Glotón Mundano fue a la colonia Juárez a desayunar a Rosetta, un lugar bonito en una colonia bonita. Una panadería que dice hacer su pan en un proceso artesanal y con ingredientes orgánicos comprados a productores locales, lee aquí su crítica.
Ciudad de México, 5 de agosto (SinEmbargo).– Este concepto de restaurante-cafetería-panadería tiene tres sucursales en la Ciudad de México, dos en la colonia Roma y otra en Havre, en la colonia Juárez, zona en evidente gentrificación, o más bien coolificación o hipsterización o poserización, como quieran llamarlo.
Fue a esta última a la que asistí un sábado por la mañana, día en el que tuve que esperar entre 10 y 15 minutos para pasar, bien para la cantidad de gente que parecía estar esperando.
La decoración va perfectamente con la casona “Juaréz style” que la alberga, y una vez adentro la conjunción de olor a pan recién horneado y el café abren el apetito.
Nos sentaron en una especie de barra que rodea el área donde se exhibe el pan, preparan el café, la caja para pagar y desde donde despachan la comida, es decir, si buscabas un lugar libre de ruido y movimiento, espera una mesa.
Para empezar pedí un chocolatín y un jugo verde (por aquello de la sed). El pan era abundante y rico, el jugo pecaba de escaso, pero venía en su propia botellita de vidrio, por si sirve de algo.
El desayuno consistió en unos huevos pochados con hoja santa en salsa de jitomate, buenos y bien presentados. El resto de su carta está compuesta de sandwiches, baguettes y ensaladas también de muy buen ver.
Los precios tienen una buena relación con su calidad, por ello, no me quedé con las ganas de pedir pan para llevar: un ocho de crema con frutos rojos, un rol de guayaba, y un panquecito de quinoa. Hasta pedí que me dieran el pan con romero que sobró del desayuno.
La uenta fue de alrededor 450 pesos para dos personas, con pan para llevar, es decir, estas piezas rondan entre los 20 y 35 pesos, y el platillo fuerte $68.
Veredicto: Aprobado. En fin, es uno de esos lugares a los cuales ir de vez en cuando, su creadora, la chef Elena Reygadas, es una de las personalidades más importantes en el ámbito gastronómico, y vale la pena probar sus recetas. Su fuerte, como su nombre lo dice, es el pan.
Panadería Rosetta. Havre 73, Col. Juárez.