Las últimas acciones para impedir la extinción de la vaquita marina parecen ser una opción desesperada, a cara o cruz, que además han convertido la recuperación en todo un caso mediático.
El plan de rescate “Vaquita: Conservación, Protección y Recuperación (CPR)” pretende capturar a los ejemplares que quedan –se estima que unos 30– y lograr su reproducción en un santuario marino en el Alto Golfo de California, noroeste de México. Sin embargo, desde el comienzo, los expertos han reconocido que el programa sería riesgoso.
CIUDAD DE MÉXICO 6 de noviembre (AP) – Las causas al gobierno de México ya los expertos internacionales para terminar con la operación de captura y el encierro de las pocas vaquitas marinas que quedan vivas luego de que un ejemplar murió al poco tiempo de ser capturado el fin de semana.
Desde el comienzo, los expertos han reconocido que el programa llamado “Vaquita CPR” sería riesgoso.
El lunes, los expertos emitieron un mensaje en el que dicen que los científicos que forman parte del grupo de trabajo con un grupo de revisión y con el gobierno mexicano para estudiar lo sucedido y “determinar la mejor forma de proceder”.
La organización de protección de animales Animal Welfare Institute tardó inmediatamente el programa relacionado con las vaquitas marinas. Indicó que “estas pequeñas marsopas no responden bien al estrés que les ocasiona la captura y ninguna otra vaquita debería ser expuesta a ese peligro deliberadamente”.
Las últimas acciones para impedir la extinción de la vaquita marina parecen ser una opción desesperada, a cara o cruz, que además han convertido la recuperación en todo un caso mediático, desplazando la atención de otras especies no tan “carismáticas” pero de gran importancia medioambiental.
El plan de rescate “Vaquita: Conservación, Protección y Recuperación (CPR)” pretende capturar a los ejemplares que quedan –se estima que unos 30– y lograr su reproducción en un santuario marino en el Alto Golfo de California, noroeste de México.
“Nunca se había hecho y no sabemos si va a funcionar”, dijo a Efe la subcoordinadora de especies prioritarias de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), María Esther Quintero.
La operación, “un esfuerzo consensuado entre los investigadores y gente con mucha experiencia”, es echar una moneda a cara o cruz, pues se desconoce si la especie “va a aguantar el estrés del cautiverio”, señala.
Además, es un mamífero que se descubrió a finales de los años sesenta y “sobre él que no sabemos nada. No se han hecho casi estudios y no sabemos nada de la historia natural, cómo se reproduce, qué condiciones requiere en su cautiverio, no tenemos ni idea”, admite.
Aunque “a los mamíferos marinos no les va bien en cautiverio”, añade, esta parece ser la única opción que queda para salvar a la especie.