The Mule, con guión de Nick Schenk (Gran Torino), se basa en una historia real extraída de un reportaje del New York Times. Leo Sharp, un octogenario veterano de guerra de Corea, se convierte en conductor para el cártel de Sinaloa para solucionar sus problemas financieros.
Madrid, 6 de marzo (EFE).- Desde Gran Torino (2008) no actuaba en una película dirigida por él mismo pero a sus 88 años lo ha vuelto a hacer. Clint Eastwood se convierte en una "mula" de droga que trabaja para el cártel de Sinaloa en The Mule, un filme que llega este viernes a las pantallas de cine.
Con sólo dos años menos que el protagonista y en mucho mejor estado físico, Eastwood se despacha a gusto contra la corrección política imperante en Hollywood a base de chistes sobre negros, mexicanos ("frijoles") o "lesbianas moteras".
Earl Stone ya no es el pistolero violento de Dirty Harry pero conserva el espíritu solitario, sardónico y vacunado contra el sentimentalismo del tipo de personajes que han caracterizado la trayectoria del actor y director californiano.
The Mule, con guión de Nick Schenk (Gran Torino), se basa en una historia real extraída de un reportaje del New York Times. Leo Sharp, un octogenario veterano de guerra de Corea, se convierte en conductor para el cártel de Sinaloa para solucionar sus problemas financieros.
Horticultor profesional y ganador de concursos a nivel nacional, su negocio no pasa por el mejor momento, lo que le lleva a aceptar una inesperada oferta de trabajo.
Sharp/Stone pasó grandes cantidades de droga por la frontera hasta que en octubre de 2011 fue detenido por la DEA con casi cien kilos de cocaína en su furgoneta.
Con The Mule, Eastwood se distancia del tipo de películas que ha dirigido en los últimos años, centradas en figuras heroicas reales al servicio de América: un militar en Irak (American Sniper), un piloto que salva a sus pasajeros (Sully) o jóvenes anónimos que detienen a un terrorista (The 15:17 to Paris).
Y remonta, a pesar de que el guion resulta bastante predecible, gracias al poder de seducción que Eastwood conserva a su edad, y a un tema de fondo que tampoco es nuevo en su filmografía: el aprendizaje de un hombre que en el ocaso de su vida se da cuenta de que no ha dedicado tiempo suficiente a su familia.
"Creí que era más importante ser alguien en la vida, que el fracasado que era en mi propio hogar", es una de las frases que le dice Stone a su exmujer (Diane Wiest) y que resume el comportamiento de un personaje en constante huida de sí mismo y a la vez un vividor.
No obstante, la crítica coincide en que no alcanza el nivel de sus grandes películas como Unforgiven (1992), Mystic River (2003) o Million Dollar Baby (2004) ni tiene el mérito de asumir riesgos como hizo en Space Cowboys (2000) o Letter from Iwo Jima (2006).
Bradley Cooper como el agente de la DEA que le pisa los talones, Laurence Fishburn como su jefe, Andy García en su enésimo papel de capo del narco o Taissa Farmiga interpretando a la nieta del protagonista, completan un reparto en el que también participa Alison Eastwood, hija real y en la ficción de Clint Eastwood.