Con 17 años ininterrumpidos de ser funcionario público para Chiapas (20 de concluir su mandato como Senador), Manuel Velasco modificó la ley de su estado y logró que el Senado de la República le permitiera regresar a concluir su gestión como Gobernador. Son solo tres meses y la duda es ¿a qué regresa? El político sostiene que vuelve “a dar la cara” a los chiapanecos y a “propiciar una transición de gobierno exitosa”.
Pero integrantes de la sociedad civil y de la academia como el investigador de la UACh, Antonino García García, sospechan que regresa por los recursos que aún pueda obtener del erario. Y la activista, Alma Rosa Rojas, es enfática: “No lo queremos ni como Senador ni como Gobernador, es un chapulín que no quiere dejar de brincar y llevarse todo lo que pueda”.
Ciudad de México, 5 de septiembre (SinEmbargo).– Manuel Velasco Coello regresa a gobernar el estado de Chiapas en medio de reclamos y un “descontento generalizado” por su pésimo desempeño como mandatario estatal y por “manipular” la Ley para cumplir su capricho de cerrar su sexenio, coincidieron investigadores y activistas entrevistados por SinEmbargo.
Manuel Velasco ya despacha como nuevo mandatario de Chiapas y será hasta diciembre de 2018 que deje el puesto. Ayer, el Congreso de la Unión le otorgó la licencia y el legislativo de Chiapas también avaló su retorno.
En una sola jornada, el Pleno del Senado negó la licencia al “Güero” Velasco para que regresara a gobernar Chiapas. Pero tras una discusión caótica de cuatro horas, se la concedió.
Los votos mayoritarios del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) favorecieron a Velasco Coello: “Se concede la licencia al Senador. Esta mesa directiva señala que consultó directamente con el Senador si esta solicitud se pasaba hoy o mañana. La Mesa Directiva respeta el derecho del Senador con licencia”, indicó Martí Batres Guadarrama, presidente del Senado.
Horas después, el Congreso local de Chiapas también avalaba la decisión con 37 votos a favor.
DE UNA CLASE VORAZ
Manuel Velasco Coello, de 38 años de edad, es nieto Manuel Velasco Suárez, ex Gobernador de Chiapas en el periodo 1970 a 1976.
A sus 21 años de edad, se convirtió en Diputado local por el Partido Verde Ecologista. Era 2001. Dos años más tarde, logró una diputación federal por la vía plurinominal. En el año 2006, en alianza con el PRI, ganó la elección para Senador de la República.
En las elecciones de 2012, el joven político contendió en alianza con el PRI y Nueva Alianza, donde ganó la Gubernatura de Chiapas con una votación del 68 por ciento.
Sin embargo, la imagen del político se ha destacado más por su matrimonio con la actriz y cantante de televisa, Anahí Puente, por su vida entre integrantes de la farándula y por sus constantes apariciones en portadas de la prensa de espectáculos y sociales, más que su trabajo al frente del Gobierno chiapaneco.
Antonino García García, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo, (UACh) con sede en San Cristóbal de las Casas, recordó que Velasco llegó a la gubernatura tras aliarse muy bien con su antecesor, el ex Gobernador Juan Sabines Guerrero. Los dos, señaló, descendientes de ex gobernadores y que forman parte de una élite política bastante voraz y poco consciente de las necesidades del estado de Chiapas.
“Ambos no han vivido en Chiapas, ellos crecieron en la ciudad de México. Son jóvenes que llegaron a administrar la gran finca que consideran que es Chiapas. Ellos creen que es una finca a disposición de esta élite política”, señala maestro de desarrollo rural y regional de la UACh.
Diego Cadenas Gordillo, del Centro de derechos humanos Ku’untik, coincide en que el “Güero” Velasco ha sido indiferente a los problemas de la entidad.
