México, la tierra del maíz. De las tortillas, pozol, esquites y palomitas. Sí, las “pop corn” que se venden por miles en los cines, son una de las primeras manifestaciones gastronómicas y ceremoniales de nuestros antepasados. Sin embargo, hoy en día, el 99 por ciento del maíz palomero consumido en la República Mexicana se siembra en Estados Unidos.
Ciudad de México, 6 de enero (SinEmbargo).– “Si fuera mucho todavía lo tendríamos, pero se fue agotando, se fue perdiendo. Era muy bonito ese maíz. Nosotros aquí en las fiestas lo usábamos para hacer rosarios, para los mayordomos, los santitos. Que Diosito los socorra a ver si sí [lo encuentran]”, dice una habitante de San José del Rincón, Estado de México, a Rafael Mier, fundador de Tortilla de Maíz Mexicana, una organización que hace unos meses lanzó el proyecto “Salvemos las Palomitas de maíz”.
De acuerdo con datos de esta asociación, el 99 por ciento de las palomitas que se consumen en México están hechas con maíz importado de Estados Unidos y Argentina. Y lo que es peor, la semilla originaria con la que los mazahuas realizaban altares y ceremonias, está prácticamente desaparecida.
“Cuando la helada, se acabó. Una helada fuerte que cayó el 7 de septiembre y se acabó todo el maicito. Ahorita ya no hay, se acabó cuando cayó el hielo pero ya hace muchos años, pero no creo que haya, ya no. Te dije que ya se acabó, ¿ahora de dónde lo vas a agarrar?”, dice otra mujer mayor de la comunidad de El Huizache, también en el Estado de México, como retando a Rafael y su equipo, que –no obstante- apenas inician con su plan de acción para salvar las palomitas mexicanas, ¿cómo lo van a hacer?
“Iniciamos con una campaña de fondeo en Kickstarter, estuvimos un poco menos de dos meses y logramos llegar a la meta de 200 mil pesos, que superamos por unos 15 mil. Lo que vamos a hacer con estos recursos es iniciar una búsqueda más formal del maíz, con el dinero vamos a financiar algunos viajes. Ya empezamos en el Estado de México, que es la primera zona donde tenemos que buscar el maíz palomero toluqueño, para iniciar todo el proceso. Ahorita logramos tener contacto con la organización Pro Mazahua, quienes nos han ayudado mucho a entrar a la zona y poder platicar con gente de las comunidades locales. Ya hicimos un primer acercamiento para ir presentando estos maíces y la gente los va reconociendo y sabe lo que estamos haciendo”, dice Rafael Mier en entrevista con Mundano.
“Este maíz se ha perdido casi por completo, si le preguntas a las personas mayores sí se acuerdan y saben, sin embargo ya los jóvenes no lo conocen, entonces nuestra intención es llegar a actores claves en estas comunidades, que tengan la posibilidad de decirles a otras personas que lo estamos buscando con la finalidad de encontrar quién lo puede seguir sembrando”, continúa.
Así, tienen planeado hacer recorridos con un grupo de expertos a los colotes, como se llaman las estructuras de madera en donde se guarda el maíz recién recolectado en esta época y seguir preguntando en la que ya comprobaron, es una zona productora.
¿POR QUÉ SE PERDIÓ?
Mucho antes de que se desarrollara la alfarería y se elaboraran vasijas para nixtamalizar el maíz y convertirlo en tortillas, los antiguos pobladores de América sometían los granos a altas temperaturas y lograban así las milenarias palomitas.
Ahora, son pocas las semillas 100 por ciento mexicanas que se planten y comercien, como es el caso de la empresa Veloz, que siembran en Tamaulipas para vender maíz palomero empacado, a granel o palomita reventada.
“Son la única empresa en México que continúa sembrando maíz aunque ya son variedades más modernos y desarrollados para que sea una palomita más grande. Ellos producen un poquito aquí y muchísimo lo traen de Estados Unidos, lo que estamos tratando con ellos es que siembren más. Eran los que sembraban muchísima palomita en México pero con la entrada del libre comercio les resultó más fácil traer el maíz de EU. Estamos en pláticas con ellos, con los cines, con la Secretaría de Agricultura, para retomar y que se vuelva a sembrar en México el maíz”, dice Mier.
