En mayo de 2023, la familia de Pamela Gallardo consiguió que la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México y la Fiscalía capitalina realizaran las primeras jornadas de búsqueda por la joven en la zona del Ajusco, donde el 5 de noviembre de 2017 fue vista por última vez. ¿Cómo son estas búsquedas?, ¿qué hallazgos han tenido?
Ciudad de México, 06 de marzo (SinEmbargo).– Cinco elementos óseos como falanges, tarsos y metatarsos fueron localizados el pasado 23 de febrero en la zona del Ajusco, en la Alcaldía Tlalpan, de la Ciudad de México, en una de las jornadas de búsqueda y rastreo impulsadas por la familia de Pamela Gallardo Volante, quien en noviembre de 2017 fue vista por última vez en la zona.
En esa parte del sur de la capital se han llevado a cabo tres jornadas de búsqueda —dos en compañía de autoridades y una organizada por familias—, se trata de una zona en la que ya se han registrado secuestros, desapariciones y homicidios, como ha documentado la prensa.
En cada una de estas búsquedas ha participado la familia de Pamela. En ellas se han encontrado 11 elementos óseos, incluso vértebras, que están siendo analizadas por la Fiscalía General de Justicia de la capital.
El viernes fue la más reciente, pero sin el acompañamiento de autoridades, sólo familiares que se dieron cita en el lugar para continuar con la labor de rastreo con sus propios medios.
Con palas, barretas, varillas, picos y machetes,15 personas eligieron entre los montículos de escombros que hay en el lugar, una vez seleccionados, se dividieron en dos grupos, empezaron a quitar piedras y basura acumulada en la zona.
¿Por qué eligieron montículos de escombros para buscar? La zona dónde los 11 elementos óseos han sido ubicados, antes de la intervención de la familia y los voluntarios, era un pequeño monte de basura, es por eso que ahora todos esos puntos se han vuelto de interés, “¿por qué hay basura exactamente en este punto?, ¿escondieron algo debajo?”, son las preguntas que intentan resolver.
Luego de encontrar los elementos, la familia de la joven y sus representantes legales del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, pidieron a la Comisión de Búsqueda de Personas de la CDMX continuar con los rastreos, ampliar los límites y seguir buscando, sin embargo, la respuesta fue negativa y argumentaron la complejidad que significa coordinar a todos los equipos que participan: entre los peritos de la Fiscalía, integrantes de la misma Comisión, elementos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas, del Grupo Policial Zorros, de la Guardia Nacional y Bomberos.
“Cuando se hacen los hallazgos el viernes (23 de febrero), ese día concluía la jornada pero pedimos ampliar los rastreos a la próxima semana porque para nosotros tiene sentido que se siga buscando pero las autoridades dijeron que ya con el hallazgo positivo en esta zona dejemos de buscar en las demás partes. Pero es la inversa, si encontramos algo hay que seguir buscando”, dijo el abogado de la familia, David Peña.
Por eso, de la semana del 26 de febrero al 1 de marzo, las búsquedas en el Ajusco fueron ciudadanas, encabezadas por los padres y hermanos de Pamela, y el respaldo de sus representantes legales y otras familias de personas desaparecidas, así como voluntarios.
LA BÚSQUEDA DE PAMELA
La cita fue el viernes 1 de marzo en la estación del Metro Chabacano a las 7 de la mañana. Ahí un RTP que se le facilitó a la familia de Pamela transportó a voluntarios y medios de comunicación, entre ellos SinEmbargo, que participaron en la jornada de ese día.
Hora y media después, cerca del kilómetro 13.5 de la carretera Picacho-Ajusco donde la joven de 23 años fue vista por última vez hace más de 6 años, comenzó la búsqueda.
Piedra por piedra fue retirada de los montículos de escombros hasta llegar al piso firme del lugar; una vez así, se marcó el terreno para que, cuando la Comisión de Búsqueda y la Fiscalía lo decidan, una retroexcavadora rasque, los expertos analicen la tierra y confirmen o descarten hallazgos de elementos óseos en el lugar.
