¿POR QUÉ ES TAN MOLESTO EL VIDEO DE LOS ALUMNOS DEL CUMBRES?

06/04/2015 - 12:00 am

Por segundo año consecutivo, el video de generación de los alumnos de preparatoria del Instituto Cumbres –un colegio privado para varones operado por los Legionarios de Cristo– causó polémica por su contenido. Si el año pasado se criticó lo que parecía ser una apología de la ostentación, esta vez lo que más causó molestia fue la exhibición de mujeres como meros objetos a disposición de un grupo de púberes adinerados.

Varias han sido las plumas que han aportado al análisis y no únicamente del video sino del contexto social, cultural y político en el que su existencia se da. Así, se ha hablado de la desigualdad que persiste y se agudiza en el país, de la forma de pensar y de actuar de la élite, de la educación que reciben los hijos de las familias más adineradas en la capital del país. La difusión viral del video ha hecho tan conocidas las imágenes que hasta un fotograma es usado ahora por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación como parte de una campaña contra los estereotipos en las redes sociales.

El video de los alumnos del Instituto Cumbres no es el único caso de la exhibición de una conducta sexista ni la más acabada demostración de la ostentación de la riqueza y el poder, así sea como mera aspiración. Entonces, ¿por qué causa tanto escozor? Acaso sea la conjunción de elementos que hay en él y que implican más que la exhibición de la mujer como objeto sexual: se trata de jóvenes pertenecientes a una élite social, educados en un colegio de inspiración cristiana y quienes, posiblemente, en el futuro ocupen posiciones de poder.

Para estudiosos de las juventudes mexicanas y del grupo religioso en el que son formados esos muchachos no hay sorpresas: nada diferente se puede esperar de chicos que han sido educados en esquemas donde el dinero, las relaciones públicas y la arbitrariedad son distintivos de clase.

Ciudad de México, 6 de abril (SinEmbargo).– El trailer del video de la generación 2015 del Instituto Cumbres no dura ni dos minutos, pero las críticas y reflexiones que suscitó han dado para mucho más que eso.

Describir su contenido es simple: se trata de un quinteto de jóvenes preparatorianos, sentados en un oscuro salón, que califican con notorio desinterés a una decena de chicas que audicionan en vestidos cortos para ser la elegida como pareja para la fiesta de graduación del bachillerato. En paralelo, otro muchacho es perseguido por las calles de Polanco por una desesperada joven y un trío de chicos beben champaña en un antro, mientras disfrutan de un tratamiento para los pies con peces.

Una joven, hincada, le seca los pies a uno de ellos, luego otra le limpia el sudor de la frente a otro. Todos los muchachos visten trajes oscuros, usan corbatas y mancuernillas. Uno de ellos, aún más, porta una pañoleta al cuello, que luce en medio de una camisa desabotonada. Y por si hiciera falta, aparece con ellos un exótico jaguar, una especie protegida.

“Es un borrascoso mirador que sirve para apreciar el mural de nuestra época. El de una generación que es complaciente en exceso con los privilegios de la clase ociosa”, escribió el periodista Ricardo Raphael el pasado 30 de marzo, en su columna en el diario El Universal.

“Es una buena síntesis de estereotipos y una demostración de la compulsión por lo naco de una generación que se cree privilegiada, elitista y moderna”, agregó un días después el periodista Jenaro Villamil, en el portal de la revista Proceso.

“¿Cuál es el entorno en el que han crecido estos muchachos? ¿Qué han abrevado, quiénes son sus modelos a seguir, qué han visto en los medios de comunicación, en la política, en los negocios?”, se había preguntado unos días antes otro periodista, Salvador Camarena, desde su espacio en el diario El Financiero.

No han sido las únicas reacciones al polémico video, motivadas sobre todo por su contenido sexista. Además de otras plumas que también aportaron sus opiniones, en redes sociales los ciudadanos han expresado comentarios de desaprobación y en la plataforma Change.org se hizo una petición para que los muchachos recibieran cursos de derechos humanos y de teoría de género. Una solicitud que hasta el viernes pasado sumaba casi 16 mil firmas.

Una segunda petición en dicha plataforma fue creada para que “los responsables del video ofrezcan disculpas públicas, reciban educación en temas de género y apoyen económicamente a una organización civil especializada en igualdad de género”. Y una más solicita que “el Instituto Cumbres retire los videos de generación de los alumnos de bachillerato de todas las redes sociales”.

