Los investigadores explicaron que pese a que estos animales microscópicos son conocidos por sus excepcionales habilidades de autoconservación, son “como un linaje fantasma para los paleontólogos, con casi ningún registro fósil”.
Ciudad de México, 6 de octubre (RT).- Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey y la Universidad de Harvard ha identificado recientemente un nuevo género y una nueva especie de tardígrado (también conocido como oso de agua) tras hallar un fósil de este animal microscópico conservado íntegramente en un ámbar de República Dominicana de 16 millones de años de antigüedad.
La nueva especie, denominada Paradoryphoribius chronocaribbeus, que mide poco más de medio milímetro, fue identificada como un pariente de la superfamilia de los tardígrados modernos y representa el primer fósil de este animal recuperado del Cenozoico, la era geológica actual, que comenzó hace 66 millones de años, explicaron los científicos en un comunicado. El ejemplar cuenta con ocho patas y garras en forma de aguja 20-30 veces más finas que un cabello humano.
The third fossil tardigrade, from Miocene age Dominican amber – #ProcB https://t.co/sS7J50PRhz @RobinNinon1 @BoudAnt1 @InvertebratePal #OpenAccess #Palaeontology pic.twitter.com/BjdmWZoVo7
— Royal Society Publishing (@RSocPublishing) October 6, 2021
Según detalló Marc A. Mapalo, coautor del estudio y estudiante de posgrado en Harvard, a primera vista, el fósil encontrado parece similar a los tardígrados modernos debido a su morfología externa relativamente simple. “Sin embargo, por primera vez, hemos visualizado la anatomía interna del intestino anterior en un fósil de tardígrado y hemos encontrado combinaciones de caracteres en este espécimen que no vemos ahora en los organismos vivos”, explicó. “Esto no solo nos permite situar a este tardígrado en un nuevo género, sino que ahora podemos explorar los cambios evolutivos que este grupo de organismos experimentó durante millones de años”, añadió.
A pesar de que los tardígrados son conocidos por sus excepcionales habilidades de autoconservación –pueden sobrevivir al vacío del espacio o volver a la vida después de estar congelados durante décadas en el musgo de la Antártida– es muy difícil encontrar un ejemplar fosilizado. Se trata del tercer tardígrado fósil del que se tiene constancia, detalla el estudio, publicado este miércoles en la revista Proceedings of the Royal Society B.
“El descubrimiento de un fósil de tardígrado es realmente un acontecimiento único en una generación”, afirmó Phil Barden, coautor principal de la investigación y profesor asistente de Biología en el Instituto de Tecnología de Nueva Jersey. “Lo más notable es que los tardígrados son un antiguo linaje omnipresente que lo ha visto todo en la Tierra, desde la caída de los dinosaurios hasta el surgimiento de la colonización terrestre de las plantas. Sin embargo, son como un linaje fantasma para los paleontólogos, con casi ningún registro fósil. Encontrar cualquier resto fósil de tardígrado es un momento emocionante en el que podemos ver empíricamente su progresión a través de la historia de la Tierra”, subrayó.
El equipo sugiere que los raros hallazgos de fósiles de tardígrados como el Paradoryphoribius chronocaribbeus podrían proporcionar nuevas estimaciones moleculares que ofrezcan una nueva visión de los principales acontecimientos evolutivos que han dado forma a sus más de mil 300 especies existentes hoy día, como la miniaturización de su plan corporal, que lo convierte en uno de los animales con patas más pequeños de la Tierra.