Cada sexenio prohija a sus propios empresarios. En parte es explicable: los grupos políticos y los hombres de dinero se necesitan mutuamente. Los primeros para recibir financiamiento en sus campañas y acrecentar su patrimonio familiar, los otros para prosperar sus negocios a la sombra del poder político.

Sin cancelar sus relaciones con los dueños tradicionales del dinero (Slim, Baillères, Azcárraga, Larrea y un largo etcétera) los presidentes prefieren generar empresarios más cercanos y leales. En lo posible aquellos que deban su fortuna en gran medida a la generosidad del soberano actual, y no al sexenio anterior.

La pregunta de fondo es ¿quiénes son los empresarios más cercanos a Peña Nieto? ¿Aquellos que crecerán a lo largo del sexenio? Primero, un rápido recorrido por esta particular relación entre poder y dinero.

Luis Echeverría (1970-76) favoreció la fortuna de Mario Vázquez Raña, en su momento dueño de PIPSA (la única productora de papel periódico en el país), y propició que se quedara con la cadena de los soles, el mayor consorcio de periódicos en México fundada por el Coronel García Valseca.

Y para nadie es un secreto que Carlos Salinas (1988-1994) es el verdadero gestor del hombre más rico del mundo, Carlos Slim. La venta de Telmex en los ochentas en condiciones de monopolio protegido, más el indudable talento empresarial de “El Ingeniero”, propiciarían la fortuna de mayor magnitud en la historia del país.

Ernesto Zedillo (1994-2000) hizo multimillonarios a varios banqueros, luego del desastroso rescate operado por el Fobaproa. La lista de beneficiados por esta intervención es larga, pero la encabeza muy visiblemente Roberto Hernández y Alfredo Harp quienes, con la permisividad de Fox, venderían Banamex a Citigroup sin costo fiscal significativo pese a haberse embolsado varios miles de millones de dólares.

La cercanía con Marta Sahagún favorecería los negocios del otro hermano Vázquez. En el sexenio de la alternancia (2000-2006) prosperaron significativamente los negocios de Olegario Vázquez Raña en hotelería, hospitales, constructoras y medios de comunicación, además de su papel tradicional como proveedor de la Secretaría de la Defensa.

El grupo de Olegario se supo ganar los favores del sucesor de Fox, Felipe Calderón, para convertirse en consentido durante un sexenio adicional. Por razones de identidad ideológica, los Servitje, de Grupo Bimbo, serían otros de los empresarios cercanos a los dos gobiernos panistas. Es también el período en que Germán Larrea, del Grupo Minero México, se convierte en el tercer hombre más rico del país.

¿Quiénes serán los empresarios vinculados a Peña Nieto? Contra lo que podría suponerse no será Televisa el destinatario principal de los favores presidenciales. El grupo político de Atlacomulco y Televisa se han necesitado mutuamente, y sin duda la alianza de estos dos actores fue fundamental para llevar al ex gobernador mexiquense a Los Pinos.

Pero el poder de Televisa es demasiado grande e independiente para que sea cómodo para lo propia presidencia. Azcárraga y Salinas Pliego tienen ya su propia telebancada y muchas relaciones con distintos actores políticos, al margen de Los Pinos (con gobernadores, y con Emilio Gamboa y Beltrones, por ejemplo, coordinadores de la mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados, respectivamente).

No es casual que el primer gran contrato de Pemex de la presente administración, por una cantidad que fluctúa entre 114 millones y 162 millones de dólares, haya sido otorgado a negocios vinculados a Miguel Afif, un empresario relacionado al grupo Atlacomulco. Lo extraño es que este hombre fue señalado en el pasado por la Secretaría de la Función Pública como defraudador de Pemex en los noventas, todavía durante el reinado priista. (Ver liga al final del excelente reportaje de Humberto Padgett al respecto).

El verdadero núcleo empresarial en torno a Enrique Peña Nieto son personajes vinculados a intereses de Toluca y amigos personales del mandatario. En primer término, la familia Macisse, propietarios del principal grupo de comunicación del Estado de México (periódicos, radio y televisión). El interés del gobierno federal de instalar una tercera y una cuarta cadena de televisión, se dice, responde entre otras razones al propósito de asegurar que este grupo de comunicación adquiera una dimensión nacional.

Jaime Camil padre, importante proveedor de dependencias públicas, entre ellas la Secretaría de la Defensa, ha estado muy cercano al círculo íntimo del ahora Presidente, desde la campaña. Armando Hinojosa Cantú, amigo personal de Peña Nieto, fue el empresario consentido de la obra pública del Estado de México el sexenio pasado. Carreteras, puentes, distribuidores viales, hospitales y una docena de inversiones en infraestructura fueron canalizadas al Grupo Higa, propiedad de este hombre de negocios. Otra de sus compañías, Eolo, fue la transportadora contratada por el Gobernador durante su campaña para eventos en los que se utilizaron jets privados y helicópteros.

Finalmente, habría que señalar los vasos comunicantes que existen entre las empresas relacionadas con los Hank González y Peña Nieto: Grupo Hermes en industria, Grupo Transportes en productos petroleros, Grupo Financiero Interacciones, entre otra docena de grandes empresas. Y por supuesto, a través del nuevo Hank González, nieto del profesor y de Roberto González Barrera, quien fuera dueño de Banorte y Maseca.

No son los únicos empresarios presumiblemente consentidos del grupo, pero ciertamente los más visibles. El contrato de Pemex a Miguel Afif ya mostró el camino que habrá de seguirse.

Ver: http://www.sinembargo.mx/25-02-2013/539476

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Jorge Zepeda Patterson

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Es periodista y escritor.

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