Pero para el sociólogo Héctor Castillo Berthier no hay sorpresa alguna en este episodio. Experto en el tema de los jóvenes, expone que los alumnos del Instituto Cumbres pertenecen a una élite económica y social alejada de la realidad del país y en esa visión, por completo ajena y descontextualizada, una conducta como la mostrada en el video no tendría por qué ser extraña o ajena a su manera de pensar.

“Están fuera de contexto y me parece totalmente normal lo que hicieron, es muy propio de su tipo de pensamiento”, considera. “Son chavos que viven en entornos muy cerrados […]. Para mí no viven en México, viven en otra realidad que los conecta con otra dimensión. Entonces desde su propia familia los niveles de consumo, los niveles de sociabilidad que tienen son completamente diferenciados […] y te van a aparecer un montón de chavos que viven justamente de eso, de mostrarse, de disfrutarse en eso que han entendido que es su entorno”.

Para el antropólogo Elio Masferrer, especialista en religiones, tampoco hay de qué extrañarse si se toma en cuenta que los Legionarios de Cristo –grupo religioso católico que maneja al Instituto Cumbres– inculcan la teología de la prosperidad, una doctrina que considera como dones de dios la prosperidad económica y el éxito en los negocios, y plantean que su misión es formar líderes. “O sea personas que ejerzan la autoridad”, agrega Masferrer, quien ha estudiado a profundidad el tema de los Legionarios, congregación que actualmente está en la mira del Vaticano por los casos de pederastia cometidos por su ex líder y fundador, Marcial Maciel.

“En esa perspectiva debo reconocer que no me extraña ese tipo de actitudes despóticas de tratar a las mujeres como objetos, e incluso usar animales protegidos”, dice el antropólogo.

“Con la pura historia de Marcial Maciel, la escuela me haría pensar dos veces de qué se trata”, comenta, socarrón, Castillo Berthier.

El sociólogo expone que la teología de la prosperidad no ha servido sino para generar más acumulación entre quienes de por sí ya son ricos. Pero no sólo se trata de la riqueza, dice, sino del poder y la sensación de dominio que le acompaña. Si bien el fenómeno del poder no es exclusivo de la clase alta, cuando se tiene dinero éste y sus formas de ejercicio social sirven para imponerse sobre una mayoría y obtener ventajas “que no le corresponderían en ninguna sociedad medianamente seguida de un proceso democrático u horizontal”, expone.

Si para los especialistas este contexto explicaría la conducta de los alumnos del Instituto Cumbres, no soslayan el hecho de que el video es también un reflejo de un sistema en el cual el poder se ejerce desde la élite y por eso quienes están en ella se protegen unos a otros.

Bajo esta idea, Castillo Berthier no duda que hay una continuidad entre lo que ocurre en colegios privados como el Cumbres y cómo actúa la clase política actual.

“La forma justamente del ejercicio del poder que no es nada más proponerte para que te elijan, sino que alguien te propone, alguien te elige, alguien te asesora y alguien está a tu alrededor diciéndote qué es lo que debes hacer y este alguien, que seguramente no es un alguien sino muchos alguien, ya tienen el control del país desde hace muchos años”, dice.

“Entonces yo creo que estas formas de gobierno, como [la de] Enrique Peña Nieto o el gobernador de Chiapas, reflejan un espíritu que han aprendido que los ha llevado a mostrar que es factible que están protegidos, quizá por eso muchas veces el presidente Peña Nieto ni siquiera entiende los errores que comete, para él deberían de aplaudirle […]. Son círculos que están mezclados, se van aplaudiendo y tienen perfectamente definido el proceso en el cual están metidos y donde no cabe el resto de la población”.

LA CONTINUIDAD DE LA IMPUNIDAD

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La campaña de Conapred en la que usa el video del Cumbres como un ejemplo para evitar la discriminación. Foto: Conapred

“Lujo, cámara…¡acción!” fue como tituló el suplemento Red Carpet, del diario Reforma, a su fotorreportaje sobre la producción del video de los estudiantes del Instituto Cumbres. En esa edición, la publicación de sociales incluso llevó el tema como su portada.

El texto destacaba que para la producción del video se había usado una cámara valuada en cerca de 50 mil dólares, así como modelos internacionales, botellas de champaña, trajes hechos a la medida y mancuernillas grabadas para los muchachos. Los protagonistas -11 estudiantes, en total- presumían que varias chicas estarían dispuestas a todo con tal de conseguir una invitación para su graduación.

Aunque el fotorreportaje se publicó desde el domingo 24 de marzo, fue hasta días después, cuando el video desató el escándalo en redes sociales y luego en medios, que la dirección del Instituto Cumbres se refirió al hecho y, a través de un breve comunicado, pidió una disculpa “por el contenido del video que ofendió a varias personas” y se deslindó de éste.

