Michel Franco aseguró en el Festival de Cine de Venecia que su nueva producción, Sundown, es también una “carta de amor” a Acapulco.
Por Gonzalo Sánchez
Italia, 5 de septiembre (EFE).- Un año después de ganar el León de Plata, el cineasta mexicano regresó hoy a la competición de Venecia con Sundown, un drama familiar bajo el sol de Acapulco que refleja la violencia y la vida del lugar a través de la fría mirada, casi nihilista, de un extranjero.
“El lugar en el que hemos filmado es tan importante como los propios personajes y no podría separarlos. La historia tenía que tener lugar en Acapulco, que fue mi sitio preferido y que sigo amando”, dijo el realizador en la rueda de prensa de presentación.
Después de hacerse con el Gran Premio del Jurado el año pasado con Nuevo Orden, Franco (Ciudad de México, 1979) vuelve a Venecia con Sundown, un drama familiar repleto de intrigas que ha generado debate entre el público veneciano.
“La cinta es el ocaso de una rica dinastía británica, encabezada por Neil (Tim Roth) y Alice (Charlotte Gainsbourg), que veranea en Acapulco hasta que una tragedia inesperada interrumpe el asueto y divide a la familia, desvelando tensiones del todo inesperadas.
Para sorpresa de todos, Neil decide no volar a Londres para quedarse y cambiar su vida de lujos por una odisea por las barriadas del lugar, siendo testigo de los estragos de la violencia y la desigualdad. Y la pregunta que inquieta es “¿por qué?”.
La intención del director no era tanto denunciar las injusticias sociales o la pobreza, sino poner a un extranjero en medio de un entorno hostil e inhóspito.
“En este caso no era tanto hablar de la disparidad, me gustaba la idea de un personaje extranjero en todos los sentidos respecto al lugar, que no habla la lengua y vive un momento muy particular de su vida, es un forastero que se deja llevar”, explicó.
El tema que sobrevuela es el “derecho” a poder desaparecer cuando las cosas se ponen crudas: “La única decisión que toma es separarse de su propia familia (…) No hace nada malo, elige. Todos tenemos derecho a ser libres pero ¿quién lo es?”, cuestionó el director.
Aunque no lo haya hecho de forma premeditada, Franco confesó que en su protagonista hay algo que recuerda al inapetente Meursault de El Extranjero de Albert Camus, pues se limita a recorrer los bajos fondos y a ignorar a su familia en Londres sin plantearse nada.
Precisamente la redacción del guion, que le llevó unas dos semanas, nace de una crisis personal que el cineasta vivió hace unos años y que le provocó una serie de preguntas presentes en la cinta.
El nihilismo de Neil se hace más evidente cuando come impasible en una playa custodiada por militares armados,: “No estoy diciendo que esté buscando la violencia pero sabe que es posible que vaya en esa dirección”, dijo Franco. Y sin embargo, nada parece perturbarle.
El cineasta mexicano, autor de obras como Después de Lucía (2012), aseguró que redactó el guion de su puño y letra pensando en que el protagonista debía ser Tim Roth, a quien ya eligió en Chronic (2015), Premio del Jurado en Cannes aquel año.
El británico solo conocía Acapulco por Frank Sinatra y por lo que le había contado el realizador, que de pequeño solía ir varias veces al año con su familia, pero pudo comprender de primera mano su forma de vida a lo largo de seis semanas de rodaje.
“Creo que la película lo representa bien, es difícil explicar las sensaciones que provoca porque es un sitio bellísimo pero chocante al mismo tiempo, es un recuerdo que guardaré. Seguramente ha sido un lugar difícil pero es una experiencia que nunca cambiaría”, dijo.
La actriz Charlotte Gainsbourg, una más en la familia británica que centra el filme, consideró por su parte que fue “hermoso” rodar en una realidad “tan diferente” a lo que conocía hasta el momento.
Más familiarizada está Iazua Larios, mexicana y también en el reparto, quien lamentó la inseguridad que se vive a pocos pasos de los fastuosos hoteles de lujo de la costa del Pacífico mexicano: “No es justo que sea normal pero por desgracia tenemos un grave problema asociado con la violencia”, lamentó.
No obstante, el director salió al paso asegurando que Sundown es también una “carta de amor” a Acapulco, aunque ya se sabe que el amor verdadero “puede también ser complicado”.
Junto a la de Franco compiten por el León de Oro, que se fallará el 11 de septiembre, La caja de Lorenzo Vigas, producida también por él, Spencer del chileno Pablo Larraín y Competencia Oficial de los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn.