En la Confederación Nacional Campesina (CNC) llevada a cabo en el World Trade Center de Boca del Río, Veracruz, hicieron falta los sombreros, que años atrás se contaban por miles. El júbilo se perdió fila a fila, hasta llegar al fondo, en el que familias enteras permanecieron sentadas, durante las dos horas que duró el encuentro. Sobre su pecho, una etiqueta de plástico adhesiva con las iniciales de la confederación. En sus bocas, el silencio.
Por Itzel Loranca
Ciudad de México 6 de enero (SinEmbargo/BlogExpediente).- Parecía que el World Trade Center de Boca del Río también fue saqueado por la muchedumbre acalorada, que en los últimos dos días vació más de 150 negocios en la zona metropolitana. Sin embargo, la desolación en los pasillos y las entradas, la escasa vigilancia policial y una multitud dispersa, en cuerpo y mente, correspondieron al 102 Aniversario de la Promulgación de la Ley Agraria en Veracruz.
Hicieron falta los sombreros, que años atrás se contaban por miles, en las cabezas de los asistentes al evento más importante de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Nulas también las pañoletas coloradas, las playeras estampadas con el logo de la agrupación priista. Las banderolas en rojo y blanco no alcanzaron para todos. Hombres y mujeres, de pie en las primeras secciones del salón, fueron los que enarbolaron el trozo de tela con enjundia.
El júbilo se perdió fila a fila, hasta llegar al fondo, en el que familias enteras permanecieron sentadas, durante las dos horas que duró el encuentro. Sobre su pecho, una etiqueta de plástico adhesiva con las iniciales de la confederación. En sus bocas, el silencio.
Los vivas y las porras a favor de los líderes cenecistas y el presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Ochoa Reza, provinieron sólo de voces jóvenes que se acumularon en las primeras hileras.
El resto fueron semblantes de años, cansados e impasibles en todo momento, aun cuando desde el podio se les convocó a la unidad frente al “gasolinazo” que afecta a todo el país, y el respaldo al Presidente Enrique Peña Nieto en forma de aplausos.
Ni entusiasmo ni molestia asomaron en sus caras, ni siquiera cuando el Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), José Calzada Rovirosa, anunció un subsidio de cuatro mil millones de pesos en diésel a los campesinos.
Con las primeras notas del “Himno Agrarista”, dejaron sus lugares y marcharon de regreso a los camiones.
POR TRABAJO
De Tres Valles, de Carlos A. Carrillo, de Alvarado, Tlacojalpan, Tezonapa, Gutiérrez Zamora y Tantoyuca, partieron varios camiones de pasajeros la madrugada de este seis de enero.
A bordo, la cortesía de la torta y el refresco para los hombres, mujeres y niños que desde comunidades apartadas de las zonas urbanas, accedieron a ir a Veracruz.
Alejandrina Hernández, su hermana y su cuñado casi declinan la invitación que les hizo la maestra organizadora del viaje, por temor a encontrar una ciudad en llamas. “Casi no venimos porque decían que estaba muy feo por acá, pero ya estamos aquí“.
Viajó desde Palo de Rosa a Tantoyuca y de ahí, a Boca del Río, donde lo primero que hizo fue extender una manta en una de las banquetas, y acomodar sus artesanías de palma.
Ella vino a trabajar.
Platica que los joyeros, aretes, pulseras, rosarios y cajitas de palma los elabora todo el tiempo, desde que tenía 15 años y cada domingo, los ofrece en Tantoyuca.
A los objetos preciados de palma que vende en el mercado, se suma parte de la cosecha de maíz, frijol, calabaza, chile y nopales, que cultivan como familia en su parcela.
Sin embargo, Alejandrina señala que la mayor parte de su cultivo es para ellos mismos. “Uno se ahorra en comprarlo, ya no lo compra uno, es para consumo y luego si es bastante, vendemos de ahí. Si no, es para nosotros”.
Además del camión en el que viajó, otros tres autobuses fueron contratados por “la maestra”, de quien la madre de familia no recordó el nombre.
Señala un puesto de pulseras y aretes, a unos pasos del suyo, y dice que la vendedora también vino con ella. “Muchos venimos a vender”.
POR PLACER
“Si no es ahora, ¿cuándo?, me preguntó mi esposo, ¿y los chamacos que a qué hora iba a regresar? Les dije que no sabía”, expresó una mujer de blanco a otra con playera de la CNC, regresando de echar una ojeada a los locales de Plaza Américas.
Por allá, la familia que posa junto a las letras de “Veracruz”, frente a los ventanales del World Trade Center; por acá un grupo pequeño besando casi el suelo para observar con detalle las figuras de conchitas que un jarocho extendió para la venta; casi en la avenida, una niña da saltitos de la mano de su madre, mientras ésta pregunta indicaciones al policía de Tránsito para saber “¿Dónde queda la playa?”.
Volovanes, hot dogs, refrescos –con precios que horrorizaron a Alejandrina-, fueron la vendimia del día. Y con todo ello se pudo pasar al evento.
Este año no hubo detectores de metales ni grandes operativos en la entrada del salón.
Los policías sumaron cinco elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y una patrulla. Cerca,una hilera de ambulancias de la Cruz Roja. Esa fue la etiqueta de protección para el encuentro nacional campesino que inició dos horas después de la cita.
PORQUE NO HAY DE OTRA
Desde las 11 de la mañana Arturo Granado Sánchez, aguardó atento a que las 30 personas que vinieron desde Tezonapa, se reunieran junto a él para ingresar al salón Tajín.
De la comunidad de Laguna Chica, él y sus vecinos se apuntaron en el viaje que organizó Adanery Medina Guerrero, la polémica Alcaldesa del municipio, señalada por el gusto de su sobrino por las armas largas.
Para Arturo es su tercera vez acudiendo al aniversario de la Ley Agraria. Llegó con buen sabor de boca, diciendo que este 2016 la caña de azúcar tuvo buen precio lo que compensó las pérdidas que han sufrido por los problemas en el cultivo del café desde hace años.
“Ahí nos la llevamos, cuando no se produce caña, se pica el hule y cuando no, hay café. Ahí se la lleva uno, porque no hay otra fuente de empleos ahí. Vivimos de la caña, café y el hule”.
Algunas mujeres y dos adultos mayores aguardan junto con Arturo al resto del grupo. Sólo un niño se balancea de un pie a otro para aminorar el aburrimiento.
Arturo comenta que las siguientes generaciones también trabajarán en el campo, “porque no hay de otra.
No hay otra fuente de ingresos y los que no, pues emigran a las maquilas o si no para los Estados Unidos. Pero generación tras generación se va quedando la parcela de su papá, y a seguirla trabajando, porque de eso vivimos”.
¿Hay crisis? Arturo cree que sí, en el país y en el estado.
Señala las banderitas con el nombre de “Tezonapa” aferradas en la mano de uno de los que están junto a él. “Sombreros, la leyenda de la CNC, ni mantas nada, venimos más austeros, pero aquí estamos presentes”.
Saca de su bolsillo un bulto de adhesivos con las letras de la CNC y con una sonrisa entusiasta regala uno a la reportera.
Asegura que el Presidente de México vendrá este año, como todos los años. Como es costumbre.
-¿Y el Gobernador?
Ahora que hubo un cambio…
-Ahí sí no sabemos si venga o no venga, pero esperemos que sí porque esto no implica colores. Es hacer acto de presencia y estar todos unidos.
-La unidad…
-Claro, más que nada.