Decenas de familiares y voluntarios de diversos estados como Veracruz, Guadalajara, Puebla, Guerrero y Coahuila han recorrido las cárceles, centros de regulación sanitaria, calles, plazas y escuelas en cinco municipios michoacanos en busca de sus seres queridos.
Huetamo, Michoacán, 6 de mayo (SinEmbargo).– Prisca Arellano Rocha, una mujer de 63 años, delgada y estatura baja, sostiene sobre su pecho las fotografías de sus dos hijos mientras camina a paso lento en una fila que circula frente a un grupo de personas en sillas de ruedas en un humilde albergue de Huetamo, Michoacán.
Un hombre de más de 80 años fija su mirada en las imágenes, levanta lentamente mano y con el dedo tembloroso apunta la cara de uno de los dos jóvenes en los retratos. No dice nada, solo lo observa con curiosidad.
“¿Los ha visto?, ¿Los reconoce?”, pregunta Prisca. “ Son mis hijos, los de la fotografía; ¡mira, él es mi hijo!”
Prisca busca a dos de sus seis hijos: Omar Bacilio Arellano, desaparecido el 6 de enero 2013 cuando iba a su trabajo en Chilpancingo, Guerrero, e Isidro Vázquez, quien vivía en Cuernavaca, pero también desapareció, el 16 de febrero de 2013 cuando acudió a Chilpancingo, a buscar a su hermano.
El adulto que miró la foto de las víctimas finalmente no supo dar razón y Prisca, al igual que decenas de personas familiares de desaparecidos, continuó con la actividad: mostrar las fotografías de sus seres queridos o de sus compañeros a cada uno de los presentes en ese caluroso y humilde albergue, de apenas tres paredes de block y sin piso de concreto.
La V Caravana de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Vida lleva 10 días de actividades.
Decenas de familiares y voluntarios de diversos estados como Veracruz, Guadalajara, Puebla, Guerrero y Coahuila han recorrido las cárceles, centros de regulación sanitaria, calles, plazas y escuelas en cinco municipios michoacanos en busca de sus seres queridos.
Hoy en Huetamo tenían planeado acudir a un Centro de Rehabilitación, sin embargo, el Alcalde Juan Luis García Conejo los contactó con un albergue para que pudieran acudir y llevar las fotografías de sus familiares.
—Sí, lo he visto, dijo un hombre llamado Ramón.
—¿Dónde lo vio?, contestó una activista que portaba la imagen de Adolfo Ocampo Marino, desaparecido el 3 de julio de 2014 en Iguala Guerrero.
—Ya tiene tiempo, en Culiacán, como en 2008, contestó Ramón.
—Ya, diles la verdad, por ejemplo, yo no conozco a nadie, refutó un compañero de al lado de Ramón.
Los espectadores en esta ocasión son de la tercera la edad y otra gran parte con discapacidad psicosocial, esquizofrenia, la gran mayoría no estaban en una capacidad óptima de lucidez, pero eso no importó a muchos de los familiares, pero la esperanza de encontrar a sus hijos no descarta totalmente ningún lugar.
El testimonio de Ramón no tuvo validez, pues a casi a todos les decía lo mismo. Ramón tiene esquizofrenia.
Al menos 100 personas, de los cuales aproximadamente 80 son familiares de personas desaparecidas y el resto voluntarios, han participado en la quinta edición de la caravana.
Entre los voluntarios hay antropólogos físicos y sociales así como personal de apoyo psicosocial, informó dijo a SinEmbargo Julio Sánchez Pasillas, padre de Tania Sánchez Aranda, joven secuestrada el 21 de enero de 2012 en Coahuila, y fundador de la Caravana de Búsqueda.
Además, también participan al menos seis mujeres provenientes de Ecuador, quienes también buscan a sus familiares desaparecidos.
Lidia Ruela, activista de Ecuador, platicó que decidieron participar en la Caravana porque “no podíamos dejar pasar esta oportunidad” de buscar y dar conocer al mundo que el problema de personas desaparecidas no sólo es en México sino también en el Ecuador y que la indolencia del Estado es la misma.
En días pasados, los integrantes se reunieron con la encargada de SEMEFOS en Michoacán, quien les mostró el archivo fotográfico y de ahí salieron tres posibles positivos, es decir personas que sus características coinciden con desaparecidos. De esos tres, en un caso se confirmó que era una persona desaparecida hace un mes en Michoacán, exhumaron el cuerpo y se hizo entrega a la familia, detalló Sanchez Pasillas.
Como parte de sus visitas a las plazas y centros de readaptación social en Michoacán, obtuvieron otro posible positivo en vida, pues varios testimonios reconocieron y dijeron haber visto a una de las jóvenes desaparecidas.
Julio Sánchez no abundó mayores detalles, ya que explicó que es un caso delicado.
El activista comentó que en los casos considerados como posibles positivos —personas que fueron reconocidas en la calle al ver las fotos— se inicia una carpeta de investigación para la búsqueda con los datos aportados por los ciudadanos. Sin embargo, el activista denunció que lamentablemente las autoridades se tardan en las diligencias.
“Con las autoridades nos han apoyado pero poco”, dijo.
Por la tarde, los integrantes de la caravana acudieron al Instituto Tecnológico Superior de Huetamo para dar una plática a los jóvenes sobre la violencia, del amor de los padres y para mostrar las fotografías de sus seres queridos.
Aunque la tendencia de esta caravana es la búsqueda de las personas con vida, visitan también Semefos y este año, por primera vez, también van a realizar búsqueda de fosas.
Serán cinco días en que los familiares rastrearan en campos cercanos a Lázaro Cárdenas, Michoacán.
