A pesar de anunciar una “nueva era” en la entidad, el morenista Julio Menchaca enfrentará retos como el aumento del huachicol, donde Hidalgo lidera en tomas clandestinas a nivel nacional, así como el aumento de violencia, crimen y narcomenudeo, además del siempre presente problema de la pobreza en esta región.
Ciudad de México, 5 de septiembre (SinEmbargo).– En lo que ha sido llamado un “día histórico”, Hidalgo, estado ubicado en el centro de México, dejó atrás casi un siglo de gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Julio Menchaca, de Morena, su nuevo Gobernador, asumió este lunes el poder y prometió una administración digna y una “transformación” enfocada en enfrentar la corrupción y la impunidad.
Sin embargo, la entidad, sus ciudadanos y gobernantes tienen de frente importantes retos para los próximos seis años.
Al asumir como Gobernador, Menchaca mencionó que uno de sus objetivos principales será “terminar con las malas prácticas de un sistema que ya se fue para siempre”, en referencia al dominio priista. Pero también admitió que hay “muchos problemas antiguos y complejos”.
Esos pendientes son variados. Van desde el aumento de la violencia en la entidad, derivado entre otros del crecimiento del narcomenudeo, así como la cada vez más fuerte influencia del “huachicol” –robo de combustibles– y los secuestros y extorsiones en la región.
VIOLENCIA Y CRIMEN AL ALZA
El Gobernador Omar Fayad Meneses, el último del PRI en haber gobernador de manera consecutiva Hidalgo, deja un estado en números rojos: entre la inseguridad y violencia cobraron relevancia en la entidad, ya que los homicidios dolosos aumentaron 79 por ciento: de los 156 que se registraron en 2016, en 2021, hubo 280.
Asimismo, durante su administración (2016-2022) los delitos contra la libertad personal, secuestros y raptos, subieron 19 por ciento, al pasar de mil 427 a mil 704 en cinco años. Fue el mismo caso para las extorsiones, que pasaron de 81 a 108, un incremento del 33 por ciento.
Estas cifras se explicarían al menos parcialmente por el importante aumento del narcomenudeo, ya que las carpetas de investigación que se iniciaron por este delito entre enero y noviembre de 2016, comparadas con las que se abrieron en el último año, en el mismo periodo, señalan que Hidalgo tuvo una alza de 346 por ciento, pues pasó de 170 a 759 casos; y Quintana Roo de 117 por ciento, con un repunte de 523 averiguaciones a mil 138.
El llamado Cártel de Hidalgo surgió en enero de este año, según consignaron medios locales en ese entonces. Se trata, de acuerdo con los mismos reportes, de una de las organizaciones que, además de obtener prominencia en los últimos meses, se le han adjudicado varios de los asesinatos y ejecuciones en la región.
EL “HUACHICOLEO” PERSISTE
Uno de los principales pendientes es el robo de combustibles, pues persiste a pesar de los esfuerzos que el Gobierno federal lanzó en 2019 para frenar este delito.
Apenas hace tres semanas, el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, informó en la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador que en el último mes, Hidalgo fue el estado con mayor número de tomas clandestinas usadas para cometer este crimen.
De acuerdo con el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), que cita cifras de Petróleos Mexicanos, de enero a junio de 2022 a nivel nacional se identificaron cinco mil 349 tomas clandestinas.
En Hidalgo, en el primer semestre de este año, se identificaron dos mil 675 tomas clandestinas, casi la mitad del total nacional, en lo que representó un incremento de 19.21 por ciento en comparación con el primer semestre de 2021.
El estado quedó marcado por el robo de combustible cuando a principios de 2019, una expulsión descontrolada de gasolina en el kilómetro 226 del oleoducto que corre del puerto veracruzano de Tuxpan a la ciudad de Tula, en la comunidad de Tlahuelilpan, provocó una explosión en el lugar, donde docenas de personas se arremolinaban para captar el líquido.
Esto provocó un total de 137 decesos: 69 personas fallecieron en el lugar y de los 81 hospitalizados por quemaduras, murieron 68; sólo 13 fueron dados de alta con lesiones, de acuerdo con el último conteo del Gobierno federal.
POBREZA Y CARENCIAS
Respecto a la línea del bienestar en el estado, el informe del Gobierno de México señala que con una población de tres millones 121 mil 355 habitantes, en Hidalgo hay 181 mil 473 personas en pobreza extrema; un millón 129 mil 630 en pobreza moderada; un millón 162 mil 111 fueron considerados como vulnerables por carencias; y 113 mil 609 como vulnerables por ingresos.
Asimismo, en la entidad el rezago educativo afecta a 523 mil 408 personas; 431 mil 584 no tienen acceso a los servicios de salud; dos millones 117 mil 528 no tiene seguridad social; otras 291 mil 745 personas se ven afectadas por falta de calidad y espacios dignos en sus viviendas; 766 mil 412 padecen la falta de servicios básicos en sus viviendas; y 679 mil 777 tienen dificultades para acceder a la alimentación.
UNA NUEVA REALIDAD
Durante su toma de posesión, Menchaca afirmó que el cambio de estafeta inédito en la entidad permitirá llevar la “transformación” a Hidalgo. “Erradicaremos corrupción e impunidad para llevar recursos públicos a donde la gente lo necesita”, dijo, además de promete una lucha por “la igualdad de genero, por las personas adultas mayores, por las personas de la diversidad y por personas con discapacidad”.
“Habrá una nueva realidad para Hidalgo”, confió Menchaca. El morenista le sumó una última promesa a su discurso, más allá de sus propuestas y objetivos. “Mi propósito es que, después de mi mandato, quiero seguir viviendo aquí, en estas calles, y poder verlos de frente con dignidad”, dijo. Hidalgo renovará su gubernatura en 2030. Entonces, los balances reflejarán si lo consiguió.