México, como la mayoría de los países a nivel mundial, enfrenta un escenario económico complejo producto de la pandemia, que permitió agravar las situaciones complicadas por las que ya atravesaba la nación. Pese a que en la primera mitad de 2021 se auguraba una pronta recuperación económica, los indicadores internos ahora se han quedado estancados o con muy bajo crecimiento, por lo que algunas previsiones ya apuntan a que vendrán contracciones en varios sectores, lo que podría derivar en una recesión económica.
Ciudad de México, 5 de julio (SinEmbargo).– A raíz de la elevada inflación, que hasta la primera quincena de junio ha alcanzado el 7.88 por ciento, y de la subida en la tasa de interés por parte del Banco de México (Banxico) por nueve veces consecutivas –hasta situarla en 7.75 por ciento–, en el país se han desatado los temores de que la situación económica empeore y que pueda suscitarse una recesión económica.
Para entender a fondo el tema hay que preguntarnos: ¿cómo se encuentran los indicadores económicos de la nación?, ¿cuál es la probabilidad de enfrentar una recesión? y más importante ¿qué podemos hacer para blindar los ingresos de los hogares mexicanos?
De acuerdo con el doctor José Ignacio Martínez Cortes, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, ni de forma local ni global se está atravesando por una recesión, sin embargo, los indicadores muestran que sí se avecina una. Pese a ello, sí expresó que las economías mundiales se encuentran en un proceso de estancamiento y desaceleración económica.
“Lo que estamos teniendo tanto a nivel internacional como a nivel nacional es una desaceleración de la economía, es decir, la economía no está creciendo como lo habían indicado en septiembre, por parte de Hacienda, o en octubre por parte del FMI”, dijo el especialista.
DESACELERACIÓN DE LA ECONOMÍA
En entrevista con SinEmbargo, el doctor Martínez Cortes profundizó que en septiembre de 2021, cuando la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) entregó los criterios generales de política económica 2022 precisaba que la economía mexicana estaría creciendo 4.2 por ciento, mientras que en octubre del mismo año el Fondo Monetario Internacional (FMI) colocó la previsión de México en un 4.8 por ciento de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Al mismo tiempo, el organismo internacional anunció que la economía global se colocaría en un 5.9 por ciento y la economía Estados Unidos con un crecimiento estimado del 6 por ciento.
Sin embargo, las previsiones han cambiado y de acuerdo con el reporte más actual -publicado en abril de este 2022-, el Fondo prevé que la economía del país únicamente crezca un 2 por ciento; mientras que el producto mundial quede en 3.6 por ciento y el PIB de EU quede en 3.7 por ciento. Otros organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) bajaron sus previsiones para México a 1.7 por ciento y 1.8 por ciento, respectivamente.
El día de ayer, los analistas consultados por el Banco de México (Banxico) previeron para el cierre de este año una inflación de 7.50 por ciento, menor crecimiento económico y un leve retroceso del peso frente al dólar y destacaron como factores de riesgo para la economía la gobernanza y la inflación.
Si bien en los primeros dos trimestres de 2021 se observaron tasas de crecimiento positivas, en los últimos dos trimestres del año observamos dos contracciones consecutivas. En 2021 la economía de nuestro país creció 5.0 por ciento anual frente a 2020 . Sin embargo, en 2020 la economía se contrajo 8.4 por ciento real anual, en gran medida como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Además, desde 2019 observamos una contracción de 0.2 por ciento anual.
En ese sentido, el efecto rebote no fue suficiente para compensar lo perdido en 2020 y mucho menos para regresar a niveles previos a 2019. De acuerdo con las cifras oportunas, se estima que la economía tiene un tamaño similar al que tenía en el segundo trimestre de 2016, según México, ¿Cómo vamos?
“Con estos datos, la economía nacional e internacional está entrando o ya entró en una fase plena de desaceleración, es decir, no está creciendo al ritmo esperado”, explicó el especialista de la máxima casa de estudios para este medio.
Según la definición técnica, la desaceleración se da cuando en un trimestre se tiene un crecimiento, por ejemplo, del 1 por ciento, y el siguiente un 0.5 por ciento, mientras que el auge económico es cuando trimestre a trimestre hay un crecimiento del PIB.
