El Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo para atender la crisis por coronavirus que en gran parte del país ya se resiente, sin embargo, la percepción es que faltó el cómo y cuándo se concretarán las medidas anunciadas.
Ciudad de México, 6 de abril (SinEmbargo).- Algunos economistas y académicos dijeron desde ayer que el Presidente de México se quedó corto frente a la emergencia de salud y económica que sufren México y el mundo por el COVID-19, porque en su mensaje, Andrés Manuel López Obrador dejó claro tres cosas: una, que en esta crisis no habrá rescate de grandes empresas; dos, que la factura por el quebranto no será endosado a las clases trabajadoras como se hizo en el pasado y, tres, que quien se apretará el cinturón para sacar fondos adicionales no es la gente, será el Gobierno que él encabeza.
El Tren Maya va, afirmó el Primer Mandatario desde Palacio Nacional, donde dio su Informe de Gobierno del primer trimestre de este año; la Refinería de Dos Bocas y las otras seis que se están remozando van; el Aeropuerto Felipe Ángeles sigue en pie lo mismo que el Corredor Transístmico. Se recortan salarios y hasta aguinaldos de la alta burocracia –“empezando conmigo”– y habrá un plan para pequeñas y medianas empresas que presentará Arturo Herrera Gutiérrez, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Pero el país no se endeudará para salvar a las empresas gigantes, como lo hizo en 1996 el entonces Presidente Ernesto Zedillo.
En pocas palabras, López Obrador fue más López Obrador, ayer. No cambió su estilo de informar ni su énfasis en sostener e incluso aumentar apoyos sociales, pero esto no dejó contentos a algunos economistas y académicos que ven que el Presidente se quedó muy corto ante el tamaño de la crisis que ya ha comenzado a detonar el parón de la productividad por causa del coronavirus.
El día de ayer se esperaban anuncios relacionados con un rescate o apoyos para quien ya resiente los efectos, pero éstos no se asomaron.
De acuerdo con economistas consultados por SinEmbargo, lo que el Presidente dijo este domingo fue más a un discurso similar al que suele dar en sus conferencias matutinas, porque habló de Dos Bocas, el Aeropuerto “Felipe Ángeles”, el Tren Maya y los programas sociales implementados desde hace más de un año. Incluso mencionó a los “conservadores” y a los “neoporfiristas”.
En el mensaje de ayer no se detalló ningún plan para llegar a las micro y medias empresas en el corto plazo ni cómo hacer llegar dinero a las personas que no pueden quedarse en casa, por decir algún ejemplo.
En México, hasta el corte de ayer domingo 5 de abril, se contabilizaron 2 mil 143 casos confirmados de coronavirus; 5 mil 209 casos sospechosos, 10 mil 682 casos negativos y 94 defunciones.
Para Abraham Vergara Contreras, académico de la Universidad La Salle y Universidad Simón Bolívar, el mensaje fue “una decepción, nada distinto a lo que viene diciendo toda la semana en sus mañaneras”.
Criticó que el Presidente se refirió a la generación de empleos a futuro, cuando si se quiere rescatar la economía, “se debe preocupar por los empleos de hoy”.
“El Presidente dijo que va en nueve meses 2 millones de nuevos empleos. Eso es maravilloso, ojalá se haga, lo peor es que no dijo cómo. Habló de Dos Bocas, las refinerías, el Aeropuerto, el Tren Maya, pero eso es lo que dice todo el tiempo. No dijo cómo se van a recatar los empleos de hoy, los que se están perdiendo en estos días. Nada nuevo. Es la misma retórica de no corrupción, los adversarios, cuando no creo que haya un mexicano, en estas circunstancias, que quiera estar mal”, comentó Vergara.
El economista y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alfredo Bravo Olivares, coincidió en que el Presidente ocupó gran parte de su mensaje en hablar del Tren Maya, Dos Bocas, el aeropuerto, de las pensiones y que no endeudará, pero ahondó poco en lo que él consideró lo más importante: el fondo de estabilización de los recursos presupuestarios y el decreto por el que se ordena la extinción o terminación de los fideicomisos, que es con lo que se plantea la reactivación económica.
El primero, comentó Bravo Olivares, es un fondo de 158 mil millones de pesos, del segundo son cerca de otros 740 mil millones de pesos.
“Entre ambos elementos, estamos hablando de una gran cantidad de dinero, casi 920 mil millones de pesos, que es prácticamente una sexta parte de los Ingresos de la Federación. Muchísimo dinero, que es el que tratarán de utilizar como un mecanismo para financiar la crisis económica. Y solo lo mencionó una vez y eso es lo grave”, señaló.
Desde su perspectiva, la información sobre los créditos a los pequeños negocios y a la gente de a pie, fue poco conciso, “no hay una noción clara de rumbo de cómo financiar una serie de proyectos productivos que repercutan en una reactivación de la economía nacional, cuáles son los programas estratégicos. Ahorita habló de la reactivación del campo pero solo de cinco estados. No hay un programa estructural. Lo otro grave es que eso se utilizará para la reactivación económica, para los que sobrevivan a la crisis sanitaria y mientras esperar a ver a dónde nos lleva todo”.
Ambos elementos, concluye el economista, muestran la ausencia de un proyecto económico de reactivación.
