La característica más notable de los peces dragones es su cabeza enorme repleta de dientes aguzados, que son enormes en proporción con su boca, si sus dientes fueran visibles, las presas inmediatamente huirían por el gran tamaño de éstos.
Washington, 5 de junio (EFE).- En las aguas profundas de alta mar frente a las costas de California, unos peces alargados y pequeños medran con las bocas muy abiertas porque han desarrollado dientes transparentes que ocultan la amenaza a sus presas, según un artículo que publica este miércoles la revista Matter.
La investigación llevada a cabo por oceanógrafos y científicos de materiales de la Universidad de California, en San Diego, mostró que la dentadura de los Aristostomias scintillans, conocidos también como peces dragones, ha evolucionado para reducir el reflejo de la luz en la sonrisa macabra.
Aunque sólo alcanzan una longitud de unos 15 centímetros, estos monstruos submarinos son depredadores feroces en su barrio de las profundidades y se tragan peces de hasta la mitad de su tamaño.
La característica más notable de los peces dragones es su cabeza enorme repleta de dientes aguzados.
El artículo señala que estos peces son tan voraces que les han visto comerse los unos a los otros mientras los investigadores estaban recolectándolos para sus estudios.
“La mayoría de las especies en la fauna del mar profundo tiene adaptaciones únicas, pero el hecho de que los peces dragones tengan dientes transparentes nos tenía intrigados dado que es una característica que se encuentra, habitualmente, en especies más grandes”, dijo Marc Meyers, autor principal del estudio e investigador de materiales inspirados en la naturaleza.
“En principio, pensábamos que la nanoestructura de sus dientes sería diferente, y cuando la observamos hallamos nanocristales incrustados en todo el diente que causan esa astuta propiedad óptica”, agregó.
Los científicos descubrieron que la transparencia de los dientes de estos peces es diferente de la forma en que otros organismos han evolucionado con este mecanismo de adaptación.
Para empezar, determinaron que los dientes del pez dragón, al igual que los de los humanos, están compuestos de una capa exterior parecida a un esmalte, y una dentina interior.
Los cristales, de unos 20 nanómetros, están dispersos a través de la matriz amorfa del esmalte e impiden que cualquier luz que haya en el entorno se refleje. Asimismo, los dientes de estos peces son relativamente pequeños comparados con otros peces predadores, lo cual contribuye a este efecto de dispersión de la luz.
Meyers explicó que a gran profundidad en el mar casi no hay luz y la poca que hay proviene de los peces que, como el pez dragón, tienen órganos que emiten luz llamados fotóforos.
La función principal de los fotóforos es atraer a la presa o confundir a los depredadores.
“La dentadura de los peces dragón es enorme en proporción con su boca, es como un monstruo de la película ‘Alien’, y si esos dientes fueran visibles, las presas inmediatamente huirían (…) Creemos que los dientes son transparentes porque eso ayuda al depredador”, explicó el investigador.
Los científicos de la Universidad de California han incorporado este estudio a sus investigaciones sobre materiales transparentes usando una combinación de nanocristales y cerámicas.