Dentro de la ficción, Mowgli pretende mostrar la historia del joven indio desde un punto de vista más realista que el de otras adaptaciones como la que hizo Disney en 2016, así como reflejar la parte psicológica de los personajes.
Londres, 5 de noviembre (EFE).- El rey de la captura en movimiento, Andy Serkis, reinventa la historia de El libro de la selva con una apuesta más realista, oscura y fiel a la obra original de Rudyard Kipling bajo el título de Mowgli, que se estrenará en Netflix el próximo 7 de diciembre.
La película “es una versión del libro de Kipling, no de la película de Disney de 1967”, aclaró el director y actor de esta nueva adaptación cinematográfica, Andy Serkis, en una entrevista con Efe.
“Cuando se habla de ‘El libro de la selva’, todo el mundo piensa en la película de dibujos, pero nadie lo relaciona con la obra original, que no es una versión tan idílica e infantil, sino más oscura”, señaló el director, quien toma las riendas de un proyecto de este tipo por segunda vez.
Entre otros aspectos, este lado “oscuro” de la cinta se evidencia con la actuación del propio Serkis, quien interpreta a un oso Baloo que ni canta, ni se rasca en un árbol, ni busca “lo más vital”.
“La construcción de Baloo es más cercana al libro, por eso, aparece como una especie de sargento cuya función es entrenar a los lobos para que puedan sobrevivir en la jungla”, explicó.
Dentro de la ficción, Mowgli pretende mostrar la historia del joven indio desde un punto de vista más realista que el de otras adaptaciones como la que hizo Disney en 2016, así como reflejar la parte psicológica de los personajes.
No obstante, la narración es la de siempre: un niño criado por una manada de lobos y en un contexto fuertemente marcado por las reglas de la jungla tendrá que aceptar sus orígenes y enfrentarse al temible tigre Shere Khan (Benedict Cumberbatch).
La excepcionalidad radica, en palabras de Serkis, en que “la historia es contada por los ojos de Mowgly y de los animales”, lo que justifica que la mayoría de las escenas sean primeros planos de la mirada de los protagonistas en lugar de imágenes generales de la jungla.
A pesar de que la proyección estaba diseñada originalmente para estrenarse en el cine en vez de en Netflix, el director subrayó al respecto que este tipo de lenguaje audiovisual “funciona muy bien en la pequeña pantalla, ya que se genera una conversación con el espectador”.
El viaje visual y emocional que consigue Serkis por la jungla de algún lugar de India, aunque en realidad el rodaje fue entre el Reino Unido y Sudáfrica, es posible gracias a la técnica de grabación conocida como captura en movimiento o MOCAP, utilizada previamente por el director en papeles como el de Gollum de “The Lord of the Rings” (Peter Jackson).
En la producción de Serkis, donde casi todos los protagonistas son animales, esta tecnología consiste en capturar los movimientos y las expresiones de los actores y de los animales por separado, para luego dar vida a nuevos personajes creados digitalmente.
Además, según recalcó el director, esta técnica “permite que los actores actúen juntos durante el rodaje, un factor imprescindible para establecer una comunicación y una conexión entre ellos”.
Para el actor que interpreta a Mowgli, Rohan Chand, lo más sorprendente de la captura en movimiento es que esa complicidad de la que habla Serkis y que se produce entre el personaje y la pantera Bagheera (Christian Bale) o la serpiente Kaa (Cate Blanchett) es percibida por el público.
Chand se unió al proyecto cuando tan solo tenía 10 años y todavía, cuatro años después, sigue destacando lo mucho que ha aprendido de Mowgli y su perseverancia.
“Por muchos obstáculos que haya, Mowgli los supera una y otra vez. Al final, el mensaje de la película es que no siempre tienes por qué encajar, ni ser la persona que alguien espera que seas, sino simplemente ser tú mismo”, dijo el actor.