El indicador se conformó de forma multidimensional en el que además de pobreza económica se midió también las carencias en educación, salud, seguridad social, alimentarias y de vivienda, por lo que permitirá medir el avance de los programas implementados en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Ciudad de México, 5 de agosto (SinEmbargo).- El número de personas en situación de pobreza en el lapso de los últimos diez años pasó de 49.5 millones a 52.4 millones de personas y en términos porcentuales se movió de 44.4 por ciento a 41.9 por ciento, una disminución anual media de 0.24 puntos porcentuales, informó este día el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval).
Esto significa que una década de programas para el “combate a la pobreza” en un periodo que abarca todo el sexenio de Enrique Peña Nieto y cuatro de seis de Felipe Calderón ayudaron muy poco.
En pobreza extrema, se pasó de 9 millones 375 mil personas a 9 millones 310 mil, una disminución de 0.69 por ciento o de 65 mil personas.
En rezago educativo, en el periodo de diez años, se pasó de 21. 9 por ciento a 16.2 por ciento. La de salud tiene una marcada reducción, de 38.4 a 16.2.
Pero, en la de seguridad social es lo contrario: de 65 por ciento que no la tenían en 2008, en 2018 la cifra fue de 57.3 por ciento, es decir, 71.1 millones de personas no la tienen y está relacionada con la precariedad laboral.
Por acceso a la alimentación, pasó de 21.7 por ciento en 2008 a 20.4 por ciento en 2018, es decir, 25.5 millones de personas.
La población con ingresos inferiores a la línea de bienestar mínimo no cambió y quedó en 16.8 por ciento de la población.
En cuando a los que no tienen ingresos por arriba de la línea de pobreza, pasaron de 49 por ciento a 48.8 por ciento.
Sobre la población no pobre y no vulnerable, fue en 2008 de 18.7 por ciento a 21.9 por ciento en 2018, cuando esa cantidad se debió robustecerse.
El ingreso corriente, el décimo decil, reportó ingresos 26 veces más que el primero, esto es la desigualdad y la concentración del ingreso.
Otra radiografía sobre la condición de pobreza es la de la población indígena. Para 2018, 74.9 por ciento estaba en pobreza y frente al 34 por ciento de la población no indígena.
El 84.3 por ciento de las mujeres indígenas en zonas rurales son pobres, de las cuales el 45.7 están en pobreza extrema, cifra menor a la de los hombres indígenas que viven en zonas rurales, que sólo el 31.9 por ciento es pobre y 3.9 por ciento es pobre extremo.
“En pobreza se tuvo una reducción limitada de 0.24 puntos porcentuales. La política social se debe dirigir de manera directa a la población con más desventajas económicas y sociales. Los retos más importantes de la política pública de la pobreza son la seguridad social y el ingreso que no es suficiente”, comentó José Nabor Cruz Marcelo, Secretario Ejecutivo del Coneval.
“Los resultados son insuficientes. Queremos abrir el debate sobre las causales de por qué tenemos estos datos porque muestra una tendencia de estancamiento, aunque haya avances, mantenemos un rezago o estancamiento importante. No solo influyen los programas, los salarios influyen y otras variables”, agregó Cruz Marcelo.
De los menores de 18 años, la mitad viven en pobreza en 2018 y el 41 por ciento de los adultos mayores.
De la población con discapacidad, 48.6 por ciento estaba en pobreza en 2018.
Por lugar de residencia, el 55.3 por ciento de quien habita en zonas rurales está en pobreza y el 37.6 por ciento de la población urbana. La pobreza extrema es cuatro veces mayor en el área rural, que se ubica en 16.4 por ciento.
Por entidad federativa, el reto continúa siendo el sur del país: en el periodo de 10 años, la pobreza en Chiapas pasó de 77 por ciento a 76.4 por ciento; en Guerrero de 68.4 por ciento a 66.5 por ciento; en Oaxaca pasó de 61.8 por ciento a 66.4 por ciento y en Veracruz, de 51.2 por ciento a 61.8 por ciento.