“La clave del discurso de hoy es cuando dijo la forma en que ellos piensan reactivar la economía, es importante porque es mucho dinero, pero el tema es cómo se va a utilizar. Lo de los aguinaldos puede ahorrar unos millones. De lo otro es casi 1 billón de pesos. No dio detalles de cómo y cuándo se ayudará a las personas y exhibe que no saben cómo hacer”, dijo.
Mencionó como ejemplo tener un análisis de cómo hacer llegar los apoyos a las colonias populares, “en El Sol o en La Impulsora (Nezahualcóyotl), que tienen 18 mil habitantes por kilómetro cuadrado. Es un mundo de gente y cuando el virus entre a esa zona, se convertirá en algo catastrófico. En esas colonias no hay agua ahorita, en plena pandemia. ¿Y los recursos para que se mantengan los servicios básicos? No hay proyecto ni programa de previsión a corto plazo”.
EL MENSAJE DOMINICAL
“Rindo este informe trimestral en medio de la incertidumbre por los estragos del coronavirus a la salud, a la economía y al bienestar de nuestro pueblo”, inició así su mensaje el Presidente López Obrador.
En su discurso que duró casi una hora, enfatizó en que la crisis por coronavirus será transitoria y que se restablecerá lo más pronto posible la normalidad social productiva y política del país. “A pesar de los pesares, saldremos adelante”, dijo.
El Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo explicó que se enfocará en la población más pobre y vulnerable del país y luego enlistó diversas acciones implementadas:
-Adelantar 4 meses el pago de la pensión para 8 millones de adultos mayores por un total de 42 mil millones de pesos.
-Pensiones para niños y niñas pobres con discapacidad.
-10 millones 500 mil becas a estudiantes.
-356 mil créditos de Tandas para el Bienestar a pequeños negocios, más 470 mil tandas más por 3 mil 400 millones de pesos.
-230 mil sembradores cuentan con empleo permanente y están ocupados en cultivar sus parcelas.
-740 mil jóvenes trabajan como aprendices.
-Apoyos a 47 mil 500 pescadores.
-Precio de garantía para maíz, trigo, frijol y leche, que trajo beneficios a 107 mil productores.
-El programa de Campo para el bienestar lo reciben 2 millones 145 mil comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios.
-Los propietarios pobres se sumarán como beneficiarios de fertilizantes gratuitos.
-El presupuesto para el mantenimiento de 23 mil escuelas entregado de manera directa a los padres y madres, asciende a 4 mil millones de pesos.
-Se avanzó en construcción de caminos rurales.
-Se avanza con el Tren Toluca y se acabó la Línea 3 de Guadalajara.
Luego de eso, fue franco y dijo que México actuó bien desde el inicio de esta pandemia, dejando todo a médicos, especialistas y científicos, pero que “la parte más difícil de la epidemia está por llegar”.
Aseguró que el país no adquirirá más deuda; que habrá reducción de la carga fiscal a Pemex; que se darán 2 millones 100 mil créditos personales de vivienda y para pequeñas empresas familiares del sector formal e informal de la economía; que en nueve meses se generarán 2 millones de nuevos empleos y que hay optimismo porque a la mitad de los pobladores del país ya está llegando al menos un programa de bienestar y el 95 por ciento de las familias pobres de México reciben cuando menos un apoyo o beneficio.
“Se reiniciará pronto la recuperación económica a partir de aumentar la inversión pública destinada a la creación de empleos y a otorgar créditos a empresas familiares y a quienes se buscan la vida día a día como pueden. No los vamos a dejar en el desamparo”.
Detalló que para financiar este plan, se utilizarán los ahorros del Fondo de Estabilización de los ingresos presupuestarios y los recursos que se mantenían guardados en fideicomisos.
También se continuará, “incluso con mayor rigor”, el plan de austeridad republicana, “no se le pedirá al pueblo fajarse el cinturón, será el Gobierno. Terminando de borrar y desaparecer la corrupción, acabando con lujos para reducir el costo del gobierno a la sociedad y seguir regenerando la vida pública”.
En este sentido anunció que se bajarán los sueldos de altos funcionarios públicos, se eliminarán los aguinaldos desde el cargo de subdirectores hasta el de Presidente de la República, se reducirán los gastos de publicidad del Gobierno, la partida de viáticos, los gastos de operación, se ahorrará más en gastos proveedores, en obras de infraestructura, se intensificará la enajenación de bienes mal habidos y aseguró que no habrá despidos de trabajadores al servicio del Estado, pero se demandará “más eficiencia, más entrega, más espíritu de servicio, mayor austeridad y honestidad total”.
“No se detendrá la transformación de México, son más nuestras fortalezas que las debilidades y son mucho más los ciudadanos que buscan el cambio verdadero que quienes apuestan al retroceso. Esta crisis es pasajera, transitoria. Pronto regresará la normalidad […] No son tiempos para la depresión, sino para la entereza. La esperanza es una fuerza muy poderosa. Es como el bien, que aunque no existiera, habría que inventarlo. No duden, triunfaremos. Muy pronto convocaré al pueblo de México a darnos abrazos en las plazas públicas del país. Vamos a salir de nuevo a las calles sin miedos ni temores para seguir siendo lo que es nuestro pueblo de México, digno y feliz, para seguir siendo libres, prósperos, fraternos, humanos. Que viva México”, concluyó el Presidente.