Los santuarios son lugares mágicos para los animales

06/10/2024 - 12:02 am

Hace años, visité por primera vez un santuario antiespecista. Nunca imaginé que un lugar que alberga animales liberados de la explotación podría convertirse en un espacio tan mágico, no sólo para los animales que lo habitan, sino también para quienes tenemos el privilegio de visitarlos. Estos lugares no son simplemente refugios; son espacios donde las vidas de los animales son finalmente respetadas y donde podemos observar cómo son realmente cuando se les permite vivir sin miedo ni sufrimiento.

Los santuarios antiespecistas representan mucho más que un espacio físico donde los animales pueden vivir en libertad. Son lugares donde se reescribe la narrativa de sus vidas. En un mundo que generalmente los considera como mercancía o recursos, los santuarios ofrecen un refugio donde sus historias cambian, donde dejan de ser víctimas para convertirse en protagonistas de su propia vida. Allí, por primera vez, pueden experimentar algo que el sistema de explotación les había arrebatado: la posibilidad de decidir, de moverse libremente, de desarrollar sus propias personalidades, de establecer relaciones con otros animales y con los seres humanos que les cuidan.

Los santuarios ofrecen un vistazo a un mundo posible, un mundo donde los animales no son propiedad ni recursos. Allí, viven vidas completas, donde pueden expresar su individualidad y ser reconocidos por lo que son: seres con deseos, emociones y una capacidad de sufrimiento y alegría que, muchas veces, nos es difícil de comprender desde fuera.

Los santuarios ofrecen un vistazo a un mundo posible. Foto: Granjita TYH

Cada animal liberado en un santuario antiespecista tiene una historia única, muchas veces marcada por el abuso y la explotación. Pero, en estos espacios, sus historias toman un giro radical: comienzan un proceso de sanación y redescubrimiento.

Los santuarios no sólo benefician a los animales; también transforman a las personas que los visitan. Para muchas personas, ver a los animales viviendo con dignidad y respeto provoca una conexión profunda que cambia sus perspectivas sobre el consumo y el uso de animales. Son lugares que nos invitan a reflexionar sobre nuestras acciones y el impacto que tienen en otros seres. Cada Santuario en el mundo es un recordatorio poderoso de que otra realidad es posible, una donde los humanos y los animales pueden convivir en paz y armonía, sin violencia ni explotación.

Uno de los proyectos que me ha inspirado más recientemente es un cortometraje llamado Santuario, una producción audiovisual de Generación Vegana. Este cortometraje, narrado por algunas de las voces más importantes del movimiento vegano mundial, nos cuenta la historia de Índigo, una niña que vive en un santuario y, junto a su madre, rescata a una vaca. Esta animación basada en hechos reales, nos muestra de manera hermosa la esencia de los santuarios: la relación profunda entre humanos y animales que florece en un entorno de respeto mutuo. Y una transformación hacia un mundo más justo, no solo para los humanos, sino para todos los habitantes de este planeta.

Jessica González Castro
Jessica González Castro es Directora en Latinoamérica para la organización internacional Generación Vegana. Estudió la licenciatura en Administración de Empresas de Hospitalidad en la Universidad del Valle de México. Fundó el primer centro comunitario vegano en México, Casa Animal.
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