Pasados los primeros impactos del sismo del 19 de septiembre y el reencuentro con la solidaridad de los mexicanos, los problemas de violencia vuelven a ocupar las portadas de los medios de comunicación. En las últimas 24 horas, la realidad del país quedó nuevamente retratada: el fotoperiodista Edgar Daniel Esqueda Castro y Stalin Sánchez González, Alcalde de Paracho, Michoacán, fueron asesinados.
Analistas ven que el clima electoral puede azuzar más el clima de violencia y alertan que el Gobierno federal saliente podría descuidar la violencia en inseguridad.
“La cargada política ya no estará virando sobre Peña, porque estará de salida y pensando en cómo acomodarse con el candidato abanderado del PRI. Y eso tendrá efectos negativos, porque ahora estará buscando adeptos, no combatir a la delincuencia”, explicó Ricardo Espinoza Toledo, profesor de la UAM.
Ciudad de México, 6 de octubre (SinEmbargo).– Las últimas 24 horas bastaron devolver a México a su realidad de violencia y muerte, luego de días en que los ciudadanos del país tuvieron un reencuentro con la solidaridad, provocada por los sismos del 7 y 19 de septiembre. Estos sucesos sangrientos podrían convertirse en la tónica previo a las elecciones del 1 de julio, alertaron especialistas.
Hoy, en un hecho que recuerda la vulnerabilidad de los políticos locales, fue asesinado a tiros Stalin Sánchez González, Presidente Municipal de Paracho, Michoacán, frente a su domicilio. Del 2008 a la fecha han sido asesinados seis alcaldes en esta entidad, y cuatro ex Ediles.
Ricardo Espinoza Toledo, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UAM), considera que ante el poco tiempo que le resta a al actual Gobierno federal ya hay un descuido de la violencia.
“Hubo un pequeño paréntesis durante el sismo, lo que tenemos enfrente es una situación política, junto a la estrategia fallida para combatir la delincuencia”, señaló.
En la administración de Peña Nieto han asesinado a 37 periodistas, el último fue Edgar Daniel Esqueda Castro, fotoperiodista de San Luis Potosí, cuyo cuerpo fue encontrado hoy. En lo que va de este año, 10 periodistas fueron privados de la vida, un promedio de uno por mes.
Los primeros ocho meses de este año, última cifra oficial con la que se cuenta, suman 16 mil 318 homicidios dolosos, esto representa 792 más que los ocurridos en los mismos meses del 2011, el año más violento.
Tomás Guevara Martínez, profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa, explicó que el crimen organizado en México podría tomar auge no sólo con la violencia, sino en el financiamiento de partidos.
El 20 de septiembre, el presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Ochoa Reza, exhortó a los partidos a donar dinero de las campañas a los afectados por el sismo.
“No sabemos cómo se va a resolver el problema de los dineros de los partidos. El hecho de que el PRI exige a la oposición que done su dinero es porque tienen garantizadas otras fuentes de financiamiento. No tengo duda de que esas fuentes de financiamiento provengan de acciones de esos grupos delictivos”, dijo.
En tanto en las calles, el crimen organizado sigue genera crisis de violencia e inseguridad.
Este miércoles el Gobierno de Guerrero registró la irrupción ocho camionetas de grupos armados a las localidades de Xochilapa, en donde asesinaron a dos adultos mayores e hirieron a una mujer. Ante esto, las autoridades realizaron un despliegue de Policías del Estado y del Ejército.
Este grupo armado secuestró a cuatro elementos de la policía rural, que fueron declarados libres y salvos un día después, de acuerdo con la información del Grupo de Coordinación Guerrero.
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“Un escenario que ha favorecido [la violencia e inseguridad] son las políticas fundamentalmente represivas, sin entender que para controlar el crimen organizado se necesita una perspectiva más compleja y multidimensional”, señaló María Eugenia Suárez de Garay, doctora de la Universidad de Guadalajara (UdG).
Agregó: “Muchas de estas zonas que están copadas por el crimen organizado, están carentes de los servicios mínimos básicos, como tener un servicio municipal, efectivo, eficiente y profesional”.
Para la profesora uno de las medidas que deben de acompañar a los operativos es la aplicación de la justicia. Una labor que se antoja a cuenta gotas en Chihuahua, donde ayer las autoridades detuvieron al segundo presunto autor de la masacre del centro de rehabilitación “ Uniendo Familias para vivir Mejor”.
En el sitio fueron asesinados 15 personas en rehabilitación del consumo de drogas el 26 de septiembre pasado. Las autoridades de Chihuahua atribuyen la tragedia a la banda denominada “Los Aztecas”.
Otra parte de la violencia en México también salió a flote en los últimos días: los feminicidios. El miércoles 4 de octubre, la joven veracruzana de Las Choapas, Suri Bautista Pineda fue acribillada en el fraccionamiento Prados Norte, en Cancún, cuando salía de su hogar.
“Hay un problema de violencia que va más allá de los grupos del crimen organizado, están influyendo sobre otras formas de delinquir que no necesariamente están asociados al crimen organizado, por ejemplo, el aumento de los feminicidios”, dijo Guevara.
El 21 de septiembre el Canciller Luis Videgaray Caso hizo la presentación de México durante el debate de la Asamblea General de las Naciones Unidas y reconoció la violencia contra las féminas que había en el país.
“Los Estados solidarios tenemos la obligación de proteger y promover los derechos humanos; sin embargo, las mujeres y las niñas sufren de violencia sexual, exclusión, marginación, discriminación y en casos extremos abominables feminicidios”, dijo Videgaray Caso.
Sin embargo, el reconocimiento no se ha traducido en acciones contundentes.
Hoy las iniciativas de ley que caracterizaron al sexenio de Peña, como la Ley de Seguridad Interior, que reglamentaría las funciones del Ejército; y la del Mando Mixto, que daría la coordinación policial de algunos municipios a los estados, duermen el sueño de los justos en el H. Congreso de la Unión.
Espinoza sostiene que ya vemos a un Presidente más ajeno a contener los efectos de la violencia, conforme el proceso electoral transcurre.
“La cargada política ya no estará virando sobre Peña, porque estará de salida y pensando en cómo acomodarse con el candidato abanderado del PRI. Y eso tendrá efectos negativos, porque ahora estará buscando adeptos, no combatir a la delincuencia”, explicó.