Sandra Lorenzano
06/08/2023 - 12:01 am
Abuelaaaa, lalala
Mientras tanto, sigamos cantando y bailando para celebrar cada nuevo encuentro, cada nuevo abrazo, en Argentina, y exijamos que este México nuestro, con más de cien mil personas desaparecidas, no se siga desangrando.
Estela de Carlotto baila, bastón en mano, con Buscarita Roa, mientras decenas de personas saltan a su alrededor cantando “Abuelaaaa Lalala”, una “porra” que nació en el último mundial de futbol en las calles de Buenos Aires, y con la que hoy celebran, celebramos, que las Abuelas de Plaza de Mayo han encontrado al nieto 133. Se trata del tercer hijo de Cristina Navajas, maestra, y Julio Santucho, teólogo y exseminarista. Cristina, secuestrada y asesinada por los militares, dio a luz en 1977 entre torturas. La familia Santucho fue diezmada por la dictadura (1976-1983); perdió a casi una veintena de sus miembros entre secuestrados, asesinados y desaparecidos.
Cuarenta y seis años tardó ese niño nacido en un centro clandestino de detención en reencontrarse con su padre y hermanos. “No tengo dudas de que vamos a estar juntos el resto de nuestras vidas -dijo su hermano Miguel, un conocido defensor de los derechos humanos-. Nos buscamos, nos quisimos encontrar y el abrazo que nos dimos es para siempre”.
Se dice fácil, pero para que esto pudiera suceder, para que unos cantaran y bailaran en el local de Abuelas en Buenos Aires, y otros pudiéramos festejar emocionados a la distancia, hicieron falta muchos años, mucho amor, mucha generosidad, muchas lágrimas, mucha energía, mucha convicción. Y vuelvo a decirlo: mucho, mucho amor.
Estela es la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Buscarita una de las participantes más activas. La primera tiene 92 años, y encontró a Guido, hijo de su hija Laura, asesinada por la última dictadura, después de más de 36 años de búsqueda. Buscarita está a punto de cumplir 86 y recuperó a su nieta Claudia después de 22 años.
A casi medio siglo de aquel golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, aún quedan cientos de nietos que no conocen su verdadera identidad; se cree que fueron alrededor de 500 las niñas y niños nacidos en cautiverio. “Algunos fueron entregados directamente a familias de militares, otros abandonados en institutos como NN, otros vendidos. En todos los casos les anularon su identidad y los privaron de vivir con sus legítimas familias, de sus derechos y de su libertad”, dice la página web de Abuelas https://www.abuelas.org.ar/
Por eso cada nieta, cada nieto recuperado es una fiesta, un triunfo de los derechos humanos y la democracia. Por eso bailamos.
“Vos podés ser uno de los nietos que estamos buscando. Si naciste entre 1975 y 1980 y tenés dudas sobre tu identidad, consulta aquí”. La invitación está en la página y se refuerza con la presencia constante de las Abuelas en los medios, con obras de teatro, con libros, con charlas en escuelas, con el apoyo de quienes, como ellas, creen en la vida, en la ética y en la necesidad de seguir defendiendo la memoria, la verdad, la justicia y el nunca más. Cada tanto se acerca alguien, temeroso o decidido, que quiere saber algo más de sí mismo, de su propia historia, de su origen, de la historia de sus padres. Cada tanto un nuevo reencuentro, un abrazo postergado durante décadas, nos entibia el corazón, más allá de las indignantes declaraciones de algún político fascista que reivindica el terrorismo de Estado y su violencia genocida.
Estela de Carlotto con su hija Claudia, coordinadora de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, y la diputada Victoria Montenegro, ella misma una nieta recuperada, estuvieron en México hace un par de semanas, invitadas por el Embajador argentino, Carlos Tomada. La mañana del 21 de julio, fueron recibidas por López Obrador en su conferencia mañanera. Allí Estela dijo:
Hace 45 años que soy parte de una lucha en Argentina por la desaparición forzada de personas y siendo abuela, madre, tenemos esa doble tarea de búsqueda que es imposible dejar de hacerla…mientras tenga un bastón o una silla y la gente vea que tengo mi cerebro lúcido voy a seguir para que esto no vuelva a ocurrir nunca más. No es una palabra, es una necesidad para todos los pueblos de Latinoamérica.
Imposible no recordar ese conmovedor encuentro que esta incansable Abuela tuvo con las madres y padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en octubre de 2018, en el marco de la conmemoración por los 50 años de la matanza de Tlatelolco, al escuchar las palabras que dijera estos días en la Embajada: “Quiero que mi presencia en la mañanera sirva también para que las madres que buscan a sus hijos en México sean escuchadas por el presidente”.
Reunida con un grupo de madres buscadoras les dijo: “A luchar bien, a hermanarnos, a decir se puede, a llorar en casa y luchar fuera. No den lástima, que les tengan miedo, porque están pidiendo lo que corresponde”.
Mientras tanto, sigamos cantando y bailando para celebrar cada nuevo encuentro, cada nuevo abrazo, en Argentina, y exijamos que este México nuestro, con más de cien mil personas desaparecidas, no se siga desangrando. “Estrechemos los abrazos de toda Latinoamérica para la verdad, memoria, justicia y nunca más”.
Así sea, querida Estela.
¡Abuelaaaa Lalala!
Al cerrar estas notas, leo que AMLO dijo, el 31 de julio pasado, que descartaba la idea de reunirse con las madres buscadoras. Una declaración ofensiva, dolorosa y ajena a cualquier intento de llevar adelante una política justa, democrática y defensora de los derechos humanos. Qué tristeza y qué preocupante.
Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.
más leídas
más leídas
opinión
opinión
21-11-2024
21-11-2024
21-11-2024
21-11-2024
20-11-2024
20-11-2024
19-11-2024
19-11-2024
18-11-2024
destacadas
destacadas
Galileo
Galileo