Los millones de mexicanos indocumentados en Estados Unidos realizan gran parte del trabajo que nadie más quiere hacer: recogen la cosecha, atienden restaurantes u hoteles, levantan construcciones… Y, además, pagan impuestos y envían miles de dólares a sus familiares en México. Sin embargo, el candidato republicano Donald Trump busca deportarlos por ser “criminales”. Si se considera que de los 5.6 millones de mexicanos sin documentos en EU, 4 millones trabajan, de ser expulsados se sumarían a los 2 millones de desempleados que ya hay en México. Así, de un día para otro el número total de desempleados en México alcanzaría las 6 millones de personas. ¿El gobierno será capaz de ofrecerles un empleo y acceso a la salud, alimentación y vivienda?
Ciudad de México, 5 de septiembre (SinEmbargo).– Unos 60 mil camiones con 50 pasajeros cada uno han llegado de Estados Unidos a México. Transportan a 4 millones de mexicanos indocumentados que trabajaban “en el otro lado”. Dejarán de enviar remesas y se sumarán a los 2 millones sin empleo formal (Inegi) que viven en el país. De la noche a la mañana, hay 6 millones de desempleados.
Eso pasaría si el candidato republicano Donald Trump se convierte en Presidente y cumple su amenaza de deportar a los “11 millones de indocumentados” que están en Estados Unidos, en su mayoría mexicanos.
En 2014 había 11.3 millones de indocumentados en Estados Unidos, de los cuales 5.6 millones eran mexicanos, cifra que ha ido a la baja desde 2007, de acuerdo con un estudio del Centro Pew. De los 8.1 millones que trabajaban en la construcción y los servicios, 4 millones 14 mil 80 eran mexicanos.
El plan de Trump más que duplicaría el número de desempleados que hay en el país y, además, cerraría la llave a millones de dólares por concepto de remesas que cada año envían los mexicanos a sus familias.
De acuerdo con el Banco de México (Banxico), en 2015 se recibieron 24 mil 784 millones de dólares. Michoacán, Guanajuato y Jalisco fueron los principales receptores.
DESEMPLEADOS SIN SALUD, ALIMENTACIÓN NI VIVIENDA
Un país con una economía ya en desaceleración no es capaz de generar más empleos con seguridad social, por lo que el arribo de 3 millones de personas sin trabajo sería imposible de enfrentar. De hecho, esa es una de las causas por las que se van a Estados Unidos: en busca de un trabajo.
La expansión promedio de México durante 2011-2015 ha sido solo de un 1.7 por ciento, “lento para una economía emergente”, de acuerdo con la calificadora Standard and Poor’s. El año pasado se llegó a un 2.5 por ciento, pero para este 2016 los analistas estiman no más de un 2 por ciento.
Con ese ritmo de crecimiento, el gobierno tampoco podría ofrecerles el derecho a servicios de salud pública, a la alimentación ni a la vivienda. Actualmente no lo hace para el total de la población.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se considera que una persona se encuentra en una situación de carencia por acceso a servicios de salud cuando no cuenta con afiliación, adscripción o derecho a recibir servicios médicos de alguna institución pública.
El 18.2 por ciento de la población (21 millones 755 mil personas) carece del acceso a los servicios de salud, principalmente en Michoacán, Veracruz, Puebla, Chiapas y la Ciudad de México. Dos de cada 10 personas no cuentan con cobertura de Seguro Popular.
La Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS) 2013 estimó que el 33 por ciento de la población no está afiliada a ninguna institución de salud. El 77 por ciento que sí tiene acceso al Seguro Popular, IMSS o ISSSTE se enfrenta, enfermo, contra un sistema sobredemandado.
Respecto al derecho a la alimentación, el 23.4 por ciento (27 millones 990 personas) sufre una carencia, ya sea porque comió menos de lo necesario por falta de recursos, tuvo que reducir la porción, no realizó una o varias comidas al día o experimentó hambre.
Además, una vez que los mexicanos indocumentados vuelvan a México, ¿dónde vivirán?, ¿todos podrán regresar a la casa que dejaron? El Coneval detectó que el 12.3 por ciento (14 millones 763 mil personas) no tiene una vivienda digna, sobre todo en Guerrero, Chiapas y Oaxaca, de los estados más pobres del país.
El 21.2 por ciento (25 millones 433 mil personas) no tiene agua, luz o drenaje en sus casas.
“¿QUIÉN VA A TRABAJAR EN EU?”
La economía de Estados Unidos también se vería afectada por el plan de Trump.
La cosecha no se va a levantar, no habrá suficiente personal que atienda los hoteles o los restaurantes ni trabajadores en la construcción o en las casas, dijo el representante demócrata por Texas, Roberto Alonzo. Los restaurantes cerrarían, añadió Jesús “Chuy” García, inmigrante mexicano y miembro del Partido Demócrata.
“Los mexicanos indocumentados realizan gran parte del trabajo que nadie más quiere hacer”, dijo Alonzo. “Chuy” coincidió: “¿Quién va a trabajar? Somos los que les hacemos el trabajo. Tengo 27 años trabajando siete días a la semana (en Estados Unidos)”.
