A pesar de que el petróleo barato se acaba, Pemex se encuentra en un hoyo financiero con un pasado de corrupción y, aunque otras empresas del mundo están mirando hacia la transición energética, el Gobierno federal insiste en apostar por el modelo de fósiles que ha agudizado la crisis climática y dañado las finanzas públicas.
Ciudad de México, 6 de octubre (SinEmbargo).– El petróleo barato de fácil acceso está en declive y Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una gran deuda, por lo que cada vez son más limitadas las opciones para insistir en un modelo petrolero, como lo hace el Gobierno federal ignorando a la crisis climática derivada en parte de los fósiles, advirtieron investigadores durante un foro.
Luca Ferrari, investigador del Centro de Geociencias de la UNAM, documentó que México ha gastado el 90 por ciento del petróleo que puede extraerse con seguridad y, el que queda de las reservas probadas, por su profundidad es el más complicado y caro de extraer con menor tasa de retorno.
Recordó que el auge del petróleo fue en la década de los 70 y 80 hasta el 2004, cuando el famoso campo de Cantarell dominó la producción y tocó el máximo de 2,038 mbd equivalente al 60 por ciento de la producción. De ahí se fue en caída. Aunque el Gobierno federal pretende recuperar esos niveles de producción “es imposible”, ya que actualmente entre 10 campos producen 1,084 mbd promedio.
Con el tiempo, las reservas probadas se han reducido sobre todo entre 2014 y 2016 por la crisis del precio del petróleo. Al 1 de enero de 2020, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), las reservas probadas son equivalente a 8,602 mdbd (78 por ciento petróleo y 22 por ciento gas), por lo que “el petróleo duraría 10 años y el gas 5 años al ritmo de producción actual”.
A futuro, sin considerar el petróleo no convencional, la caída en la producción será pronunciada, ya que para 2030 se tendrá menos de un millón de barriles diarios de producción frente al 1.6 mdbd producidos en promedio actualmente.
Solo en los 17 campos petroleros prioritarios del Gobierno federal, en 2020 Pemex está produciendo 121 mil barriles diarios en comparación con los 350-450 mil barriles diarios de los campos que sostienen la mayoría de la producción, Ku, Zaap y Maloob, los cuales “ya están en declive”. Es decir, en comparación con el gran Cantarell, cada vez se tienen campos más pequeños, por lo que se necesita más capital y energía.
Respecto a los hidrocarburos no convencionales extraídos con la técnica de fracking, Ferrari expuso que además del efecto en el estrés hídrico y la potencial contaminación en el agua, suelo y aire, no “es un gran negocio” porque el costo económico también es altísimo, no se cuenta con reservas detectadas, solo recursos prospectivos, y México tiene una pequeña parte de yacimientos frente a Estados Unidos.
“Sería una inversión enorme ante un costo ambiental muy amplio para un tiempo muy corto. En el mejor de los casos, se podría proveer el equivalente de 9 años de la producción actual de gas y petróleo”, afirmó.
Kjell Kühne, director de Leave it in the Ground Initiative (LINGO), planteó que las reservas deben quedarse bajo tierra e impulsar la inversión en energías renovables, porque recordó que de seguir con “la sociedad de los combustibles fósiles” –causando que se rebase los 1.5 grados límite en la temperatura del planeta–, se agudizará la extinción de la biodiversidad, los incendios forestales, el derretimiento de glaciares o el aumento del nivel del mar, que provocaría la desaparición de costas como Tabasco, donde se construye la refinería Dos Bocas, entre otros caos.
“Ya no reconoceríamos nuestra casa. Eso está por suceder, si nosotros no cambiamos. De todas formas, los gobiernos y las empresas siguen pensando en buscar más la exploración petrolera en aguas profundas. Se invierte el dinero a pesar de ser una apuesta que podemos perder: sacar lo más profundo nos llevaría a 7 grados de temperatura más; es un juego muy peligroso”, alertó.
“Pemex es uno de los principales actores que debe reaccionar (empezando por prohibir el fracking). Es una de las empresas más grandes del mundo que nos han llevado a la situación climática que estamos ahorita, además de Chevron, Exxon, Shell, PDVSA, Total, British Coal, entre otras”.
No obstante, Fernanda Ballesteros, coordinadora del Programa de Regulación y Competencia Económica México Evalúa, documentó que no puede saberse cuántas veces el Consejo de Administración de Pemex ha abordado la transición energética o cambio climático, porque no se han difundido las minutas de las 20 sesiones que han tenido este año.
“Esto limita nuestra información sobre lo que está pasando en esta empresa estatal”, dijo la investigadora, quien expuso que al ser “la prioridad” de la política energética del Gobierno federal ha recibido este año más del 12 por ciento del gasto público total y para 2021, pese a la crisis sanitaria y económica, se le darán más recursos. La inyección de recursos públicos contrasta con su producción anual (la más baja en 40 años), pérdidas de más de 600 mil millones de pesos en el primer trimestre y pasivos totales por más de 3.8 billones de pesos, lo que la convierte en una de las empresas más endeudadas a nivel mundial (más de 100 mil millones de dólares).
Una de las causas de este caos financiero, explicó Ballesteros, es la falla en su gobierno corporativo. Pese a que otras petroleras en el mundo como en Noruega ya están tomando decisiones entorno a cómo invertir en proyectos para transitar de fuentes fósiles a renovables, Pemex no incluye en su estrategia de negocios los riesgos por cambio climático, estrategias para reducir impacto ambiental de su operación ni un eje de trabajo hacia la transición energética.
“Morena recientemente planteó cambios a la Ley de Pemex que apuntan a esta transición que debe marcar el futuro de la empresa, pero son los órganos de gobierno de la empresa los que tendrían que estarse planteando estas estrategias”, comentó la investigadora de México Evalúa, cuyo índice de transparencia corporativa halló fallas en opacidad de la petrolera de acuerdo con 50 variables de seis categorías.