“Él realmente creció en la Ciudad de México, no conoce la ni la geografía, ni los actores sociales, ni la diversidad cultural que hay en el estado y eso ha sido parte de la falta de una gobernabilidad que garantice los derechos de los chiapanecos y las chiapanecas”, señaló.
MALA GESTIÓN
“La Gubernatura [de Manuel Velasco] es una gubernatura bastante mediocre, floja. Todos los niveles se fueron para abajo”, sostuvo el académico Antonino García García.
El estado de Chiapas está reprobado en todos los indicadores económicos importantes, comenzando por el PIB, que en el primer trimestre de 2018 cayó un 1.6 por ciento, de acuerdo al estudio Semáforo Económicos del think thank México ¿Cómo Vamos?
El 69 por ciento de la población no puede ni siquiera adquirir la canasta básica alimentaria con los ingresos que tiene por su trabajo –ya sea formal o informal– y durante los primeros seis meses del año únicamente se generaron mil 723 empleos formales para una población de 4.7 millones de habitantes.
El 65.9 por ciento de la población en edad de trabajar se desempeña en la informalidad, es decir, sin contrato, prestaciones o servicios de seguridad social.
La deuda pública del gobierno se ha mantenido alta durante todo el sexenio. Durante 2017 y 2018 el Estado ha presentado una deuda equivalente al 5.7 por ciento del PIB, más del doble que la media nacional, que es de 2.6 por ciento.
Alma Rosa Rojas, del Colectivo Educación para la paz y los derechos humanos, coincidió que el Gobierno de Manuel Velasco ha dejado mucho que desear, ya que comunidades indígenas y la sociedad civil están inconformes.
“Hay un repudio a su trabajo y a su persona, lo único que ha hecho ha sido no gobernar. Ha robado”, criticó la activista.
Francisco Gordillo Gordillo, integrante de la organización “Todos Somos Tuxtla”, resume el mandato de Velasco Coello: “Hemos ido hacía atrás. Estamos en la cola de los índices de desarrollo humano. Tenemos pobreza laboral, pobreza alimentaria, nulo acceso a servicios sociales”.
Al menos el 77.1 por ciento de la población en Chiapas vive en situación de pobreza. Un 49 por ciento está pobreza moderada y 31.8 por ciento en pobreza extrema, es decir, al menos 4 millones 114 mil personas que viven en pobreza, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Los datos también muestran que el 90.9 por ciento de los chiapanecos viven con al menos una carencia social y el 40.6 por ciento de los ciudadanos sufren de al menos tres carencias sociales.
El 81.1 por ciento de la población no tiene acceso a la seguridad social, el 52.3 de los ciudadanos no cuenta con acceso a los servicios básicos de vivienda. Además de que el 29 por ciento tiene un rezago educativo.
“Aunado a ello, la entidad acumula al menos siete trimestres con decrecimiento económico”, agrega el activista Francisco Gordillo.
DESPLAZADOS
Mantener a las comunidades indígenas en altos grados de marginación es uno de los más sentidos reproches a la administración de Velasco. “Esto ha sido usado por el gobierno [de Manuel Velasco] para beneficiarse de esa pobreza y de esa necesidad”, dice Diego Cadenas del Centro de derechos humanos Ku’untik, una organización civil que da acompañamiento a comunidades desplazadas.
Chiapas es una de las entidades que concentraron el mayor número de personas indígenas en pobreza: el 70.4 por ciento. Además, es el estado con más personas desplazadas masivamente en todo México con un total de 6 mil 90 afectados, equivalente a 29.87 por ciento del total de las víctimas de este fenómeno.
Cadenas resaltó que tan sólo el gobierno de Velasco logró el récord de la mayor cantidad de personas desplazadas. “En el periodo del conflicto armado fueron alrededor de 12 mil desplazados, pero en ese periodo fueron varios gobernadores interinos. Sin embargo, tan solo en este sexenio son mas o menos 7 mil personas”, destacó.
