Justo unas semanas después de haberse anunciado el acuerdo que realizó el estado mexicano con 15 empresas para aminorar su carga fiscal en la importación de insumos básicos como el huevo, Senasica recientemente alertó sobre casos de influenza aviar H5N1 en una granja avícola en Montemorelos, Nuevo León.
Senasica tiene un rol importante en la seguridad nacional porque funge como el organismo que se cerciora de que las plagas y enfermedades no lleguen a México, sin embargo, con esta medida antiinflacionaria que ha elegido el gobierno, las empresas que importen insumos del extranjero no necesitan de su visto bueno. Esto quiere decir que en México estamos sujetos a la buena voluntad de las empresas, confiando en que no antepongan sus intereses económicos y financieros por sobre la seguridad de los mexicanos y mexicanas.
Es muy preocupante que el gobierno exima a las empresas firmantes de “todo trámite”, especialmente de la inspección de Senasica para la importación de alimentos a nuestro país. Las enfermedades zoonóticas como la influenza aviar no son algo que debemos de tomar a la ligera, especialmente después de la experiencia global con COVID-19.
Este acuerdo pone en un grave riesgo a la población, ¿acaso no aprendimos nada de la pandemia? De acuerdo con la OMS, la mayoría de los casos en humanos de la influenza A (H5N1) están asociados al contacto directo de personas con aves infectadas, ya sea vivas o muertas. Expertos en salud están preocupados de que el virus H5N1 mute a una forma en la que se pueda esparcir de una persona a otra.
Es vergonzoso que no sólo se les den más privilegios a las empresas que explotan a los animales y que empeoran la crisis climática con su enorme huella ecológica; además, se les condonan las revisiones que tienen como finalidad asegurarse que las importaciones de estas compañías cumplan con las medidas sanitarias. Esto es un tema de seguridad nacional y parece que a nadie le alarma.
Mientras otros países están buscando soluciones para resolver la crisis alimentaria a través de formas innovadoras, eficientes y sostenibles, en México se les dan más permisos a aquellas empresas que mantienen el statu quo de las cosas, que con sus productos de origen animal causan un sinfín de sufrimiento y un daño a nuestro medio ambiente.
No, no podemos confiar en la buena voluntad de las empresas porque estas tienen como única finalidad crear utilidades sin tomar en cuenta el impacto que tienen en los animales que confinan ni en el suelo que contaminan.
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