POR RODRIGO VERA
Los graves y ya viejos, muy viejos problemas de inseguridad pública en Morelos dieron al traste, primero, con los gobiernos priistas, y, ahora, con las administraciones del PAN. Hartos de la incompetencia gubernamental en este rubro, los morelenses dijeron basta y optaron mayoritariamente por el Movimiento Progresista, con Graco Ramírez al frente. La incógnita es obvia: ¿podrá, él sí, con este lastre de criminalidad?
CUERNAVACA, MOR. (Proceso).- La noche del 1 de julio, al celebrar su victoria electoral en la plaza de armas de esta ciudad, lo primero que prometió Graco Ramírez Garrido, candidato a gobernador por el Movimiento Progresista, fue acabar con la inseguridad:
“Trabajaré por la reconciliación y la paz para que haya seguridad en Morelos, y crearé una policía honesta que realmente vele por la seguridad de nosotros y nuestras familias. ¡Ya basta de violencia en nuestra entidad!”, dijo desde el estrado, rodeado por sus más cercanos colaboradores y entre los vítores de la multitud.
Fue precisamente la inseguridad uno de los principales motivos del descontento del electorado morelense contra las pasadas administraciones del PRI y del PAN. Esta vez respaldó mayoritariamente al Movimiento Progresista, la coalición del PRD, el PT y Movimiento Ciudadano.
Esa noche el Instituto Estatal Electoral aún no terminaba de contar los sufragios, pero las encuestas de salida ya le daban la victoria a Graco Ramírez.
Con base en las cifras que arrojaban las encuestas de salida, el candidato de la izquierda aseguraba tener una ventaja de entre siete y 10 puntos sobre su principal contrincante, el candidato priista Amado Orihuela Trejo.
Poco después de que cerraran las casillas en Morelos, encuestadoras como GEA-ISA dieron a conocer mediciones que daban ventaja a Ramírez y a su correligionario José Luis Urióstegui, quien contendió por la presidencia municipal de Cuernavaca, capital del estado.
Ya asumiéndose como nuevo gobernador, Graco se dijo dispuesto a limar asperezas con sus contrincantes del PRI y del PAN:
“Llevo una ventaja de entre siete y 10 puntos en las encuestas de salida sobre el candidato del PRI. Le agradezco mucho a los morelenses por la confianza que depositaron en mi persona. Mi gobierno será de unidad y reconciliación. Invitaré a mis contendientes a realizar una operación cicatriz, pues quiero que nos unamos todos para sacar adelante al estado”.
Aseguró que no solamente la gubernatura y la presidencia municipal de Cuernavaca quedaron en manos de su coalición, sino también Cuautla, Temixco, Jiutepec y Jojutla, entre otros. “Hemos ganado todos esos importantes municipios, y sobre todo la zona conturbada de Cuernavaca”, dijo.
Al igual que la encuestadora GEA-ISA, la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (Cirt) realizó su propio sondeo de salida, en el cual Ramírez iba adelante con el 43% de los votos. Al candidato priista le dio el 36% y al panista Adrián Rivera el 17%.
El padrón electoral de Morelos es de 1 millón 403 mil 340 electores, para los cuales se instalaron en toda la entidad 4 mil 495 casillas, de las cuales 2 mil 255 instaló el IFE y 2 mil 240 el IEE.
El titular de éste último, Óscar Granat Herrera, había adelantado que para el lunes en la mañana ya se tendrían los resultados preliminares de la votación, aclarando que el PREP es “confiable y está blindado”, por lo que eran nulas las posibilidades de que fuera alterado.
“Queremos que cuando los morelenses se despierten el día lunes, ya sepan quién es su nuevo gobernador, siempre y cuando la elección no esté muy cerrada”, añadió Granat.
Aparte de la gubernatura, en Morelos se sometieron a votación 33 presidencias municipales y 30 diputaciones locales: 18 de mayoría relativa y 12 de representación proporcional.
La Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de la Procuraduría de Justicia estatal registró incidentes menores durante la jornada electoral. Las denuncias procedieron de los municipios de Yautepec, Jonacatepec, Xochitepec y Temoac, entre otros, donde se reportaron presuntas entregas de despensas y dinero por parte de militantes del PRI, PRD y PVEM.
Además, muchas personas procedentes sobre todo del Distrito Federal, quienes estaban de visita en la capital morelense, no pudieron votar porque las boletas de las casillas especiales se agotaron muy pronto. También se presentaron quejas porque algunas casillas se abrieron después de la hora fijada. Fue todo.
Hasta el cierre de esta edición, ninguno de los otros candidatos cuestionó los sondeos que le dieron el triunfo a Graco Ramírez, quien ya se considera gobernador electo y reiteró: “Invito a todos los morelenses a la reconciliación y a la paz. Me comprometo a trabajar por la seguridad de Morelos”.