La víspera, el neurocirujano Leopoldo Luque, médico personal de Maradona y quien dirigió la operación quirúrgica realizada el martes, señaló que el exfutbolista cursó algunos episodios de confusión asociados “a un cuadro de abstinencia” del que no dio más detalles.
BUENOS AIRES, 6 de noviembre (AP) .— Diego Armando Maradona continuará hospitalizado en una clínica de las afueras de Buenos Aires donde se recupera de una operación de edema craneal bajo el cuidado de un equipo médico que incluye a un psicólogo y una psiquiatra.
Los dos profesionales dijeron el viernes a los periodistas apostados a las puertas de la clínica Olivos, donde Maradona está internado, que la evolución del exastro argentino del futbol es muy positiva, aunque todavía no se puede determinar cuándo será dado de alta.
“En el postoperatorio aparecieron síntomas de abstinencia y su vez surgieron ciertos parámetros que nos pareció importante regular, parámetros del descanso, del apetito y del ánimo. Son ciertos ajustes que nos parecieron pertinentes para que se quede unos días más internado”, detalló Agustina Cosachov, psiquiatra especializada en conductas adictivas que trabaja junto a otros médicos en la recuperación de Maradona.
La doctora, que estaba acompañada del psicólogo Carlos Díaz, agregó que el tiempo de internación del técnico de Gimnasia y Esgrima se evalúa “día a día” y que el excapitán de la selección argentina está cada vez mejor.
La familia de Maradona —quien se encuentra sedado— está de acuerdo con su tratamiento médico, según indicaron los especialistas del área mental.
La víspera, el neurocirujano Leopoldo Luque, médico personal de Maradona y quien dirigió la operación quirúrgica realizada el martes, señaló que el exfutbolista cursó algunos episodios de confusión asociados “a un cuadro de abstinencia” del que no dio más detalles.
Maradona, de 60 años, tiene un largo historial de adicciones a las drogas y el alcohol. Insiste en que le den el alta médica, pero según Luque fue persuadido para que permanezca internado un tiempo más.
La salud de la leyenda del fútbol es de nuevo foco de la atención pública.
Durante su cumpleaños el pasado 30 de octubre apareció públicamente en la cancha de Gimnasia para dirigir ante Patronato por la primera fecha de la liga argentina. No tenía buen semblante y necesitó ayuda para caminar.
Dos días después fue hospitalizado en un centro médico de la ciudad de La Plata, al sur de Buenos Aires, debido a que sufría deshidratación, anemia y un cuadro depresivo. Allí una tomografía de rutina detectó un hematoma subdural, que es la acumulación de sangre entre la corteza cerebral del cerebro y la duramadre, una membrana que se encuentra adherida a la parte interior del cráneo, algo generalmente provocado por un golpe en la cabeza.
Fue trasladado a la clínica de Olivos, donde el martes por la noche fue operado exitosamente.
Maradona estuvo al borde de la muerte por sus adicciones a las drogas y el alcohol en 2000 y 2004. En 2005 se sometió a un bypass gástrico en Colombia y logró bajar 50 kilos.
En 2007 padeció una hepatitis tóxica aguda y en 2019 le colocaron una prótesis en su rodilla derecha.
En los últimos días allegados al exjugador de Barcelona, Napoli y Boca Juniors advirtieron que estaba deprimido y no quería comer, lo cual llevó a su hospitalización bajo supervisión de su médico personal.