Agregado a dicha desaceleración, desde octubre de 2021, México al igual que la economía mundial entraron a una creciente inflación. En México la tasa de inflación se sitúa en 7.88 por ciento anual, mientras que la inflación estadounidense se ubicó en 8.6 por ciento. “Juntando los dos fenómenos, caída de la riqueza en términos de PIB y aumento de la inflación, nos encontramos en una situación que se conoce como estanflación, es decir: caída de la riqueza y aumento de los precios”, precisó el doctor José Ignacio Martínez.
“El que se de una caída de la economía no necesariamente provoca estanflación, ya que podemos tener –que esta fue la situación del segundo trimestre de 2021– una caída del PIB con una reducción de la inflación, a la inversa, el tercer trimestre de 2021 y en el cuarto trimestre del 2021 hubo un crecimiento de la economía con un ligero crecimiento de la inflación. En el primer trimestre de 2022 tenemos un ligero crecimiento de la economía con un alza ya de arriba del 6 por ciento de la inflación. Lo que tenemos recientemente, en el segundo trimestre vamos a tener un comportamiento ligeramente positivo de la economía con un alta inflación. Lo que si es que el crecimiento de la economía en su expectativa, está afuera del rango que se había establecido, de ahí que decimos que hay una desaceleración del crecimiento de la economía con un prolongado proceso de incremento de precios, reflejado en la inflación”, insistió en entrevista con SinEmbargo.
En el primer trimestre de 2022, el Producto Interno Bruto #PIB avanzó 1% en términos reales, a tasa trimestral, con cifras desestacionalizadas. https://t.co/YQFU631qCb #ComunicadoINEGI pic.twitter.com/vfOJCY4D0Z
— INEGI INFORMA (@INEGI_INFORMA) May 25, 2022
La economía mundial está en ese horizonte: desaceleración de su pronóstico de crecimiento a nivel mundial con una creciente inflación, y por lo mismo la mayoría de los países se encuentran este proceso. El coordinador del LACEN enfatizó que en los análisis particulares se puede observar que “la economía de EU galopa a un escenario de recesión”, es decir, que todos sus indicadores económicos tengan un comportamiento negativo durante tres trimestres consecutivos.
“Esto quiere decir que todos los indicadores en el primero y segundo trimestre sean negativos, y se determina que hay recesión cuando al tercer trimestre son también negativos. Es importante destacar esto porque un país puede tener dos trimestres de comportamiento negativo en todos sus indicadores, pero en el tercero si crece ligeramente a 0.1, incluso si tiene un comportamiento de 0.0 por ciento no está en recesión”.
De acuerdo con la definición técnica, una recesión se presenta cuando existen dos trimestres consecutivos con una cifra negativa en el PIB. Para decir que una economía entró en fase de estancamiento, es cuando el PIB no crece y se registra el mismo porcentaje positivo cada trimestre.
Sobre este tema, consideró que se “abre un debate” entre los expertos sobre la situación de México, ya que mientras que en EU está el Buró de Investigación Económica en NY (entidad que determina con estudios y números cuando la economía de EU se encuentra o está en víspera de recesión), en México no hay algún equivalente que determine la metodología de cuando la economía de México está en recesión, “porque el que PIB tenga una caída negativa en los dos primeros trimestres y en este caso en el tercer trimestre un comportamiento nulo 0.0 está el debate si hay recesión o no”.
¿MÉXICO ENTRARÁ EN RECESIÓN?
El coordinador de LACEN consideró que en la observación de los indicadores “micro”, sí está el riesgo latente de que México entre a un proceso de recesión, y ejemplificó el asunto puntualizando que aunque el nivel de exportaciones se reporta al alza a nivel anual, pero en su análisis mensual y a excepción de febrero, el comportamiento es negativo, y aunque las exportaciones si crecen, no lo hacen en el mismo ritmo que el mes anterior.
En el caso del indicador de la actividad industrial, es ligeramente positivo en su comparación anual, pero si hacemos el análisis mensual, también es negativo. En la misma situación se encuentra el sector de la construcción: en su comportamiento anual es positivo, pero mes a mes es negativo.
“Si hacemos el análisis mensual con relación al comportamiento trimestral que tiene el PIB, nos lleva a que la economía está en una abrupta caída, por lo tanto, la suma de estos indicadores que es negativa, la economía pasa de un proceso de desaceleración a un proceso de contracción, entonces ahí si estaríamos ya en puerta a una recesión”, insistió José Ignacio Martínez.