A pesar de ello, expuso Alonzo, muchos patrones se aprovechan porque no tienen documentos. Les pagan menos de lo que deberían o antes de que les tengan que dar su sueldo, llaman a migración. Además, dijo, no les enseñan sus derechos laborales.
De acuerdo con la ley Plyler vs Doe de la Suprema Corte, quien viva en Estados Unidos cuenta con derechos aunque no tenga documentos. Por ejemplo, todos los jóvenes hasta los 18 años pueden ir a la escuela sin tener que pagar. Además, trabajar sin los documentos debidos no es un crimen.
Aunque en algunos casos, declaró Jesús García, trabajan con “papeles chuecos”. Los documentos, dijo, no se ganan el dinero, sino la persona que trabaja.
El representante Roberto Alonzo agregó que Estados Unidos no sólo dejaría de contar con esa mano de obra, sino que ya no contaría con los ingresos por concepto de impuestos capta de los indocumentados. “Será una gran pérdida”, dijo.
De acuerdo con el Instituto de Recaudación y Política Económica (ITEP, en inglés), los migrantes indocumentados pagan por concepto de impuestos un estimado de 11.64 billones de dólares al año.
Respecto a los mexicanos que cuentan con documentación, ambos políticos demócratas reconocieron que lograr una estancia legal en Estados Unidos “es complicado”, pero hay oportunidades.
El Anuario de Migración y Remesas 2016 de BBVA Bancomer registró que 36.9 millones de personas de origen mexicano residían en ese país el año pasado. Además, 12.2 millones eran migrantes y 7.6 millones tenían un empleo. Las cifras engloban a los migrantes tanto legales como ilegales.
¿DÓNDE LLEGAN?, ¿CUÁNTO GANAN?
Muchos mexicanos migran al país vecino del norte en busca de las oportunidades de vida que no encontraron en su lugar de origen. Dejan atrás su casa, familia, amigos y comunidades sin saber si volverán. Independientemente de su situación legal, la mayoría llega a California y Texas, la mitad estudió hasta la secundaria o un nivel educativo inferior, las mujeres trabajan principalmente en hostelería y los hombres en la construcción, y laboran entre 33 y 44 horas a la semana por menos de 20 mil dólares al año en promedio, de acuerdo con el Anuario de Migración y Remesas 2016.
Después de la India, México es el segundo país con más personas que migran a otro país y el 98 por ciento lo hace a Estados Unidos.
Aunque el número de los que llegan ha ido en picada. Entre 2000 y 2007, el volumen de migrantes mexicanos en ese país aumentó en promedio 500 mil personas al año. Sin embargo, de 2007 a 2014 se ha reducido en promedio en 50 mil, expuso el Anuario.
Los indocumentados también han ido a la baja. El Centro de Estudios de Migración de Nueva York (CMS, por sus siglas en inglés) reportó que la población indocumentada en Estados Unidos bajó a 10.9 millones en 2014 por primera vez desde 2004, mientras la población sin papeles de origen mexicano se redujo por más de 600 mil entre 2010 y 2014.
El Instituto de Política Migratoria (MPI) atribuye esta disminución a un mercado laboral estadounidense débil, una agresiva política anti-inmigración y a una menor población mexicana en edad de laborar.
California y Texas son los principales lugares de destino de la mayoría de los migrantes mexicanos en Estados Unidos. En la región sudeste de aquel país existe una mayor población con matrícula consular originaria de los estados de la frontera norte: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, documentó el Anuario 2016 de BBVA Bancomer.
Los migrantes originarios de estados con amplia tradición migratoria como Jalisco y Michoacán, y de las entidades de Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Distrito Federal y Durango, presentan porcentajes importantes de matrículas consulares con residencia en Illinois.
De los 2 mil 456 municipios que había en México durante 2010, 177 tenían muy alto grado de intensidad migratoria, los primeros 20 se ubicaron en los estados de Oaxaca, Michoacán, Querétaro, Hidalgo, Guanajuato, Durango y Aguascalientes.
Sobre su nivel de escolaridad, el 44.7 por ciento de mujeres y el 45.2 por ciento de los hombres, cerca de la mitad de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, tiene solamente secundaria o inferior.
¿A qué se dedican? Sin especificar si son documentados o no, del 67.6 por ciento de la población de migrantes mexicanos económicamente activos, el 92.9 por ciento tuvo empleo y el 7.1 por ciento estaba desempleado entre 2013 y 2015.
Las dos principales actividades económicas que concentran a las migrantes mexicanas que trabajan en Estados Unidos son: hostelería y esparcimiento (19.8 por ciento) y salud y educación (18.9 por ciento); mientras que en el caso de los varones son: construcción (25.7 por ciento) y manufacturas (13.7 por ciento).
En el mismo periodo referido, el 54 por ciento de las mujeres y el 30.2 por ciento de los hombres ganó menos de 20 mil dólares al año por 35 o 44 horas semanales. Solo un 11.4 por ciento de las mujeres ganó más de 40 mil dólares al año, mientras que en el caso de los varones la proporción llegó a 25 por ciento de la población.