Gustavo Sosa Núñez
06/09/2020 - 12:00 am
Cambio climático y la Agenda 2030 (Parte 2)
En la contribución del mes anterior se comentó sobre la relación que tiene el cambio climático con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del 1 al 5 de la Agenda 2030. En esta ocasión se explora la interacción que tiene con el resto de los ODS. Lograr el ODS 10 –reducción de la desigualdad– implica […]
En la contribución del mes anterior se comentó sobre la relación que tiene el cambio climático con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del 1 al 5 de la Agenda 2030. En esta ocasión se explora la interacción que tiene con el resto de los ODS.
Lograr el ODS 10 –reducción de la desigualdad– implica compartir recursos e información en cuanto a mejores prácticas para desarrollar estrategias de mitigación y adaptación tomando en cuenta características locales; aunque este no es un tema que esté explícitamente detallado en alguna meta del ODS 10. Lo que sí está incluido en la Meta 10.7 es la migración y movilidad ordenadas y seguras, que será un aspecto crucial en las estrategias de adaptación al cambio climático.
En tanto, el ODS 11 –ciudades resilientes y sostenibles– plantea sistemas de transporte sostenibles (Meta 11.2), la protección del patrimonio natural (Meta 11.4), la reducción de muertes por desastres (Meta 11.5), la reducción del impacto ambiental negativo per cápita (Meta 11.6), y el acceso universal a zonas verdes (Meta 11.7) –lo que implica el incremento en cantidad y superficie de áreas boscosas en zonas urbanas para asistir a la mitigación de los efectos de las islas de calor urbano que son exacerbados por el cambio climático, entre otros tópicos.
El alcance del logro del ODS 12 –consumo y producción sostenibles– también influirá, pues se busca la gestión sostenible y el uso eficiente de recursos naturales (Meta 12.2), así como la reducción significativa de la liberación de productos químicos a la atmósfera, el agua, y el suelo (Meta 12.4). Otro aspecto refiere a la racionalización de subsidios ineficientes a combustibles fósiles (Meta 12.c); aunque debe ser la transición a fuentes renovables el paso a seguir.
También están ciertos ODS cuyos temas y metas van de la mano con el cumplimento del ODS 13. Tales son los casos del ODS 6 –acceso al agua–, el ODS 7 –acceso a la energía–, el ODS 14 –vida marina–, y el ODS 15 –vida terrestre–; en los que se señalan diversas posturas que, de observarse puntualmente, abonarían directamente a la mitigación del cambio climático. De hecho, contribuirían más a combatir el cambio climático que la consecución de las metas del propio ODS 13.
Al respecto, el ODS 6 busca reducir la contaminación del agua y aumentar el reciclado y la reutilización sin riesgos (Meta 6.3), asegurar la sostenibilidad de la extracción y abastecimiento del vital líquido (Meta 6.4), así como proteger y restaurar ecosistemas relacionados al agua, como bosques, humedales, ríos, lagos y acuíferos (Meta 6.6.). En tanto, el ODS 7 contempla aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en la matriz energética (Meta 7.2), duplicar la eficiencia energética actual (Meta 7.3), y fomentar la investigación al respecto (Meta 7.a).
Por su parte, el ODS 14 busca la reducción de la contaminación marina (Meta 14.1), la protección de ecosistemas marinos y costeros (Meta 14.2), y la conservación de 10 por ciento de estas zonas (Meta 14.5), entre otras metas. Destaca la intención de minimizar y abordar los efectos de la acidificación de los océanos (Meta 14.3); aunque la manera en la que se presenta la meta supone acciones sobre los efectos y no sobre la acidificación en sí misma, que es una de varias consecuencias del cambio climático en los océanos, y que tiene su origen principalmente tierra adentro.
El ODS 15 es igualmente importante para establecer acciones contra el cambio climático. La conservación y uso sostenible de ecosistemas terrestres y de agua dulce (Meta 15.1) es vital en tanto estas zonas pueden fungir como reservorios de carbono, como humedales y bosques. Estos últimos reciben énfasis de atención, al buscar detener la deforestación y fomentar la forestación y reforestación (Meta 15.2), así como adquirir el financiamiento para la gestión correspondiente (Meta 15.b). La lucha contra la desertificación (Meta 15.3), y la pérdida de biodiversidad (Meta 15.5) también abonan a ralentizar el impacto del cambio climático; aunque el origen de gran parte de esta problemática surge de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero que están modificando los patrones climáticos a gran escala.
Además, otros ODS son inherentemente contrarios al espíritu del combate al cambio climático. Este es el caso del ODS 8 –promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible–. ¿Realmente eso es posible? La urgencia por crecer constantemente y la competencia del libre mercado refuerzan la idea de que es imposible crecer sin límites en un planeta con recursos naturales finitos. ¿Cuánto consumo será necesario para crecer al menos 7 por ciento anual en países menos adelantados –y que por ende no consumen en demasía– tal como lo propone la Meta 8.1? La respuesta podría estar en la Meta 8.4, que señala la importancia de dar seguimiento al Marco Decenal de Programas sobre Modalidades de Consumo y Producción Sostenibles (10YFP, por sus siglas en inglés), cuya relevancia se reitera en la Meta 12.1. ¿Será esto suficiente?, ¿existe el compromiso más allá del discurso?
Modificar el statu quo tomará mucho tiempo, si es que es posible. Mientras tanto, un adecuado punto de partida es la formulación de políticas nacionales de cambio climático, tal como lo propone el ODS 13 de la Agenda 2030. México va en esa dirección.
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