POR ALBERTO OSORIO, GLORIA REZA Y FELIPE COBIÁN
Orgullosos de su dominio de 18 años en Jalisco, al que creyeron inagotable granero de votos, los panistas salen por la puerta de atrás, en tercer lugar. Pese a las fuertes sospechas que rodean al nuevo núcleo de poder, sobre todo a Aristóteles Sandoval, éste se alzó con el triunfo el domingo 1. La regresión panista fue vencida por otra, más hábil políticamente… en el mal sentido.
GUADALAJARA, JAL. (Proceso).- El PAN se derrumbó y dio paso al regreso del PRI luego de tres sexenios: el primero, con las novatadas de Alberto Cárdenas; el segundo, marcado por el autoritarismo de Francisco Ramírez Acuña y su línea invisible entre panismo y priismo, y el último sellado por el arribismo de los neopanistas, el despilfarro gubernamental y el acentuado alcoholismo de Emilio González Márquez.
Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, expresidente municipal priista de esta capital se convirtió el 1 de julio en el virtual gobernador, gracias en gran medida al apoyo del Grupo Universidad de Guadalajara y pese a los señalamientos de supuestos nexos con el narcotráfico.
Cuestionado por sus excesos, su forma ostentosa de vestir y su colección de relojes finos; y a la vez por haber endeudado al municipio, lo que motivó a la calificadora internacional Standard & Poor’s a bajar su calificación crediticia, Sandoval Díaz, de 38 años, será gobernador a partir del 1 de marzo de 2013.
Su carrera política ha sido meteórica, al pasar de dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) a regidor, diputado local y alcalde, al tiempo que se desempeñaba como maestro universitario.
Durante su administración municipal, de sólo dos años, Sandoval Díaz se caracterizó por la permanente crisis de inseguridad en la zona metropolitana, donde se incrementaron los robos a bancos, a casas habitación, vehículos y autopartes, así como los asaltos a transeúntes. Para colmo, su secretario de Seguridad Ciudadana, Servando Sepúlveda Enríquez, se negó en reiteradas ocasiones a presentar exámenes de confianza. El principal escándalo se suscitó durante lo narcobloqueos de principios de marzo, cuando las 141 cámaras de seguridad quedaron inexplicablemente fuera de servicio.
En el proceso electoral aún en curso, el conteo rápido registrado hasta la madrugada del lunes 2 le otorgaba una ventaja de menos de seis puntos porcentuales sobre Enrique Alfaro Ramírez, el candidato del Movimiento Ciudadano (39.2% contra 33.4%). Éste, acérrimo enemigo del exrector y líder del Grupo UdeG, Raúl Padilla López, se negaba a reconocer la ventaja del priista.
En tanto, el PAN y su candidato, Fernando Guzmán Pérez Peláez, se rezagaron en el tercer lugar con el 20.6% de los votos, después de 18 años de gobiernos erráticos, alianzas con organismos y personas de dudosa reputación y denuncias de corrupción, particularmente en la administración saliente, encabezada por Emilio González. Por cierto, este ultracatólico panista será recordado porque en 2009 les mentó la madre a sus detractores, quienes le respondieron: “Nos vemos en las elecciones”.
La tarde del domingo, antes de que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPC) presentara los resultados oficiales de su conteo rápido, el candidato del PRI declaró que iba adelante por más de 10 puntos porcentuales y más de 350 mil sufragios. Desde las 15:00 horas del domingo 1, el equipo de Aristóteles Sandoval cerró la Glorieta Minerva para celebrar más tarde su victoria.
Durante el proceso electoral no se presentaron mayores incidentes aunque Alfaro denunció que los priistas se dedicaron a hacer llamadas en su nombre para hacer una supuesta autopromoción, y en otra modalidad, para difundir mentiras acerca de él.
Dichas llamadas se habrían realizado incluso en la madrugada del domingo de la elección desde el call center Atención Telefónica, que se ubica en la plaza Concentro, como confirmaron empleados de dicha empresa, especialmente instalada para esa operación.
Proceso comprobó que el centro telefónico laboraban 60 personas del DIF Guadalajara, incluida la madre de Aristóteles Sandoval, María del Sagrario Díaz.
La entrada al call center estaba custodiada por una prima de Aristóteles Sandoval quien traía una blusa con la propaganda del candidato priísta y con la leyenda en la parte delantera “Fan #1”. Este semanario fue testigo de cuando llegó a las 3 de la tarde, la madre del candidato, María del Sagrario Díaz Torres se detuvo unos momentos para platicar con su sobrina quien le explicó que en ese momento trabajaban 60 personas haciendo llamadas.
