Ciudad de México, 6 de noviembre (SinEmbargo).- Dos atractivas jóvenes veinteañeras con los pechos descubiertos queman una bandera del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el cementerio de Tlalpan. Portan antorchas y lucen sendos mensaje en el torso: “País de fosas” y “fue el estado”. Son las líderes fundadoras de FEMEN México: Gisela Pérez (25 años) y Kika Gutiérrez (29 años).
La organización FEMEN nació en Kiev (Ucrania) en 2008 como una nueva iniciativa feminista para reivindicar el rol activista de la mujer y denunciar la explotación de las mujeres ucranianas. El movimiento adquirió fama internacional al calor de las protestas contra el presidente ruso, Vladimir Putin, y en las reivindicaciones conmemorativas del 68 francés. Los torsos desnudos volaron por las redes sociales y los medios internacionales. El impacto fue descomunal. Las manifestaciones de FEMEN se multiplicaron. También las críticas y la polémica, no solo de la derecha, sino de grupos feministas tradicionales.
Hoy el grupo originario tiene cientos de militantes y cuentan con activistas en distintos países. En México irrumpieron el pasado 2 de octubre con un mensaje politizado contra “la tiranía del PRI”. La mañana de ayer llevaron a cabo su última acción quemando la bandera del partido de Enrique Peña Nieto en protesta por los 43 desaparecidos de Iguala.
La líder fundadora del movimiento, la abogada Gisela Pérez de Acha, respondió las preguntas de SinEmbargo.
– ¿Por qué quemar la bandera del PRI cuando los responsables de la situación en Guerrero son del PRD?
– Nuestra protesta es en contra del regreso del PRI. Algunos miembros del PRD son los responsables más directos de la desaparición a los normalistas en Iguala, pero es el retorno del PRI lo que ha llevado a este desmadre. El PRI ha permitido el desgobierno, la tiranía y la impunidad de los Gobernadores. Es un régimen tiránico que engulle al resto de partidos, los absorbe con su lógica y no permite ningún tipo de oposición. El ‘Mexican moment’ no existe, es un invento propagandístico. Y de eso va la protesta.
– ¿Qué simboliza el acto?
– Fuimos a un cementerio de Tlalpan y quemamos la bandera. El poder es una lucha de símbolos. Y en la protesta de ayer jugamos con ellos para darles un significado distinto. Mientras la bandera del PRI significa para ellos “democracia”, para nosotros es tiranía y por eso la quemamos. El cementerio representa México, un país de fosas; y nuestro cuerpo desnudo que normalmente se entiende como algo erótico, representa un lienzo político de protesta.
– ¿Por qué un acto tan minoritario?
– Tratamos de romper con el ciclo de represión de protestas masivas que siempre son demonizadas. Los manifestantes del 132 son catalogados como vándalos, anarquistas y hasta terroristas. Me pregunté qué podía hacer para que el Gobierno no nos pueda catalogar y reprimir. Y la respuesta que me di son este tipo de actos. Queremos reivindicar un mensaje de alto impacto político y feminista. No es una protesta tradicional, es un acto simbólico.
– Muchos militantes feministas (sobre todo en España) acusan a a FEMEN de exhibicionismo y definen a sus miembros como un grupo de chicas con buen cuerpo con ganas de enseñarlo.
– Hay tomar en cuenta el contexto de cómo surgió FEMEN: surgió en Ucrania, donde una gran parte de la población es blanca y güera, y donde estas características no necesariamente significan ser privilegiado, sino todo lo contrario. Estamos hablando de Europa del Este, ser blanco no significa ser rico. Aquí se percibe por varias feministas como un movimiento “colonial”, que quiere imponer ciertas ideologías y tipos de belleza. Creo que esto es más un trauma histórico que una realidad. En el fondo, el mito de la ucraniana delgada en FEMEN ya no existe. Tanto en Francia, España, Túnez y Turquía, vemos cuerpos de diferentes tipos..