Los alumnos de la generación 2015 -que se gradúan en junio próximo- también se disculparon “por los efectos que tuvo en tráiler del video de graduación”.

“Sinceramente no creo que vaya a modificarse la situación, creo que no pasa para los jóvenes más que ser una broma que se soluciona con pedir una disculpa”, considera Castillo Berthier.

Masferrer coincide en esa apreciación y subraya que, al fin y al cabo, los alumnos no son sino el reflejo del modelo educativo de los Legionarios de Cristo, que además también es avalado por los padres de familia que envían a sus hijos a estudiar ahí. No hay, pues, un fracaso en la educación, dice Masferrer, sino que el video reflejó lo que se les inculca.

Sin embargo, cuestiona que ese tipo de conductas ocurran en una institución educativa de supuesta inspiración cristiana.

“Utilizar animales que están en peligro de extinción, tratar a las mujeres como objetos, ¿qué tiene que ver eso con la educación cristiana? Me parece que para los católicos y cristianos en general es algo bochornoso”.

Castillo Berthier lleva su reflexión sobre la ausencia de consecuencias reales más allá y propone un paralelismo con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), quien recientemente ha sido multado por las autoridades electorales, debido a actos irregulares en el proceso electoral. Las multas impuestas son varias y le han sido impuestas al partido por acciones como publicitar espots del cumplimiento de sus compromisos anticipadamente a las campañas electorales, sobreexponerse en medios y hasta por no usar un material reciclable en su propaganda.

En total ha acumulado más de 185 millones de pesos en sanciones del Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Pero pese a las diversas irregularidades que le han merecido sanciones económicas, con conductas en las que abiertamente reta al Estado, no ha perdido su registro como partido político, critica el sociólogo.

“Una sociedad donde todos estamos pagando los excesos de un partido que abusa, trastoca el sistema político, para infiltrarse y legitimarse y no hacen más que multarlo, para mí es un reflejo del tipo de país que tenemos. Entonces los niños del Cumbres deben estar felices porque no les va a pasar nada. Si el Partido Verde sigue teniendo su registro, ¿qué pueden hacer los niños del Cumbres? Que hagan más videos, van a estar felices, no va a haber nadie que los sancione, no va a haber nadie que los castigue, porque en este país no se sanciona ese tipo de acciones”.

La falta de castigo tiene que ver también con la desigualdad social que existe en el país, pues quienes tienen el control solapan conductas como esas o como los supuestos conflictos de interés del Presidente Peña Nieto y de su Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.

Masferrer recuerda que Maciel siempre planteaba que había que relacionarse con el poder político para tener protección.

VÍCTIMAS DE UN MODELO DE MASCULINIDAD

Según el texto de Red Carpet, los alumnos se inspiraron en el estereotipo de una celebridad –“como Justin Bieber”, ejemplificó la publicación– cuando es perseguida por sus fans. Paradójicamente fue el uso de estereotipos lo que desató la indignación por el video promocional, por la representación que hace de las mujeres como objetos a disposición de los hombres, a quienes se les puede ignorar, humillar o calificar.

Alfredo Narváez, quien es maestro en Estudios de Género por el Colegio de México, plantea que si bien a los chicos del Cumbres puede considerárseles victimarios por cómo conciben en el imaginario social a las mujeres, también ellos son víctimas de un modelo de masculinidad dominante, heterosexista y patriarcal, que considera a lo femenino como inferior.

El sexismo que el video muestra no es exclusivo de los estudiantes del Cumbres ni de la clase social alta, recalca Narváez. Sin embargo, apunta que a la clase social alta tradicionalmente se le ha visto como la que tiene que dar el ejemplo al resto de la sociedad. Bajo esta idea, refrendada largo tiempo por productos culturales como las telenovelas, es deseable ser blanco, rico, guapo y, por supuesto, hombre para tener poder.

El especialista destaca también que el video de los estudiantes del Instituto Cumbres es un “botón de muestra” de los imaginarios de cierta juventud de élite, pero también de sus familias, especialmente de los varones, sean padres, profesores o sacerdotes.

“Es todo un modelo de género que está construido por la economía, la política y, claro, también la religión”, plantea. Y propone una cuestión más en el análisis, relacionada con el contexto social en el que se dio: “Si esto hubiera ocurrido en una escuela pública de clase baja, quizá el estigma hubiera sido diferente. Se hubiera escuchado: así son por pobres, por nacos, por morenos”.

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