Casi un mes después del doble terremoto en Turquía y Siria, que causó más de 50 mil muertos, la región sigue conmocionada. En Siria, la región de Idleb, en el noroeste del país, es una de las más devastadas. Y en esta provincia controlada por los rebeldes, bajo la presión del régimen de Bashar al-Assad, la situación sigue siendo muy difícil para los supervivientes.
Por Andrés Mourenza
Estambul, 6 de marzo (RadioFranciaInternacional).- El 6 de febrero, Omar Mohamed Kharoufi perdió a 13 miembros de su familia, incluida su esposa. Su casa quedó destruida, al igual que las de sus cuatro hermanos. Su vida se derrumbó, confió a nuestro corresponsal especial en el lugar, Guilhem Delteil. “Es muy difícil. Muy, muy difícil. Gracias a Dios, teníamos unas casas preciosas. Y así, en un instante, todo desapareció. Las casas quedaron destruidas. Los niños, las mujeres desaparecieron. En un momento, todo desapareció”, dice.
LA AYUDA INTERNACIONAL TARDA EN LLEGAR
Omar Mohamed Kharoufi sigue reviviendo aquella mañana del 6 de febrero. Los recuerdos están muy presentes. “No se van. En mi mente, podría haber sido ayer u hoy. Hasta hoy, no puedo creerlo. Lo revivo como una pesadilla”, cuenta.
Desde hace un mes, toda la familia de Omar Mohamed Kharoufi vive en tiendas de campaña. Pero el agricultor dice que ha recibido muy poca ayuda. “Todas las casas están destruidas. Hace un mes que no se mueve nada. Necesitamos ayuda, pero no hemos recibido nada. Las organizaciones vinieron, hicieron fotos y luego se fueron”. Este padre empieza una lista de lo que ha recibido: un kilo de bulgur, un kilo de lentejas, un litro de aceite y unas latas de sardinas y atún.
“Hemos recibido mucho apoyo. Lo hemos visto en nuestros teléfonos y en Facebook. La ayuda ha venido, ha venido, ha venido. Pero vivimos en un pueblo. Sí, han venido las organizaciones. Muchas. Y tomaron muchas fotos, hablaron con la gente. Pero ¿nos dieron algo? No vimos nada”, insiste Omar Kharoufi, residente en Idleb.
MILLONES DE DESPLAZADOS EN EL LADO TURCO
En el lado turco, si 1,5 millones de personas siguen en el lugar y alojadas en tiendas o contenedores, 3,3 millones han huido de la región para refugiarse en otras ciudades del país, como Estambul, donde se está organizando la solidaridad, informa nuestra corresponsal Céline Pierre-Magnani.
Nesip Yavuz es imán en Sultanbeyli, un barrio desfavorecido de la parte asiática de la ciudad. En los primeros días tras el sismo, lanzó un llamamiento a la solidaridad en las redes sociales y acogió a una veintena de familias.
“Me movilicé para encontrar viviendas disponibles aquí, en Sultanbeyli y sus alrededores, para ayudar a las familias que sobrevivieron al terremoto. Encuentro propietarios dispuestos a prestar sus pisos o alquilarlos a precios muy bajos. Según los pisos, los pongo en contacto con familias necesitadas”, explica Nesip Yavuz.
“Luego intento llevarles todo lo que necesitan para instalarse. Sábanas, vajilla, nevera, cacerolas, camas, etc. Lo instalamos todo y llevamos a la familia. Y luego intentamos cubrir las necesidades alimentarias básicas. También encontré un almacén hace algún tiempo. Dentro de unos días, invitaré a las familias a que vengan a buscar ropa”, añade el imán.
Todavía conmocionada, la población se muestra solidaria por el momento. Pero la situación se calmará con el tiempo. El Presidente Erdogan se ha comprometido a reconstruir 200 mil viviendas en los próximos meses.
SITUACIÓN DIFÍCIL PARA LAS Y LOS DAMNIFICADOS
La situación es muy difícil para los damnificados. Las excavadoras aún siguen limpiando de escombros las zonas afectadas y derribando los edificios dañados por los sismos del pasado 6 de febrero y por las fuertes réplicas que siguieron.
Según datos del Ministerio turco de Urbanismo, hay más de 220 mil edificios que los tumbó el terremoto o que deben ser derruidos porque han sufrido graves daños estructurales. Esto ha dejado a más dos millones de personas sin hogar.
La agencia de gestión de emergencias ha evacuado ya a cerca de medio millón de personas y cientos de miles más han abandonado la zona por sus propios medios y viven ahora en casas de familiares, residencias de estudiantes o en hoteles del oeste del país que han abierto sus puertas.
Sin embargo, según el Gobierno turco más de un millón trescientas mil personas residen en tiendas de campaña y en casas contenedor en las ciudades afectadas o en sus cercanías.
La situación es muy difícil porque el frío ha vuelto y en algunas provincias por la noche se registran hasta -20°.
Hay localidades de la provincia de Hatay donde aún no se ha recuperado ni la electricidad ni el agua corriente y periódicamente se registra escasez de agua embotellada para cubrir las necesidades. Esto está provocando un incremento de las enfermedades contagiosas, especialmente de las vías respiratorias, diarreas y enfermedades cutáneas como la sarna.
Hay miedo que ocurra lo que pasa en el otro lado de la frontera, en Siria, donde la ausencia de infraestructuras ha provocado un rebrote del cólera, aunque de momento en Turquía no se ha detectado ningún caso.
Para más inri muchos enfermos no pueden ser tratados en centros de salud porque muchos hospitales y centros de atención primaria se vinieron abajo durante el terremoto, así que dependen de hospitales de campaña establecidos por el Gobierno o gracias a la cooperación de otros países.
ERDOGAN, BLANCO DE CRÍTICAS POR LA GESTIÓN DE LAS OPERACIONES DE RESCATE Y LA AYUDA A DAMNIFICADOS
A dos meses de las elecciones, el Presidente ha recibido críticas por la tardanza en las operaciones de rescate, la falta de ayuda y por la falta de previsión a la hora de construir.
Hay personas que todavía están esperando a que se les adjudique una tienda de campaña o una plaza en un campamento porque viven en casas de familiares, pero no hay sitio suficiente.
Erdogan se defiende por la magnitud del desastre. Si bien es cierto que ha sido uno de los terremotos más devastadores de la historia moderna de Turquía, lo que ha dificultado el acceso de la ayuda y por lo que ha pedido disculpas. Pero también ha perseguido a quienes le han criticado.
De momento, Erdogan mantiene su intención de acudir a las urnas el 14 de mayo, un mes antes de cuando estaban previstas por ley. Aunque las encuestas no le sonríen, podría beneficiarse de divisiones en la oposición.