La información presentada por el Coneval mostró los resultados de la política social del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), en sus últimos cuatro años de Gobierno, y el periodo completo de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
El indicador se conformó de forma multidimensional que además de pobreza económica midió carencias en educación, salud, seguridad social, alimentarias y de vivienda, por lo que permitirá medir el avance de los programas implementados en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
LOS ÚLTIMOS DATOS
En la presentación de resultados de hace dos años, el ex Director Ejecutivo del Coneval, Gonzalo Hernández Licona, dijo que con el gasolinazo de 2017 y el aumento en la inflación, podría verse en 2018 un aumento en el número de pobres. Con la publicación de los resultados de la ENIGH de donde se desprenden los datos de pobreza, el aumento “imperceptible” de 0.3 por ciento en los ingresos de los mexicanos podría ser otro factor que refuerce ese pronóstico.
La tendencia de erradicación de pobreza en el periodo 2010-2016 fue débil: sólo 68 mil 249 personas dejaron de vivir en condiciones de pobreza entre 2012 a 2016 -un promedio de 17 mil 062 personas por año-. Ocurrió lo mismo con la desigualdad.
Si en 2008, según el Coheficiente de Gini, se ubicó en 0.4739, pasó a 0.4625 en 2016, lo que es una reducción de 0.0114 puntos, según esa escala donde cero es igualdad perfecta y 1 es desigualdad máxima.
De acuerdo con las cifras disponibles, el 43.6 por ciento de la población en México vive en condiciones de pobreza, que se sigue concentrando en el sur y sureste del país: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla.
Por millones de habitantes, Felipe Calderón en 2008 gobernó un país con 48.8 millones de pobres; en 2010 sumó cerca de cuatro millones más y la cantidad subió a 52.8 millones. Le dejó a Peña Nieto más de un millón más: 53.3 millones de pobres en 2012.
Peña Nieto le dio un brinco en sus primeros dos años a la cifra y se posicionó en 55.3 millones de pobres, luego, para 2016, Coneval anunció una disminución casi a los niveles de 2012: 53.4 millones de pobres.
Los últimos datos sobre ingreso muestran que en 2016, 17.5 por ciento de la población tenían un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo, es decir, menor al valor de la canasta alimentaria por persona al mes, en número son 21.4 millones de personas, una reducción mínima comparada con 2010, cuando se contabilizaron 22.2 millones.
Sobre las personas con ingreso inferior a la línea de bienestar, es decir, que no tienen reúnen el ingreso suficiente para cubrir la canasta alimentaria ni la no alimentaria, fueron hace dos años, el 50.6 por ciento de la población, decir, 62 millones de personas. Un aumento respecto a 2010, cuando se registró a 59.6 millones de personas con esa condición.
Por categoría, el rezago educativo en México pasó de 20.7 por ciento en 2010 a 17.4 por ciento en 2016; la carencia en acceso a los servicios de salud es la que más avance ha registrado, al pasar de 29.2 por ciento a 15.5 por ciento en ese mismo periodo.
La carencia en el acceso a los servicios básicos de la vivienda también tiene una disminución ligera, al pasar de 22.9 por ciento en 2010 a 19.3 por ciento en 2016. Por acceso a la alimentación, en ese periodo disminuyó cuatro puntos porcentuales y se situó en 20.1 por ciento. Este dato reflejará el funcionamiento del programa Cruzada Nacional Contra el Hambre, que fue el principal en la administración de Peña Nieto.
En cuanto a las mujeres indígenas que viven en zonas rurales, el 85.1 por ciento es pobre y la mitad tiene condiciones de pobreza extrema. En los hombres no indígenas que viven en zonas urbanas, la realidad es otra: del 37.3 por ciento que es pobre, el 4 por ciento vive en la pobreza extrema.
Finalmente, el 51.1 por ciento de los menores de 18 años de la población en generales es pobre.