.
La Franja de Gaza se quedó sin Internet y servicio telefónico durante la noche, la tercera vez que eso ocurre desde el inicio de la guerra, pero los servicios se restablecieron gradualmente el lunes. Los apagones, afirman grupos humanitarios, dificultan a los civiles buscar refugio o llamar a ambulancias.
Hasta el momento, Israel ha rechazado los exhortos estadounidenses de hacer una pausa en su ofensiva a fin de permitir el envío de ayuda humanitaria y la libertad de algunos de los 240 rehenes retenidos por Hamás. Israel también ha rechazado peticiones de una tregua por parte de países árabes, entre ellos Jordania y Egipto, que firmaron la paz con Israel hace décadas.
Tras días de intensa diplomacia, el Secretario de Estado estadounidense Antony Blinken concluyó el lunes una gira por la región, afirmando que los esfuerzos por implementar una pausa humanitaria, negociar la liberación de los rehenes o planificar para una Franja de Gaza libre de Hamás siguen siendo “un trabajo en progreso”, sin mencionar logros concretos.