José Ignacio Martínez consideró de suma importancia contextualizar a México como uno de los principales socios comerciales de EU, ya que el 37 por ciento del PIB de México depende del comportamiento del consumo de EU en materia de exportaciones. “Si EU entra en un periodo de recesión con ello va a arrastrar al sector de las exportaciones que juega el sector exportador en Méxicoa su vez en materia de exportaciones representa el 26.3 por ciento, entonces si la economía de EU cae a su vez van a caer las exportaciones de México”.
El especialista compartió que se pueden considerar cuatro grandes indicadores del para hablar sobre la recesión:
-Exportaciones
-Inversión
-Consumo
-Gasto
Las exportaciones se están desacelerando, el consumo no está creciendo, el gasto se está contrayendo –es decir, la inversión privada no está creciendo–, la liciente está en la inversión pública, que el Gobierno ejerza el presupuesto programado (autorizado en inversión), y “si esto se da, podría jalar a su vez la inversión privada”.
Para México, que exporta cerca de 80 por ciento de sus ventas al exterior a Estados Unidos, tendrá un impacto importante.
“Cada indicador de estos cuatro tiene un respaldo detrás, por ejemplo exportaciones tiene manufactura, actividad industrial, Inversión Fija Bruta; la suma de estos indicadores de manera negativa, con relación a la caída de EU estaría provocando una caída en las exportaciones en México. El consumo va a tender a ser negativo por el alza de interés de Banxico, que inhibe el consumo y por lo tanto va a provocar que las compras en el mercado nacional se contraigan, entonces eso a su vez va a provocar que se reduzca el gasto privado, el Gobierno al no recaudar lo suficiente, no va a gastar lo programado porque no tiene con qué, por lo tanto la inversión programada no va a ser la esperada, porque no se recaudó lo suficiente, en esta situación –si fuera y esperemos que no sea así– a que si esta situación en tres trimestres es consecutivo, entonces tendríamos recesión”.
Sin embargo, el especialista aclaró que por “términos de estricto calendario”, México no entrará en recesión en este 2022.
Quienes más resentirán la caída del PIB y el aumento de la inflación en México serán las 38 millones 670 mil 234 personas, que ganan entre 1 y 2 salarios mínimos, ya que perderán poder adquisitivo al no alcanzar a cubrir el mínimo de la canasta básicahttps://t.co/Zr0Xjid7P5 pic.twitter.com/MpwAsqdNs4
— LACEN (@lacenmx) June 1, 2022
“En el cuatro trimestre de este año se reflejaría si estamos ante un panorama de recesión. No estoy diciendo que para el cuarto trimestre estemos en una recesión, porque no da. De lo que tenemos en este segundo trimestre, que es lo que se va a reportar ahora en julio y agosto, hay indicadores que son positivos, entonces no vamos a tener un trimestre totalmente negativo y por ende, no nos da el calendario para decir que en el cuarto trimestre sea en recesión, que serían los indicadores de octubre a diciembre. Por calendario, estrictamente por eso, la economía mexicana se salva de decir que metodológicamente tenemos una recesión. Apunta a eso, sin duda, pero no está ahí”, recalcó.
De acuerdo con el National Bureau of Economic Research (NBER) se deben considerar tres criterios para determinar que la economía se encuentra en recesión.
El primero, la duración de dos trimestres consecutivos de contracción económica. El segundo, la profundidad de estas contracciones. El tercero, la difusión o contagio a varias actividades económicas y distintos indicadores, en especial del mercado laboral. Con las estimaciones hasta ahora vistas, donde en el primer trimestre del año en curso hubo un crecimiento de 1.8 por ciento anual y de uno por ciento frente al trimestre inmediato anterior y en lo que -como expuso el doctor Martínez Cortes- será un segundo trimestre “no del todo negativo”, se muestra que bajo los criterios del NBER tampoco habría recesión técnica a final de año.
¿QUIENES SERÁN LOS MÁS AFECTADOS?
Ante el panorama del estancamiento económico y la elevada inflación, es importante señalar y distinguir cómo es que la población mexicana resiente y resentirá los cambios económicos. En esa línea, el coordinador de LACEN consideró a tres grandes grupos poblacionales que pueden tener distintos efectos. En un primer grupo se encontraría al 68 por ciento de la población económicamente activa, que gana hasta dos salarios mínimos, y el cual resiente de manera inmediata la inflación. El doctor Martínez Cortes explicó que este grupo no tiene una afección directa del aumento a la tasa de interés porque no son sujetos de crédito al no tener garantías y no cumplir los requisitos para que el banco les de una tarjeta de crédito.
