La poeta Melisa Arzate Amaro habló con SinEmbargo sobre su obra Titila sangre, un poemario que expone la realidad violenta que “nos toca, nos hiere, nos empaña, nos lastima, no nada más en el país, y no nada más como mujer, sino a los ciudadanos del mundo, los ciudadanos de un mundo que está en guerra”.
Ciudad de México, 5 de septiembre (SinEmbargo).– En Titila sangre (Ediciones periféricas), la poeta Melisa Arzate Amaro compila un conjunto de poemas “que a grandes rasgos tienen que ver con una cuestión, de un lamento, de un llanto, por un una realidad que nos toca en este momento” y que al mismo tiempo, comparte, medita sobre el lenguaje.
“Todo el mundo está atravesado por guerras tan añejas como la que se vive en este momento en la Franja de Gaza, donde ya ha habido tantos conflictos históricamente, la guerra de Ucrania, conflictos en tantos lugares también, por ejemplo, en Latinoamérica, en Medio Oriente que no se han resuelto y que eso nos atañe a todos y nos hiere a todos sin importar la latitud en la que estemos”, comentó en entrevista Arzate Amaro. “El otro gran eje al cual se circunscribe a Titila sangre tiene que ver con el lenguaje y desde el inicio está anunciado eso con el título mismo del poemario”.
La autora expresó que, personalmente, tiene un interés por la palabra titilar, la cual “ tiene que ver con la latencia, con una cosa astral de un asteroide, un astro, una estrella, que enciende apaga, enciende apaga”.
“Yo recordaba que cuando era niña mi madre y mi abuela me decían que la manera de diferenciar una estrella de un planeta era porque las estrellas titilaban y a mí me encantaba, me parecía en ese momento muy dulce. Ahora yo la emparejo y la pongo a bailar con la palabra sangre para convertirla en una cosa efectivamente dual, en una cosa digamos dicotómica donde yo escribo sobre la violencia y medito sobre el lenguaje”.
Melisa Arzate Amaro platicó que hay una insistencia muy clara a lo largo del poemario en preguntarse por el origen de las palabras, como por ejemplo cuando emplea los verbos surfear y bucear e indaga en su origen, pero sobre todo también en su utilización popular.
“Gran parte de estas palabras han ido saliendo poco a poco de nuestro lenguaje, han ido siendo sustituidas por otros, pero quedan como cognados allí que sí forman parte de una comprensión del mundo que también va cambiando, es decir, en medida que va cambiando nuestro lenguaje ha ido cambiando también nuestra comprensión del mundo y me interesa muchísimo pensar sobre eso”, ahondó.
Arzate describió su “fascinación absoluta” por el lenguaje y cómo palabras no nada más le sirven de vehículo. “Yo misma me engolosino con ese lenguaje, lo disfruto profundamente, lo encabalgo y me camino en ese preciosismo de palabras, soy una golosa del lenguaje. Hay un preciosismo ahí que me doy cuenta que probablemente es una escritura que no se parece a muchas escrituras en este momento porque tiene ese engolosinamiento con la palabra que a lo mejor muchos en la poesía de los años 70 para acá se esforzó en hacerlo mínimo o en limpiar la poesía y llevarla al minimalismo. Yo voy al revés, estoy llenando todo con figuritas, palabras y más letras porque quiero eso, quiero disfrutar el lenguaje”.