En el transcurso del día se encontraron algunos fragmentos, pero todos de animales no humanos; también se hallaron un par de prendas: un pants desgastado y una camisa verde, que no son considerados indicios por las autoridades y lo único que les quedó a las familias fue tomarles foto por si alguna persona los reconoce.
Donde se realizó el hallazgo positivo, el 23 de febrero, siguen trabajando personal de la Fiscalía, de la Comisión de Búsqueda y Bomberos, analizando la tierra del lugar: los bomberos rascan y llenan botes de tierra, luego se lo pasan a los peritos, quienes a través de tamices filtran la tierra de cualquier otro elementos ajeno, los revisan y puede que encuentren, o no, elementos óseos humanos.
Este sitio está acordonado y resguardado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
AJUSCO, ZONA DE DESAPARICIONES
La investigación por la desaparición de Pamela, ocurrida el 5 de noviembre de 2017 en el kilómetro 13.5 de la carretera Picacho-Ajusco tras asistir al festival de música electrónica Soul Fest, está estancada sin ninguna línea de investigación o indicio de su paradero, de ahí que lo que exigen es avanzar en las acciones de búsqueda y rastreo en la zona.
“La investigación ha sido un proceso complicado y lleno de resistencias en la fiscalía, incluso confrontaciones. Desde este lado, asumimos que no hay intención de realizar una investigación profunda porque hay elementos para vincular la desaparición de Pamela con algún grupo del crimen organizado, no lo podemos probar pero ha habido bastante problemática y hasta hoy no hay ninguna línea de investigación fuerte ni indicio de su paradero”, dijo el abogado de la familia, David Peña.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, en la CdMx, 6 mil 829 personas han sido reportadas como desaparecidas; en el año que Pamela Gallardo fue desaparecida, 2017, fueron 60 casos, de los cuales 30 fueron hombres, 23 mujeres y 7 “indeterminado”. Además, Tlalpan fue la alcaldía con más casos ese año al sumar 7 reportes.
En particular, Tlalpan tiene un registro histórico de 347 desapariciones, 149 de mujeres; y San Miguel Topilejo, la colonia con más casos.
Pero no sólo son los reportes ante la Comisión Nacional de Búsqueda, la Fiscalía General de Justicia de la CDMX inicia carpetas de investigación por el delito de desaparición de persona, cometidas por particulares o forzada; sus datos públicos más antiguos son de 2019.
De acuerdo con la información obtenida a través de solicitudes de transparencia, en 2019 se iniciaron 2 mil 268 carpetas por desaparición de personas: mil 385 en 2020; mil 346 durante 2021; mil 581 en el 2022 y el año pasado mil 739, lo que significa un aumento continuo desde 2020. De todas esas carpetas, en 3 mil 644 fueron mujeres las víctimas.
Pero el Ajusco es una zona con pasado entre secuestro, desapariciones y homicidios. Por ejemplo, en 2014 fue hallada Anayelli Bautista Tecpa, estudiante de Química de la UNAM, secuestrada y asesinada. En 2018 localizaron a Lluvia Paulina Aguirre González en el kilómetro 35.5 de la carretera México-Cuernavaca, tras ser reportada como desaparecida tres días antes. Un año después encontraron elementos óseos de Daniela Ramírez en el poblado de Parres, alcaldía Tlalpan.
El delito de secuestro en la Ciudad de México tuvo un repunte en 2023 con 62 carpetas de investigación, comparado con el año 2022 cuando se iniciaron 21; en 2021 fueron 9 y en 2020, 29 casos.
Para la familia de Pamela Gallardo, ante una investigación estancada y poca disposición de las autoridades, lo que queda es avanzar en las acciones de búsqueda ciudadanas cerca de la zona donde la joven desapareció. Mientras María Volante, su mamá, se recupera de salud, su hijo Esteban recordó que las jornadas fueron obtenidas por el esfuerzo de la madre de Pamela.
“Todo esto es esfuerzo desde la bandera de mi mamá y el haber encontrado elementos óseos nos da un parteaguas de todas las búsquedas. Es la primera vez que encontramos algo en una búsqueda específica de Pamela y abre horizontes para cualquier familia de poder encontrarles”, dijo Esteban Gallardo.