– Pero las acusaciones hablan de frivolidad, de actitud naif, de exhibicionismo. En otras palabras, se dice que es mucha casualidad que todas tengáis lindos cuerpos. Tanto en Europa como aquí se preguntan: ¿Hay que tener buen cuerpo para pertenecer a FEMEN?
– Les diría dos cosas. En primer lugar, que vean una protesta en la calle y no solo en los medios. Porque muchas veces los medios son los que deciden sacar a las más esbeltas en portada. En segundo lugar, calificar un cuerpo de bonito, gordo, feo o lo que sea, es erotizarlo y cosificarlo. Da igual el tipo de cuerpo, lo que importa es la protesta y el mensaje que intentamos dar. Siempre se califican los cuerpos de la mujeres conforme a lo que mejor conviene a un sistema machista. La protesta puede ser extraña y compleja, pueden no entenderla, pero es un arma política para subvertir el sistema.
– ¿Cuál es vuestra relación con otros grupos feministas?
– Quiero dejar claro que no somos pioneras en el feminismo en México ni en mostrar el desnudo como arma política. Aquí se ha trabajado mucho y muy bien. Nosotros continuamos esta línea de pensamiento pero usamos el mismo lenguaje de la publicidad y los medios de comunicación para dar a entender nuestro mensaje y que la protesta sea más efectiva. Una protesta que no se cubre por los medios mainstream tiene mucho menos impacto.
– ¿Cómo valoras la situación en México con respecto a la liberación sexual de la mujer?
– Creo que estamos en pañales. Mucho tiene que ver con la religión católica que pesa mucho en este país y reafirma los roles de género en lugar de cuestionarlos: la mujer como objeto erótico, ama de casa y madre por obligación. El cuerpo es visto como un pecado que provoca a los hombres.
– Cuando os manifestáis en la calle con los pechos descubiertos ¿sufrís a menudo acoso verbal por parte de los hombres?
– En la última manifestación por lo de Iguala, en Bellas Artes, los hombres nos silbaban y nos provocaban. Es lo de siempre. Las feministas académicas le llaman “teoría de la violación”, y de ahí parte FEMEN. Se culpa a la mujer por llevar minifalda o escote, se piensa que por enseñar el cuerpo merece ser acosada o violada. Eso es falso. No por mostrar estamos provocando. En las estructuras machistas, se asocian las tetas con algo sexual, pero es una construcción social que viene directamente de la función reproductiva de las mismas. Por eso tenemos que desintegrar ese sentimiento y des-erotizar (SIC) el cuerpo femenino.
– ¿Queréis que los pechos dejen de provocar instinto sexual en los hombres? ¿No es más realista promover el civismo y el respeto?
– Eso es. Sabemos que los hombres siempre van a sentir ese impulso. Pero tienen que respetarnos. Nuestro mensaje es: “estoy desnuda, pero no para provocarte”.
– Sin embargo, no deja de ser una provocación en otro sentido, provocáis a la gente religiosa y conservadora.
– Somos una provocación contra la religión y contra el sistema machista, contra la trata del sexo y contra las dictaduras como la de Putin en Rusia o la del PRI en México.
– ¿Cuántos miembros tiene FEMEN México?
– Unas 20 personas. Desde aquí animo a que se una más gente. Sé que es difícil por lo que implica desnudarse. Pero se puede conseguir mucho.
– ¿Cómo valoras los resultados de vuestra acción?
– Estamos empezando. Reconozco que a veces nos equivocamos. Nuestra protesta de enero, por ejemplo fue fallida. Yo aparecí con un eslogan pintado en mis pechos en el que decía: el PRI es un falo gigante. Y finalmente eso no funcionó, no deserotizó. Me queda claro que tenemos que pensar nuestras acciones de forma inteligente y no caer en la parodia. Se trata de subvertir el pensamiento.