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Arnoldo Cuellar

05/09/2019 - 12:05 am

En Guanajuato, ¿sexenio de siete años?

¿Es mucho pedirle al gobernante que presente un plan detallado antes de endeudarse? ¿Que no adquiera pasivos solo “para lo que se ofrezca”? ¿Qué si es posible se apriete un poco el cinturón y haga un Gobierno menos oneroso?

¿Es necesario el crédito, es oportuno, es aceptable? Muy probablemente Guanajuato tiene condiciones favorables para endeudarse, aunque soplen malos vientos para la economía mundial y nacional. Foto: Especial.

Tomando en cuenta que los gobiernos de Miguel Márquez y Diego Sinhue Rodríguez forman una continuidad, que casi nada los distingue, que comparten funcionarios, proyectos y logros, que como diría Timbiriche “son uno mismo”, creo que se les puede poner juntos en el análisis sobre la (in)justificación del endeudamiento que quiere adquirir el segundo de ellos.

En el Gobierno de Márquez la penuria nunca fue tema. Se gastó a dos manos y se hicieron megaproyectos de todo tipo, hubo también endeudamiento como carta abierta que le permitió a Miguel Márquez no privarse de ningún capricho, además de hacer obras necesarias.

Hay nuevo hospital en León, más que urgente, aunque innecesariamente construido por una empresa del sureste de México; hay teatro en Purísima de Bustos, aunque no haya una programación decente y nutrida en los Teatros de León, Guanajuato e Irapuato. Hay mega carreteras de León a Purísima, incluyendo las que pasan por numerosos terrenos de la familia Márquez.

¿Miseria?, ¡Cuál!

Hubo mucho dinero para rentar cámaras que no sirvieron y sí, es una fijación mía referirme a Escudo, quizá porque me molesta que los gobernantes mientan sin consecuencias, que nos quieran engañar y nadie digamos nada, que usen el dinero de todos sin rendir cuentas y generando todas las sospechas sobre la obtención de beneficios personales.

Márquez regaló terrenos y regaló infraestructura. El Puerto Interior fue una auténtica caja chica, como antes lo era el ISSEG. Se hicieron transacciones que beneficiaron a privados y perjudicaron a esa empresa del estado y a los condóminos del desarrollo.

Se mantuvieron a flote grandes errores del pasado, como el Parque Bicentenario y el Parque Agrotecnológico Xonotli, en los que se invirtió mantenimiento además de tener los terrenos prácticamente improductivos. Hoy sabemos que en Xonotli hubo malos manejos que se han ocultado, pues ahí despacha el patriarca Elías Villegas Torres como presidente de un consejo que no parece rendirle cuentas a nadie.

A Márquez el dinero le sobraba, le salía por los bolsillos, tenía para subsidiar armadoras extranjeras y equipos de fútbol locales. Pero, además, endeudó al estado porque podía hacerlo, porque era dueño del Congreso y parte de la oposición.

Márquez renunció a la posibilidad de generar una fuente de ingresos permanente con el libramiento de Silao que une a la autopista de Guanajuato con la carretera a San Felipe y la León – Silao, al concesionarla a Grupo México por algún tipo de compromiso político o económico, dejando fuera a grupos locales y permitiendo una exorbitante tasación del costo de la obra lo que le permitirá a la empresa cobrar altos peajes por tres décadas.

El estado pudo haber construido esa carretera y tener los rendimientos futuros. La concesión opaca, fast track, realizada a seis meses de dejar el poder y validada, quién lo dijera, por el naciente Comité Estatal Anticorrupción, no huele, sino que hiede a corrupción.

Esas medidas secaron reservas del estado, le impidieron una mejor consolidación de sus finanzas. Pero, además, Miguel Márquez dejó a Diego Sinhue el compromiso de las medicinas adquiridas a dos grupos distribuidores con los que hizo arreglos de largo plazo, extra sexenales. Además, heredó Secretario de Salud y administrador de la SSG quien es su primo, por si algo faltara.

Hoy, Diego no puede voltear y reclamar al pasado, pues está atado de manos, aherrojado, prisionero de su benefactor, además por decisión propia y parece ser que hasta con satisfacción.

Mientras Márquez sale a medios a defender la solicitud de crédito y a blandir la espada contra López Obrador, Diego le da una entrevista pagada a la televisión nacional para hablar de turismo y de que Guanajuato “es seguro”, tratando de contrastar las cifras que de nuevo nos colocaron en el primer lugar de homicidios violentos en agosto y en el acumulado del año, duplicando a los estados que nos siguen.

¿Es necesario el crédito, es oportuno, es aceptable? Muy probablemente Guanajuato tiene condiciones favorables para endeudarse, aunque soplen malos vientos para la economía mundial y nacional. Sin embargo, la responsabilidad de un gobernante que tiene el poder de esa decisión tendría que pasar por explicar con detalle para qué quiere el dinero, cuál es el plan y que beneficios concretos se producirán en el estado que permitirán mejorar los flujos que afronten el pasivo.

Todo hace falta, desde luego, pero hay inversiones donde lo más barato es construir infraestructura y lo caro es ponerla en funcionamiento y dar el servicio cotidianamente. Eso pasa con las escuelas, los hospitales y las áreas de seguridad.

¿Es mucho pedirle al gobernante que presente un plan detallado antes de endeudarse? ¿Que no adquiera pasivos solo “para lo que se ofrezca”? ¿Qué si es posible se apriete un poco el cinturón y haga un Gobierno menos oneroso?

Porque Sinhue se despachó con la cuchara grande a su llegada: creó dos nuevas secretarías de estado, la del Migrante y la de Medio Ambiente (ninguna funcional hasta ahora, por cierto); incrementó la nómina a placer, creció sus oficinas de vocería, contrató asesores. Si había estrés financiero eso es injustificable. Si no lo había y lo hay ahora, podría empezar por revisar si todo eso funciona o puede ahorrárselo.

Ese es el tema con el crédito. No puede ser la solución a una crisis pasajera, esas se enfrentan de otro modo, tendría que ser parte de un plan de largo plazo. Si es incapaz de explicarlo así, no debería de autorizarse, aunque sabemos que los diputados del PAN y parte de los otros recibirán consignas o negociarán su voto.

Lo más delicado de todo, ante este empréstito que parece inevitable (simplemente porque pueden hacerlo sin rendirle cuentas a nadie), es que parece que no hemos cambiado de administración y que estamos viviendo el primer septenio de un Gobernador, con todo lo que ello implica.

¿O tendremos que preguntarle los detalles del crédito a Miguel Márquez? Podría ser la próxima vez que se presente en un evento oficial, que seguramente será pronto.

Arnoldo Cuellar
Periodista, analista político. Reportero y columnista en medios escritos y electrónicos en Guanajuato y León desde 1981. Autor del blog Guanajuato Escenarios Políticos (arnoldocuellar.com).

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