Ciudad de México, 5 de noviembre (SinEmbargo).– Grupos de ciudadanos cada vez más numerosos y decididos están por revivir un viejo debate en el Distrito Federal. Una discusión que causa polémica, así como una enconada lucha a favor de la vida y la protección animal, por parte de personas interesadas en detener las corridas de toros y por otro lado, una aguerrida defensa de los amantes de la fiesta brava.
Sin embargo, los defensores de derechos animales pretenden cambiar el paradigma de su demanda, además de exigir la abolición de la tauromaquia por ser un espectáculo “sádico”, buscan que el tema sea analizado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal desde diversos enfoques: holístico, humanístico, cultural, zootécnico financiero y filosófico.
“La corrida de toros es precisamente una de las tradiciones donde se muestra mayor indiferencia hacia la conciencia de otro ser vivo y está justificado bajo los argumentos más irrisorios, inclusive yo he llegado a escuchar que hay gente que dice que siente placer cuando está en una corrida, eso no tiene el menor sustento científico. No hay ningún animal vertebrado que sienta placer cuando le entierran un fierro en la columna”, afirmó Hanna Huri Hernández, especialista en bioética.
Y es que en la capital del país ocurre algo muy singular, en 2002 se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal la cual prohíbe en su artículo 25 el maltrato animal con fines deportivos o como espectáculo, no obstante, exenta de la proscripción a las corridas de toros y las peleas de gallos.
Legisladores de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) se pronunciaron por revisar la Ley en comento, a fin de que se pueda resolver esta contradicción. El Diputado local por Nueva Alianza, Jorge Gaviño Ambriz, informó que una iniciativa que prohíbe las corridas de toros en la Ciudad de México ya se encuentra en análisis en la ALDF, con amplio consenso entre los legisladores.
“No es posible que por diversión se sacrifique a un animal, además de infringir un dolor terrible”, mencionó el Diputado aliancista.
Otros legisladores han sido muy cuidadosos de no prejuiciar su enfoque ni satanizar este espectáculo, sin embargo, consideraron que es conveniente analizar la posibilidad de que la Ciudad de México esté nuevamente a la vanguardia legislativa, ahora con una ley que defienda íntegramente a los animales de lidia.
“El aspecto económico no debe ser el motivo por el cual siga existiendo el maltrato a los animales en este tipo de actividades, yo realmente no creo que las finanzas públicas de esta ciudad vayan a sufrir un descalabro porque ese tipo de actividades sean extinguidos. Respeto la posición de los empresarios que se dedican a la Fiesta Brava, pero creo que lo que ellos puedan otorgar al Estado en retribución a este tipo de espectáculos es mínimo”, afirmó el Diputado local por el Partido Acción Nacional (PAN), Héctor Saúl Téllez Hernández.
¡TOROS SÍ, TOREROS, NO!
El momento cumbre de su nuevo intento por acabar con esta tradición centenaria fue formulado en el Polyforum Siqueiros de la Ciudad de México, durante el foro “Bandera Blanca, corridas de toros”, en donde se analizó la fiesta brava desde el punto de vista del arte, la tradición, la cultura, el derecho y la economía.
Allí, diputados locales de la Asamblea Legislativa, ciudadanos y organizaciones protectoras de animales como ¡Sí! Esperanza Animal, Movimiento Consciencia, Animanaturalis, entre otras, debatieron sobre ocho mitos que emplean los defensores de la tauromaquia:
1.- El toreo es un deporte o una práctica igualitaria entre dos rivales.
Para las organizaciones protectoras de animales este mito es falso, pues esta condición no se cumple en una corrida de toros. Por el contrario, aseguraron que la fiesta brava hoy es un espectáculo en que los toreros se enfrentan a un animal completamente minado en sus facultades físicas, mediante el cansancio y el dolor.
“Los sucesivos escándalos por el afeitado de los toros, cortar o limar las puntas de los cuernos a los toros para que su lidia resulte menos peligrosa, o las investigaciones que han dejado ver la manera en que los toros son preparados para la corrida en toriles, deja mucho que desear a la afirmación como que el enfrentamiento se da entre dos rivales en igualdad de condiciones”, afirmaron en un texto leído durante el evento.
2.- Los toros son una tradición y las tradiciones hay que mantenerlas.
Los protectores de los toros de lidia aseguraron que las tradiciones basadas en la violencia y el aniquilamiento no pueden ser preservadas como patrimonio de la humanidad, incluso refirieron que otro tipo de expresiones violentas que eran consideradas como tradicionales han sido erradicadas en diversas partes del mundo.
“Podemos ver que es muy fácil tirar las justificar los argumentos que dan quienes defienden las corridas de toros, pero independientemente de la razón, moralmente, emocionalmente un ser humano sano, no puede justificar la violencia”, dijo Hanna Huri Hernández, vocera del Movimiento Conciencia.
3.- Las corridas de toros son un arte.
Para la tauromaquia, el torero representa la trascendencia a su propia condición mortal, éste destruye y aniquila su condición animal para conseguir la ansiada inmortalidad, que consigue bajo el disfraz de la fama: salir cargado en hombros por la puerta grande con el rabo o las orejas del toro que ha entregado su vida para este fin.
Sin embargo, los ciudadanos expresaron que el arte es un proceso de creación y construcción que da vida, no la quita. Agregaron que en una corrida de toros no ocurre un enfrentamiento de toro contra torero, sino de un animal contra el arsenal del torero. En la corrida el toro sólo ha sido el fantoche de la farsa.
4.- El toro muere dignamente.
Los protectores de animales aseguran que para un toro, la corrida significa la muerte inminente. No es ni digna ni indigna, simplemente se trata de una muerte lenta y torturadora.
“Y yo me pregunto, ¿es digna una muerte lenta, dolorosa, torturante, asfixiante?, ¿o es digna una muerte en la que un toro es obligado a someterse a las torturas de un equipo de sádicos, que dicen amar y respetar a los toros? Eso, señores no es dignidad”, afirmó la Diputada Estela Hernández Lucila del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
5.- Los toros son cultura.
Para revertir este mito los protectores de animales aseguraron que en 1980 la Unesco, máxima autoridad en materia de cultura emitió su opinión al respecto. “La tauromaquia es el arte de torturar y matar animales en público y según unas reglas. Traumatiza a los niños y a los adultos sensibles, desnaturaliza la relación entre el hombre y la moral”, aseguraron.
Enfatizaron que la crueldad que humilla a humanos y animales, jamás debería ser considerada cultura, sino comportamientos de odio contra uno mismo y contra la humanidad. Ejemplificaron que la tauromaquia traumatiza a los niños y les enseña un falso sentido de poder sobre los animales, además de que les enseña a evadir sus emociones.
“En el ser humano la violencia es una opción y es una pena que haya personas que opten por esa opción y es una pena que haya quienes la defiendan como algo cultural”, aseveró Hanna Huri.
6.- Sin corridas no habría toro bravo, este desaparecería.
La respuesta a este mitos es que el toro es un animal herbívoro, gran parte de su vida consiste en buscar pasto para alimentarse y no es agresivo sino en luchas territoriales, en la lucha por la reproducción y en situaciones de peligro.
“El toro es artificialmente manipulado y provocado para que responda de manera agresiva al torero, la casta brava de los toros ha sido manipulada genéticamente por el hombre para que sus ejemplares sean agresivos”, detalló la Diputada Estela Hernández Lucila del PRD.
7.- El toro no sufre.
Aquí la respuesta: “Como cualquier animal, con un sistema nervioso central, el toro siente, si vemos a una mosca posarse sobre el lomo de un toro, apenas la percibe éste trata de espantarla, cómo no sentiría el toro la puya, las banderillas o la espada. Peor si pensamos que toros no solo es torturado, muchas veces los caballos de rejoneadores o picadores también caen heridos y ellos también sienten”, sentenciaron.
“El 7 de julio de 2012 se reunieron neurólogos, neurofisiólogos, en Cambridge, Inglaterra, e hicieron la Declaración de Cambridge donde se acepta como un hecho científico que los animales, por lo menos los vertebrados, tienen conciencia, y por conciencia se entiende que los animales tienen emociones, inteligencia, voluntad, estados mentales y por supuesto el interés a no ser dañados”, afirmó la especialista en bioética por la Universidad Nacional Autónoma de México.
8.- El toro bravo nació para eso.
Para responder a este sofisma, los detractores de la tauromaquia preguntaron ¿Es justo darle vida a un animal para quitársela en acto pleno de dolor y crueldad?
Explicaron que el toro bravo fue predeterminado por los criadores para su mortal destino, fue un capricho de la voluntad humana para sellar la suerte del animal, con fine netamente económicos.
LEY PARA LA PROTECCIÓN DE ANIMALES EN DF
El objeto de la Ley para la Protección de Animales para el Distrito Federal es “proteger a los animales, garantizar su bienestar, brindarles atención, buen trato, manutención, alojamiento, desarrollo natural, salud y evitarles el maltrato, la crueldad, el sufrimiento, la zoofilia y la deformación de sus características físicas; asegurando la sanidad animal y la salud pública”.
En el artículo 25 de la Ley en comento, queda prohibido por cualquier motivo:
II. El uso de animales vivos como blanco de ataque en el entrenamiento de animales adiestrados para espectáculos, deportes de seguridad, protección o guardia, o como medio para verificar su agresividad, salvo en el caso de aquellas especies que formen parte de la dieta de las especies de fauna silvestre (…).
XIII. El uso de animales en la celebración de ritos y usos tradicionales que puedan afectar el bienestar animal.
XIV. La utilización de aditamentos que pongan en riesgo la integridad física de los animales.
Sin embargo, también impone los siguientes candados:
“Quedan exceptuadas de las disposiciones establecidas en la fracción IX del presente artículo, de las fracciones I, III y VII del artículo 24, y del artículo 54 de la presente Ley las corridas de toros, novillos y becerros, así como las peleas de gallos, las que habrán de sujetarse a lo dispuesto en las leyes, reglamentos y demás ordenamientos jurídicos aplicables”.
De allí la necesidad de revisar este artículo de la Ley, a fin de salvar esta contradicción legislativa y erradicar esta práctica de la Ciudad de México.
“En esta ciudad debemos aprender que debemos adecuarnos a lo que nos dicen la mayoría y aquí si debo decir que los acuden a espectáculos como las corridas de toros -yo me atrevería a decir- que son una minoría, que no quiere decir que no debamos respetarla, Sí. Pero también hay que atender el clamor de la mayoría que –a mi percepción personal– están en contra de las corridas de toros y de otros espectáculos como las peleas de gallos”, afirmó el Diputado panista Héctor Saúl Téllez Hernández.