“Por ejemplo, son 19 millones 863 mil personas de la PEA, el 34.16 por ciento, que ganan hasta un salario mínimo, es decir 4 mil 800 pesos al mes, de este total, resulta que 2 mil 700 los ocupan para cubrir mínimamente al mes la canasta básica, le quedan 2 mil 100 pesos para el resto. No son sujetos de crédito porque no tienen dinero, no tienen respaldo, por eso no les afecta la tasa de interés, no es que se salven, pero al no comprar con tarjeta de crédito no les afecta de manera directa”, apuntó.
Un segundo grupo es la población que gana entre 5 a 7 salarios mínimos, y al cual le afecta tanto la tasa de interés como la inflación, en el sentido de que es una población que cubre su gasto corriente con tarjeta de crédito y por tanto al aumentar el Banxico la tasa de interés en 75 puntos base y colocarla en 7.75 sí impacta.
“En este caso, este grupo paga colegiaturas, gasolinas, alimentos y ropa. También les afecta la caída de la economía en el sentido de que si tiene una empresa y esta empresa produce pero no vende, pues no tiene el ingreso para cubrir lo que gasta en tarjeta de crédito. Y lo más probable es que con una contracción económica despida a sus empleados, que suelen ser los del primer grupo”.
Finalmente se encuentra el grupo que es le que gana hasta 10 salarios mínimos, el que genera más riqueza. “Tiene dos efectos, les afecta porque incrementa precios, porque son los que tienen las grandes empresas o son profesionistas con alto ingreso, entonces les afecta la inflación; pero es una población que tiende a invertir en flujos, invierte en CETES, en CENDES, invierte a largo plazo. Por lo tanto al aumentar la tasa de interés y al tener este ahorro reflejado en instrumentos financieros, si les favorece. Estamos hablando, en tenedores de tarjeta, de 863 mil personas, que son los de recursos altos”, argumentó.
A los 3 grandes grupos por supuesto que les afecta la desaceleració: el primer grupo tiende a perder el empleo, el segundo grupo porque si son empresarios industriales no están vendiendo lo suficiente y tienden a despedir a los trabajadores, que conforman el primer grupo, y el tercer grupo repectute en un sentido de certidumbre económica a raíz de que tienen que mover su capital e inversiones a pesar de tener ganancias.
RECOMENDACIONES
Si bien la situacion económica se ha visto afectada en los últimos dos años, con las previsiones antes mencionadas se muestra que el periodo complejo aún no termina, por lo que te compartimos una serie de recomendaciones para “blindar” el gasto familiar.
-Regresar a la “lista de super”: al salir de compras por la despensa ayudará mucho si se planea con antelación lo que hace falta en el hogar, es decir, comprar únicamente aquello que hace falta y resulta indispensable y no gastar el dinero en lo que no se necesita a corto plazo.
-Cuidado con las tarjetas de crédito: El coordinador de LACEN recomendó que las cuentas crediticias sean utilizadas con cautela ante un panorama de incertidumbre monetaria, ya que usualmente -por la falta de educación financiera- con estas tarjetas se gasta más de lo que se genera. También explicó que lo mejor es manejar bajas mensualidades, si es que se adquiere algún producto en esta modalidad, ya que no se sabe si para cuando se tenga que comenzar a pagar o se deba continuar liquidando la deuda se tendrá un ingreso fijo y seguro.
-“Ser totaleros”: La expresión viene del argot bancario y se refiere a siempre pagar al mes, sino es que antes, aquellas deudas que tienes, ya que esto ayudará a tener finanzas sanas en este horizonte de incertidumbre.
Hasta ahora y por medio de distintos frentes – mantener precios de combustibles, eliminar aranceles a productos importados o mejorar aduanas y puertos–, varias instancias gubernamentales, desde el Banxico hasta la Hacienda Pública han lanzado iniciativas para bajar precios y costos de los productos de la canasta básica ante la elevada inflación, pero siempre es un buen movimiento cuidar el gasto y tener una economía familiar saludable que permita tener un margen de cuidado para situaciones de imprevisto.