El derecho humanista estimó que al menos 2 mil personas continúan en situación de desplazamiento
“El Gobierno no solo no evitó el desplazamiento sino que no ha cubierto las necesidades básicas y menos las condiciones para su retorno”, enfatizó.
En diciembre del año pasado organizaciones civiles pidieron al Estado Mexicano que se apliquen los principios rectores de desplazamientos internos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para “proteger a cientos de familias que han huido de la violencia generalizada y que están en total vulnerabilidad” en los municipios de Chenalhó y Chalchihuitán.
Antonino García García explicó que el Gobierno de Velasco nació con conflictos políticos en Chenalhó, Oxchuc, San Juan Chamula, Chilon, Chanal, Ixtapa, por la imposición de candidatos en comunidades indígenas, “donde el Partido Verde no entiende cual es la cultura política de sus pueblos indígenas e impone a sus candidatos”.
DEUDAS Y DESVÍOS
Alma Rosa Rojas destacó que el actual sexenio deja al sistema de salud de Chiapas “en la calle”. En los hospitales, señaló, “algunos médicos fueron despedidos e inauguró varios hospitales sin medicamento. Son puros cascarones”.
Otra de las inconformidades a la administración de “El Güero” son la deudas que no ha saldado con proveedores. “Hay muchos a quienes les debe, en su mayoría empresarios a los que nos les ha pagado”, comentó la activista.
Francisco Gordillo coincidió: “Sólo se ha burlado, y ha usado los recursos públicos [para él]. No le paga a proveedores, a maestros, a salariados del gobierno, hay dependencias que no tienen ni para el papel de baño. En fin que el desvío de recursos en el erario es terrible”.
El académico de la UACh recordó que a Chiapas, por su ser un estado de máxima pobreza, se le asigna una gran cantidad de dinero del Gobierno federal, “ obviamente esos recursos no llegan a la población”.
“Chiapas en un Gobierno altamente rico y es un pueblo altamente pobre”, comparó el académico.
García García consideró que Manuel Velasco regresó al Gobierno por los recursos que le podrían destinar a Chiapas. “Al final del sexenio hay una bolsa de recursos económicos que no se ejercieron en otros estados y esa bolsa se reparte para los estados más pobres, en este caso Chiapas, Oaxaca y Guerrero. A Chiapas, por su índice de marginación, le asignarían millones de pesos en estos últimos meses, entonces todavía hay un recurso económico con el cual puede maniobrar y metérselo a la bolsa. Esa es la situación”, explicó.
CHIAPAS, TRAICIONADO POR MORENA
La aprobación de la licencia al Senador Manuel Velasco Coello desató las críticas hacía el partido Morena y para los activistas e integrantes de la sociedad civil entrevistados por este medio digital es una “traición.
El activista Diego Cadenas explicó que existe un desanimo “puesto que había puesto esperanzas en el partido Morena, esperanzas que hoy se han caído. Fue muy evidente, al menos al parecer de la población de Chiapas, que el Senado con mayoría de morena terminó cediendo a las pretensiones del Gobernador”.
Alma Rosa Rojas puntualizó: “Hay mucha inconformidad, mucho enojo, mucha indignación por todo su Gobierno y ahora estamos mucho más indignados y enojados por la licencia que le dio el Senado. En la comunidad chiapaneca no lo queremos ni como Senador ni como Gobernador, es un chapulín que no quiere dejar de brincar y llevarse todo lo que pueda. Él y su mamá, porque en realidad su mamá es la que está detrás de él”.
Y el activista Francisco Gordillo, quien participó en las protestas por el retorno del mandatario, explicó que la indignación deriva también de que Velasco rompió la legalidad.
“Es este manipuleo de la Ley, este manipuleo al antojo de un Gobernador que no le ha dado nada a Chiapas, al contrario, le ha dado vergüenza […]. Hay una falta del estado de derecho en Chiapas y eso es por la nula actuación de Manuel Velasco para Gobernar, por eso es que no queremos que regrese”, sostuvo.
-Con información de EconomíaHoy