Tras declararse triunfador, Aristóteles Sandoval anunció en rueda de prensa que con su gobierno iniciará en el estado una era “reconciliación” y “rencuentro”. Al filo de las 19:00 horas apareció sonriente en un salón del hotel Fiesta Americana para agradecer el voto de sus simpatizantes.
En su aparición frente a los medios después del cierre de las casillas, Sandoval Díaz –cuya campaña siguió puntualmente, hasta en su imagen personal, a Enrique Peña Nieto– dijo: “Aprendí mucho de los jaliscienses en estos 90 días de campaña”. Señaló que existen un millón 600 mil conciudadanos en pobreza alimentaria y que recorrerá el estado para escuchar las demandas y necesidades de las regiones.
Rodeado de empresarios que por más de 18 años se desentendieron de su militancia o simpatía hacia el PRI, Sandoval Díaz prometió realizar su primer acto de gobierno en Tuxpan de Bolaños, municipio huichol enclavado en el norte y que está entre los más marginados de la entidad.
Seguro de que su triunfo ya era irreversible, el priista apuntó al gobernador del panismo derrocado: “Vuelvo al Palacio de Gobierno. Para eso fue construido y es donde estará atendiendo el próximo gobernador de Jalisco”.
Fue clara su alusión a Emilio González, ya que éste armó en Casa Jalisco una especie de búnker y concentró la mayor parte de su agenda de gobierno en ese inmueble ubicado sobre la calle de Manuel Acuña, pues convirtió gran parte del Palacio de Gobierno en museo de sitio.
Asimismo, el aliado del Grupo Universidad criticó a las administraciones panistas por haberse alejado de la gente y de sus necesidades. En cambio, pintó la suya como una administración incluyente, tolerante y plural.
Rechazó que en su administración vaya a iniciar con una cacería de brujas en contra de burócratas de la administración panista e incluso, a pregunta expresa de Proceso, aseguró que invitará a Luis Carlos Nájera a continuar como secretario de Seguridad Publica. “Si él funciona se queda. Lo vamos a invitar a que no suelte los hilos de la seguridad en el estado”.
Otra de sus acusaciones al PAN fue por dejar caer el nivel de competitividad de Jalisco: “Caímos del tercer lugar al 14 en estos años de gobierno panista. En lo único que sale bien librado el panismo es en materia deportiva”, enfatizó.
Así a pesar de todas las críticas, las acusaciones de presuntos nexos con el crimen organizado y de una campaña de “lodo” previa a la elección –que compartió con el también priista Héctor Vielma, alcalde de Zapopan–, Sandoval Díaz minimizó la información difundida por distintos medios sobre el asunto.
Recalcó: “Eso no debe volver a pasar; deben realizarse reformas, porque casualmente esos señalamientos se hacen en cada elección. Hoy la gente está preparada, informada (y es) inteligente, ya no compraron el juego de la guerra sucia, no pudieron lograron. Este cambio llegó fuerte y se consolidó. Soy un hombre público y he venido trabajando con honestidad. Todos esos señalamientos se quedan en un episodio de la vida democrática de Jalisco, en la que ya no creyó la ciudadanía. Hicieron una campaña de descalificaciones, pero eso quedó en el pasado”.
Para él, es necesario modificar las leyes electorales para recortar el tiempo de las campañas y castigar la calumnia: “Que quien quiera castigar con dichos y supuestos, que se castigue. Inclusive faltó ética de muchos medios, cuando estaban señalando cosas sin tener elementos. Pero eso ya no debe pasar, debemos apostarle a una ética constructiva, con tolerancia y con respeto”.
Después de la advertencia, y frente a cerca de 4 mil de sus partidarios que se reunieron en la glorieta de la Minerva alrededor de las 9 de la noche, Sandoval Díaz proclamó: “Ya llegamos, ya ganamos, y ahora vamos a transformar Jalisco”.
Finalmente ni la vida disipada del candidato ni sus presuntos nexos con el narcotráfico (Proceso 1832) impidieron el regreso del PRI.
En noviembre pasado el reportero Ricardo Ravelo informó que Aristóteles Sandoval mantuvo una relación amistosa y de apoyo político con Ignacio Loya Alatorre, identificado por la Procuraduría General de la República como operador financiero de Ignacio Coronel, quien fuera jefe del cártel de Sinaloa en Jalisco y quien fue abatido el 30 de julio de 2010 en un enfrentamiento con militares. Loya, que públicamente se dedicaba al transporte, conoció al ahora candidato triunfante por mediación de Alfredo Barba Mariscal, que será alcalde de Tlaquepaque. Loya fue asesinado el 21 de febrero de 2005 afuera del estadio Jalisco en un presunto ajuste de cuentas.