El novillero Gerardo Cruz recibe una grave cornada en el muslo izquierdo en la Plaza México

06/10/2019 - 10:44 pm

ADVERTENCIA: IMÁGENES FUERTES

La cornada de Gerardo Cruz fue el colofón a una mala tarde de toros.

Por Borja Ilián

México, 6 de octubre (EFE).- El novillero mexicano Gerardo Cruz recibió una grave cornada de dos trayectorias, de 20 centímetros cada una, en la cara interna del muslo izquierdo tras ser herido por el novillo que cerraba plaza en la séptima corrida del ciclo Soñadores de Gloria 2019, este domingo en la Plaza México.

A parte de la grave cogida de Cruz, el encierro terminó sin nada positivo que destacar en cuanto a los seis espadas que formaron el cartel.

Los novillos de Santo Toribio fueron de pocos kilos pero bien repartidos. Descastados en líneas generales salvo el que salió en tercer lugar, bravo y con mucha trasmisión. Se lidió un novillo de Huertas en sexto lugar, que prendió al joven novillero. Asistieron unas dos mil personas al festejo.

La cornada de Gerardo Cruz fue el colofón a una mala tarde de toros.

El percance aconteció, en los medios por falta de sitio y comprobar la querencia que iba desarrollando el astado, le acompañó cerca de tablas y allí con más arrojó que sentido logró sacar muletazos al natural pero sin lograr mandar al animal, que acabó prendiéndole de manera aparatosa.

Desde el principio la cornada parecía en un mal lugar pero incomprensiblemente le permitieron continuar tras hacerle un torniquete. No tardó Gerardo Cruz en desvanecerse y ser llevado a la enfermería.

El parte oficial de la plaza habla de "cornada en cara interna del muslo izquierdo tercio proximal, con orificio de entrada de 10 centímetros, y con orificio de salida en cara interior de cinco centímetros, con dos trayectorias, una profunda hacía fémur de 20 centímetros y otra que atraviesa el muslo de 20 centímetros con lesión severa de musculo, descubriendo los vasos femorales sin lesionarlos".

El novillero fue trasladado al Hospital Ángeles Mocel para procedimiento quirúrgico definitivo.

El resto de los novilleros de la séptima del ciclo, mostraron la misma falta de sitio de Cruz, pero a diferencia de éste, que pagó con sangre su atrevimiento, los otros cinco mostraron una falta de valor visible por lo despegado de su toreo.

Fueron más los episodios sonrojantes que los aciertos o correctas interpretaciones de la lidia.

Rodrigo Ochoa y Joel Delgado "Panita" pretendieron dar vueltas al ruedo tras sus pobres actuaciones, la sonora pita de los aficionados lo impidió.

"Panita" mantuvo la atención de los presentes con el capote y sobre todo banderillas, por su nerviosa intervención que parecía acabar arrollado por el novillo. Aún así logró un par al violín de mérito.

El ecuatoriano Javier Segovia estuvo al borde de la espantada con el muy bravo toro de Santo Toribio de nombre Buen Amigo. Un excelente animal que en el encuentro con el caballo no cesó de empujar a pesar de la dura vara que en realidad fueron tres.

En los dos primeros pares de banderillas pudo con sus oponentes y sólo al final Christian Sánchez, tragando mucho, logró ejecutarlos correctamente.

Desbordó Buen Amigo al novillero con su casta que remataba al cielo todos los encuentros, para luego buscar de nuevo al oponente con bravura.

Cayetano Delgado recibió un aviso sin siquiera haber tomado el estoque tras una insustancial y larga faena, el novillo ya muy parado por haber recibido una larga vara, cayó y fue apuntillado sin recibir una sola estocada. Ulises Sánchez se fue entre pitos por no lograr ejecutar un sólo pase.

Con tan inexpertos novilleros las bregas de las cuadrillas fueron fundamentales, como las realizadas por Christian Sánchez, Luis Alcántar o el gran par de Pascual Navarro que debió merecer saludo al tercio.

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