Israel aprobó y comenzó este lunes ataques a objetivos en Rafah, a pesar de que Hamás aceptó un cese al fuego propuesto por Egipto y Qatar. Netanyahu dijo que conquistar la ciudad de 1.2 millones de refugiados es vital para que Hamás no pueda recuperarse.
Por Sam Mednick, Josef Federman y Bassem Mroue
JERUSALÉN (AP).— Luego de que Hamás anunciara este lunes su aceptación de una propuesta de alto al fuego entre Egipto y Qatar, Israel informó que aprobó una operación militar en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, y empezó a atacar objetivos en el área. Aun así, el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, afirmó que enviará negociadores para continuar las conversaciones sobre el acuerdo.
Las arriesgadas medidas diplomáticas y de política militar ofrecen un rayo de esperanza —aunque muy breve— para un acuerdo que podría suspender brevemente la guerra de siete meses que ha devastado la Franja de Gaza. Sobre la disputa se cierne la amenaza de un ataque israelí total contra Rafah, una medida a la que Estados Unidos se opone firmemente, y que los grupos de ayuda advierten será desastrosa para los cerca de 1.4 millones de palestinos que se refugian allí.
La abrupta aceptación del acuerdo de alto al fuego por parte de Hamás sucedió horas después que Israel ordenara la evacuación de la población civil palestina de los barrios orientales de Rafah, indicando que una invasión era inminente.
La oficina del Primer Ministro Benjamín Netanyahu aseveró que la propuesta estaba “lejos de las demandas esenciales de Israel”, pero que de todos modos enviará negociadores para continuar las conversaciones sobre un acuerdo de alto al fuego.
Al mismo tiempo, el ejército israelí informó que estaba realizando “ataques selectivos” contra Hamás en el este de Rafah. Por el momento se desconoce naturaleza de los ataques, pero la medida podría tener como objetivo mantener la presión de la amenaza de Rafah al tiempo que continúan las conversaciones.
El Presidente estadounidense Joe Biden habló este lunes con Netanyahu y reiteró la preocupación de Estados Unidos sobre una invasión de Rafah. Biden dijo que cree que llegar a un cese al fuego con Hamás es la mejor manera de proteger las vidas de los rehenes israelíes retenidos en Gaza, reveló un vocero del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense a condición de anonimato a fin de informar sobre la llamada antes de la nota de prensa oficial de la Casa Blanca.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, dijo que las autoridades estadounidenses estaban revisando la respuesta de Hamás “y discutiéndola con nuestros socios en la región”. Un funcionario estadounidense detalló que Estados Unidos estaba examinando si Hamás aceptó una versión del acuerdo que había sido firmada por Israel, y los negociadores internacionales, o algo más.
Los detalles de la propuesta no han sido publicados. Al recorrer la región la semana pasada, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, presionó a Hamás para que aceptara el pacto.
En los últimos días, autoridades egipcias y de Hamás dijeron que el alto al fuego se realizará en una serie de etapas durante las cuales Hamás liberará a los rehenes en su poder a cambio de la retirada de las tropas israelíes de Gaza. Las dos partes también negociarán una “calma permanente” que conducirá a una liberación total de los rehenes y a una mayor retirada israelí del territorio, dijeron.
Hamás señaló en un comunicado que su máximo líder, Ismail Haniyeh, dio la noticia en una llamada telefónica con el Primer Ministro de Qatar y el Ministro de inteligencia de Egipto. Después de la publicación del comunicado, los palestinos estallaron en vítores en los extensos campamentos alrededor de Rafah, esperando que el acuerdo evitara un ataque israelí.
Los más cercanos aliados de Israel, incluyendo Estados Unidos, dijeron repetidamente que no debe haber un ataque contra Rafah, donde según Israel, Hamás tiene los batallones que le quedan, pero donde más de un millón de civiles provenientes de otras partes de Gaza han buscado refugio desde que estalló la guerra el 7 de octubre.
Las agencias de ayuda han advertido que una ofensiva allí agravará la catástrofe humanitaria en Gaza, y aumentará el número de víctimas civiles de una campaña israelí que en siete meses ha matado a 34 mil personas y devastado el territorio.
Hamás y el mediador Qatar han subrayado que una invasión de Rafah entorpecerá los planes de los mediadores internacionales para gestionar un cese al fuego. Días antes, Hamás había debatido una propuesta con respaldo estadounidense que, según reportes, mencionaba la posibilidad de un fin de la guerra y una retirada israelí a cambio de la libertad de todos los rehenes retenidos por el grupo. Las autoridades israelíes rechazaron esa propuesta y juraron continuar su campaña hasta destruir a Hamás.
Netanyahu dijo este lunes que conquistar Rafah, que según Israel es el último baluarte significativo que le queda a Hamás en Gaza, es vital para garantizar que el grupo no pueda recuperar sus capacidades militares y repetir un ataque como el que perpetró contra Israel el 7 de octubre, hecho que desencadenó la guerra.
El Teniente coronel Nadav Shoshani, vocero del ejército israelí, dijo que unas 100 mil personas recibieron instrucciones de evacuar Rafah y mudarse a una zona humanitaria creada por Israel llamada Muwasi, un campamento improvisado en la costa. Afirmó que Israel amplió el campamento y que ahora tiene tiendas de campaña, alimentos, agua y hospitales de campo.
No quedaba claro, sin embargo, si esos suministros están listos para recibir a los nuevos residentes.
Unos 450 mil palestinos desplazados ya están en Muwasi. La agencia de la ONU a cargo de refugiados palestinos, conocida como UNRWA, dijo que les está dando ayuda, pero que las condiciones son escuálidas, con pocos baños o instalaciones sanitarias en una zona mayormente rural, donde muchas familias se han visto obligadas a cavar letrinas.