De más de 200 factores candidatos, los investigadores identificaron una glicoproteína llamada transferrina como procoagulante (una causa de la coagulación de la sangre) que aumenta con la edad, es mayor en los hombres que en las mujeres y es mayor en las células infectadas por el SARS-CoV-2.
Madrid, 5 de agosto (Europa Press).- La Escuela de Biociencias de la Universidad de Kent (Reino Unido) y el Instituto de Virología Médica de la Universidad de Goethe, Frankfurt am Main (Alemania) han identificado que una glicoproteína conocida como transferrina puede contribuir de manera clave a formas graves de COVID-19.
Actualmente se desconoce por qué algunas personas desarrollan sólo síntomas leves o ninguno cuando se infectan, mientras que otros experimentan formas severas de la enfermedad. Sin embargo, se sabe que el riesgo de que la COVID-19 se vuelva grave aumenta con la edad y es mayor en los hombres que en las mujeres. Muchos casos graves se caracterizan por el aumento de la coagulación de la sangre y la formación de trombosis.
El equipo combinó los datos existentes sobre la expresión de los genes en los seres humanos y las células infectadas para buscar las moléculas que intervienen en la coagulación de la sangre que difieren entre las mujeres y los hombres, cambian con la edad y se regulan en respuesta a la infección por el SARS-CoV-2.
New @biokent research bt @MartMichaelis @markwassy asks if transferrin has a role in COVID-19-Related Coagulopathy https://t.co/587g21qp5t
— Biosciences – University of Kent (@biokent) July 31, 2020
De más de 200 factores candidatos, los investigadores identificaron una glicoproteína llamada transferrina como procoagulante (una causa de la coagulación de la sangre) que aumenta con la edad, es mayor en los hombres que en las mujeres y es mayor en las células infectadas por el SARS-CoV-2. Por lo tanto, la transferrina puede tener potencial como biomarcador para la identificación temprana de los pacientes con COVID-19 que corren un alto riesgo de padecer una enfermedad grave.
“Es muy emocionante participar en un estudio tan importante que puede mejorar las terapias para COVID-19 en su forma más grave”, detalla la primera autora del estudio, Katie-May McLaughlin.