En México existen 59 razas de maíz y de éstas, solo siete tienen la facultad de reventar y formar las palomitas. Tal como lo decían los habitantes del Estado de México, una de las razones por las que se dio esta pérdida del maíz palomero ancestral fue por una helada, que aunque no precisan el año, fue devastadora para los sembradíos.
“Normalmente las heladas caen más cerca del invierno cuando el maíz ya está más grande y no afecta tanto, cuando cae una helada atípica fuera de tiempo, te quema y te mata todas las plantas. En una entrevista que tuvimos con unos señores nos contaron que hubo en la región una helada fuertísima, que toda la gente perdió sus cultivos y como era tan escaso, otros maíces sí sobrevivieron porque había gente que sí lo guardaba pero el otro no”, cuenta Rafael Mier a este medio.
Otra de las causas es la condición física del mismo maíz, que al ser más pequeño que otras variedades, no servía para hacer tortilla y los campesinos lo dejaban de lado para privilegiar los granos grandes.
Una de las razones más fuertes es la pérdida de las tradiciones y la cultura relacionada con este alimento, el fundador de Tortilla de Maíz Mexicana, explica: “este maíz se usaba mucho para la ceremonia, adornos de altares y también se han perdido mucho las tradiciones de la región, que han afectado que la gente siga sembrando y promoviendo la cultura de adornar. En la zona mazahua existe una costumbre de que a todos los recién llegados les ponen collares y rosarios de palomitas y de flores. La razón por la cual se usaban las palomitas era porque eran como la interpretación de las flores del maíz, de hecho el nombre está relacionado con este concepto”.
A BUSCAR PRODUCTORES
Las razones para preservar este grano van desde el peso histórico que tiene en la cultura mexicana; su importancia en la gastronomía y nutrición, pues las palomitas naturales son bajas en grasa, libres de socio y azúcar y aportan fibra. Además de su relevancia en temas económicos y de desarrollo del campo.
Es por ello que el programa “Salvemos a las palomitas de maíz mexicano” cuenta como elemento clave a los pequeños productores, pues a pesar de que la organización logró una primera cosecha con maíces que llevaban hasta 70 años congeladas, facilitadas por los bancos de semillas de dos instituciones, la cantidad de semillas y la diversidad de las mismas es muy limitada.
“Para lograr un verdadero rescate es necesario salir a buscar a aquellos productores que hayan conservado los maíces palomeros y que los continúen sembrando. Se establecerá contacto con campesinos y diversos actores en el medio rural con la esperanza de encontrar quien haya preservado las palomitas ancestrales. El encontrarlas permitirá incrementar el número de semillas disponibles, así como conocer las técnicas y saberes ancestrales mediante los cuales los campesinos mexicanos han cultivado los maíces palomeros por miles de años”, informa Tortilla de Maíz Mexicana en la presentación del proyecto.
¿CÓMO PODEMOS AYUDAR?
Además de la cooperación económica que se pudo dar en la campaña de fondeo colectivo, los consumidores pueden aportar su granito de maíz palomero al exigir a los cines, supermercados y demás industrias productoras dejar de favorecer los productos importados.
“Mucho tiene que ser solicitando a las personas que nos venden las palomitas en el país, ya sea cines, supermercados o comercios, que nos brinden opciones de comprar productos mexicanos. Las mismas cadenas comerciales o las de cines son las primeras que tienen que generar este cambio, la sociedad tiene que empezar a demandar que queremos apoyar a nuestra economía nacional y a nuestros productores, cada vez que vas al súper te preguntan que si encontraste todo lo que buscabas, ‘pues no, no encontré palomitas mexicanas’.
Empezar a generar una consciencia de consumo, de que podemos estar comprando palomitas americanas pero vamos a empezar a generar una inconformidad de que sean siempre importadas, que los comercios sepan que no queremos eso, expresar nuestra voz de consumidor de lo que queremos realmente comer o comprar y a quién queremos beneficiar con nuestros centavos”, finaliza.